Penoso, patético,… hay más adjetivos, muchos más, pero sólo voy a añadir TRISTE, que es con el que me quedo.
Triste porque cuándo metió el gol el Formentera lo primero que pensé fue que me alegraba enormemente por ellos y que quizá es el mal menor para nuestro equipo tal y como se encuentra en estos momentos. No creo que estamos para nada y mucho menos para seguir jugando dos partidos a la semana. Asi que… no voy a decir que qué bien, pero… ¡qué disfruten los isleños el regalo!, que a nosotros parece que nos queda grande.
Y puestos a criticar de Ziganda criticaría su insistencia en sacar a una pareja de mediocentros como Vesga y San José, que no crean absolutamente nada. Bueno, miento. San José le ha dado dos pases buenos a Williams, pero ya se ha encargado el delantero de desaprovecharlos. Nada más. Cuco, Vesga y San José no están. No. No están.
Y por no centrarme sólo en ellos también decir que Iñaki tampoco… ¿qué le pasa? Está … no está. Las que falló ayer… madre mia, y es que ni siquiera pasa bien… nada. No es de recibo todo lo que falla. No. Tampoco son aceptables las dos últimas jugadas del partido. Iñigo Lekue… ¿en qué estabas pensando en la jugada antes de córner? Buf…
¡Qué mal cuerpo se me ha quedado! Y no sólo por el frío que pasé… sino por la sensación de impotencia. Dentro de unos años recordaré y podré decir esa frase que nos gustan tanto de «yo estuve ahí», pero no refiriéndome a Manchester, sino a La Catedral en este famoso «Formenterazo». Ah… y que quede claro que no me arrepiento de haber ido. Con mi equipo a las duras y a las maduras. Y aunque quedan pocas fuerzas… ¡ánimo a todos los que ayer estuvieron tan mal! La próxima mejor. Y por supuesto…
¡Aúpa Athletic!