Por mucho que al acabar el partido el Athletic consiguiese un punto, empatando un partido que se perdía por dos goles en el minuto 88, no puedo estar contenta. Ni siquiera sabiendo que ya tenemos la clasificación matemática a la Europa League para la próxima temporada. A Valverde le pasó lo mismo como aseguró en la rueda de prensa. El partido fue un desastre absoluto en el que lo único que se puede destacar es que los rojiblancos no cesaron en su empeño de intentar sacar algo positivo ni un solo minuto. Lo intentaron pero acumulando despropósito tras despropósito. Vaya cúmulo de torpezas, pases al contrario, pases a la banda, tropezones, despistes,… y otras calamidades que se agruparon todas en 88 minutos. Hay tres jugadas en el primer tiempo de Balenziaga que fueron un poco el resumen del partido. En la primera pasa el balón al contrario y éste suelta una patada a seguir que encuentra solo a Casadesús, ya que ni Etxeita ni San José aparecen en las imágenes. ¿Dónde estaban? Ni idea, pero supuso el gol del Levante. En la segunda iba atacando Mikel, se encuentra con el extremo que le cierra el paso, se da la vuelta mirando hacia Iraizoz y hace un pase hacia atrás, a nadie, que el delantero contrario agradece infinito y se va sólo por la banda hacia puerta. En otra jugada, Mikel sale como una bala hacia la portería contraria sin que nadie le estorbe, pero pisa el balón, se tropieza y se lo deja detrás al contrario… Todo de película cómica, o más bien de peli de terror. A lo que hay que añadir en el segundo tiempo el segundo gol del Levante, un pase en paralelo de Etxeita directamente al rival que ataca. Etxeita recula y va hacia su portería para defender. El jugador del Levante pasa el balón al área pequeña y el que empuja a puerta es el mismo Xabi… En fin. Pobre. Doy estos nombres pero puedo dar más. Muniain solo consiguió que le hiciesen faltas. Iturraspe falló la mayoría de los pases que dio. Beñat en el primer tiempo muy desafortunado, Williams muy lento,… Bóveda desaparecido,… Pero esas cuatro jugadas mencionadas son como el resumen de un partido horroroso en el cual es difícil encontrar una explicación a lo visto. Hacía mucho calor, el campo estaba muy seco, el balón botaba un poco sin control,… Ninguna disculpa me vale. Creo que quedar los quintos es casi una necesidad porque si hay que jugar previas ya sabemos lo que pasa. Los jugadores llegan al final de Liga con la reserva y las lesiones se multiplican. Vamos que el objetivo es lo suficientemente importante como para no jugar semejante partido.
Eso sí, tampoco quito ni un ápice de mérito, o de aplauso al hecho de que se mataron intentando solucionar el desastre. Y de hecho, a pesar de ir perdiendo por dos goles consiguieron el milagroso empate. Ver para creer. El pobre, Rubi, entrenador del Levante dijo que había sido el resultado más cruel de su carrera. No me extraña. Hasta me dieron pena. Tuvieron oportunidades incluso para meter algún gol más, pero el fútbol es así de cruel… (y si no que se lo digan al Bilbao Athletic, madre mía, ¡Qué mala suerte!).
Así las cosas, seguimos dependiendo de nosotros mismos porque tenemos que jugar contra los rivales directos. El próximo domingo el Celta vendrá a La Catedral y hay que ganar sí o sí. Además tenemos una semana entera para preparar el partido. Los jugadores y el entrenador ni se lo creerán. Una semana. ¡Qué maravilla! A ver si se despejan y descansan, y, sobre todo, a ver si se recupera Aduriz, y el domingo…
¡A por el Celta y Aúpa Athletic!