La vuelta a las competiciones europeas por parte del Athletic, se ha saldado in extremis con un punto, gracias a la insistencia y a la fe de este equipo.
Celebración (Foto: EFE)
Punto merecidísimo conseguido en un campo nada fácil como es el de La Roma. No están en su mejor momento pero no dejan de ser ellos, como lo han demostrado también en este encuentro.
Partido muy raro diría por las alternancias en el juego. El inicio fue una maravilla, de ataque, presión y llegadas rojiblancas (disfrazados con una camiseta horrible), que no hacía presagiar que a partir del minuto 15 no íbamos a oler el balón. Las 4 llegadas iniciales, se olvidaron y el dominio absoluto pasó a los contrarios, que consiguieron que los nuestros diesen un paso atrás, y se les imposibilita salir hacia arriba porque, entre otras cosas, se estaban perdiendo balones fáciles. En el minuto 30 llegó el gol en una contra rápida y perfecta de ellos, tras perdida nuestra, en la que Vivian rompe el fuera de juego y Dovbyk remata picado a la red. Mazazo. Siguió el dominio romano y de nuestro centro del campo al que más se veía era a Prados, pero tampoco podía hacer más. Bueno sí, tuvo una internada que no fue penalti por el canto de un duro. La falta al borde del área no se pudo aprovechar y así finalizó el primer tiempo.
El segundo tiempo fue otra cosa. Los romanos con el gol, y por tradición del Calcio, dieron un pasito atrás y dejaron el balón al Athletic. Craso error. Eso y los cambios introducidos, por Valverde, que metió a Nico, Herrera, Berenguer, De Marcos y Núñez, fueron definitivos. Nico tiene un hambre que le lleva a moverse por gran parte del campo lo que volvió un poco locos a los defensas. Se empezó a llegar más, hasta que Alex, que está en estado de gracia, sacó una falta pasada al segundo palo, donde Núñez (que salió por brecha de Vivian en la cara, quizá penalti), metió el balón al centro del área pequeña, para que Paredes, nos diese la alegría de la noche. Merecido. Muy merecido. Y sabe a gloria por cómo se desarrolló el partido. Bien el equipo sabiendo reponerse al palo inicial del primer tiempo, donde se vieron desdibujados y con un gol en contra. Buena reacción. Por ello, alegría porque el esfuerzo desplegado por los nuestros ha tenido su fruto. Muy bien.
Pena, que como siempre se suele decir, en situaciones de alegría, siempre hay un……….. , o dos, o tres o veinte, que te vienen a fastidiar. En este caso en forma de bengalas, lanzadas por unos personajes que deberían desaparecer del fútbol, que sobran, que son lo peor, y que lo único que hacen es manchar el buen nombre de una afición ejemplar, que incluso ha sido felicitada por la policía de Roma, que ha hablado de un comportamiento magnífico y que los refuerzos traídos desde Bolonia no habían sido necesarios. Pues bien, ahí están algunos integrantes de Herri Norte Taldea, que tirarón bengalas, al campo, les cayeron a los fotógrafos, y a la grada, al público romano, que en palabras de un aficionado nuestro poco antes se habían estado intercambiando bufandas con ellos. ¡ES INADMISIBLE!
Fuera (Foto: EFE)
Y agradezco a Valverde, su gesto hacia ese público (palabrota incluida) y sus palabras posteriores contra ellos. Así como a De Marcos y a Iñaki, que han ido a recriminárselo al acabar el partido. He visto un vídeo con un audio muy malo pero se oye a Iñaki que les dice: «Las bengalas… (y una palabrota)» Así no. Así no. Y uno de la grada les contesta: «Y lo de ayer ¿qué? ¿qué?». Es decir, uno de ellos justifica el tirar bengalas al público con el peligro que supone, ¿porque el día anterior en Roma, otra gentuza, en este caso italiana, atacase y robase a aficionados del Athletic? Gentuza italiana, claro. Que mejor si desapareciesen, por supuesto. Pero eso JAMÁS VA A JUSTIFICAR, que luego vayas al campo a hacer cosas de cafres. Por supuesto también agradezco la rápida y contundente respuesta del Athletic, que ha escrito un comunicado que introduzco aquí en un enlace, en el que si pincháis lo podéis leer. Gracias Athletic.
Gracias (Foto: Athletic Club)
Y por supuesto, gracias al resto de los 3000 aficionados, verdaderos aficionados del Athletic, que fueron a disfrutar, animando a su equipo. Y que, además, demostraron su descontento cantandoles, todos juntos a ellos: «Que se vayannnnn, diles que se vayan, diles que se vayan, de una p. vezzzzzzzz». Así que, a esos otros, a los otros, los quiero fuera de los campos de fútbol, y espero que se pueda reconocer a alguno y que la multa, que otra vez, otra más, le va a caer al Club, la pague el que haya sido, o los que hayan sido. Se les expulse y nos dejen tranquilos de una santa vez.
¡Aúpa Athletic!