Llevamos más de 15 días de confinamiento, por tanto, 15 días sin fútbol, y en mi caso, más bien, 15 días sin ver al Athletic. En este tiempo no he escrito nada, pero como esto igual se alarga, he pensado que voy a explicar (si es que eso se puede) por qué soy del Athletic. Pero para contaros eso necesito tiempo y espacio. Es decir, no lo puedo explicar o contar en un solo comentario. Necesito varios, no sé cuántos. Desconozco si va a ser interesante para vosotros, pero con que a varios os guste u os haga pensar en por qué lo sois vosotros… ya me vale y habré conseguido el objetivo que quería. Retrotraeros también en el tiempo, y si alguien quiere compartir sus vivencias con todos, aquí tiene su espacio dentro de los comentarios posteriores. Allá voy yo con lo mío.
En este mismo blog, Athletic-Bihitzez, ya he puesto otras veces que si tengo que decir una palabra que defina lo que para mí puede ser el Athletic, esa palabra es familia. Por varios motivos, pero quizá el principal, o por lo menos, el primero en el tiempo, es que el sentimiento Athletic es algo que se pasa de generación en generación y normalmente de padres a hijos, como fue en mi caso. Mi abuelo se lo pasó a mi padre y mis padres me lo pasaron a mí. ¿Cuándo? Pues os diría que antes de nacer. Pero para explicar esto os voy a comentar una anécdota, increíble, que le pasó a mi madre hace un mes. Os pongo en antecedentes. Mi ama tiene 90 años. El domingo 1 de marzo salió de casa por la mañana, y nada más salir vio en la calle a tres matrimonios que iban con críos pequeños, todos vestidos con distintivos, bufandas , camisetas del Athletic. No les conocía, pero les preguntó si jugaba el Athletic esa mañana. Ellos le dijeron que sí, que jugaba a las dos contra el Villarreal. Mi ama, con ganas de hablar, les dijo que su hija también iría al campo porque era una gran forofa y que como ellos (en ese momento se dirigió a los niños) iba a San Mamés desde chiquitina. Mi ama se iba ya, pero cuando se estaba alejando, se le ocurrió darse la vuelta y les dijo… (ahora dirigiéndose a los mayores), que se fijasen si era forofa su hija que sus padrinos de bautizo habían sido Eneko Arieta y su mujer. Entonces, una de las mujeres de las tres parejas, le preguntó a mi ama que a ver qué apellido había dicho, que a ver si había dicho Arrieta, Arteta… Y mi ama, que no, que Arieta, pero Eneko, Eneko Arieta y su mujer Begoña. Y de repente, la mujer, supongo que asustada o sorprendida, le dijo… ¡¡¡Pero si eran mis abuelos!!!
¿Casualidad? Pues más que eso. ¡Impresionante!… Mi ama luego me dijo que casi se quedó sin palabras, que no sabía ni qué decirles, y ellos también que no hacían otra cosa más que repetir entre ellos: «¡Qué casualidad!, ¡que casualidad!». La mujer que habló, resultó ser hija de Begoña, la hija mayor de Eneko y de Begoña, todo según mi ama. Mi ama, por último les dijo, que yo me llamaba Itziar, pero que en el Registro Civil constaba como Begoña Icíar, y que el Begoña me lo pusieron por mi madrina, es decir, por su abuela. Vamos, que la anécdota demuestra eso de que el mundo es un pañuelo, y Bilbao un Kleenex. Mi ama no les dijo más, porque se quedó, como dice ella, flaseada… No me extraña. Yo no salgo de mi asombro y por más que le pregunto a ama que cómo se le ocurrió decir quiénes eran mis padrinos. Me dice que ni idea, que es algo que no recordaba haber dicho nunca, pero… que en ese momento se le ocurrió.
Increíble, ¿verdad?
Os he comentado esta anécdota, para unirlo a que creo que soy del Athletic, ya antes de nacer, como mis padres tenían una gran amistad con Eneko y Begoña, ya eligieron que ellos serían mis padrinos. Es decir, Eneko, uno de los grandes del Athletic, mi padrino, para un Athleticzale,… ¡ahí es nada! 15 temporadas en el club, 302 partidos y 170 goles... (Datos en la web del club) Teniendo semejante padrino, como para ser de otro equipo. Para los jóvenes que no saben quién es, decirles que seguro que tienen en mente una fotografía del equipo en la que aparece él. La famosa foto de Piru Gaínza llevando la Copa del Rey del 58, Piru va sobre los hombros de Eneko, que en esa final metió el primer gol, para ganar al Real Madrid en su campo. Lo dicho, ¡ahí es nada!
De todas formas he de decir, que aunque mis padrinos hubiesen sido otros… también hubiese dado igual porque mis padres no me hubiesen permitido otra opción… Jejeje… Como mis abuelos a mis padres tampoco… Eso es algo que va de generación en generación, en la sangre. Por lo menos,… en los «locos» del Athletic como yo.
¡Aúpa Athletic!
P.d.: ¿Y en vuestro caso?