Pasado el susto de los minutos finales contra el Osasuna del fin de semana y con tres puntos más en el zurrón parece que la vida futbolística se ve mejor. Buena parte de “culpa” de ello la tiene, seguramente, Ander Herrera.
Comentaba la semana pasada que con algunas cosillas más era seguro que el Athletic mejoraba, y vaya sí mejoró. No es que el resultado sea como para tirar cohetes, pero el juego al menos, sí que lo fue. Era más parecido al que se realizaba el año pasado, y que tantas alegrías nos dio.
Para empezar me remontaré al partido del jueves en Praga, donde del resultado prefiero no hablar. Pero sí del momento en el que aparece Herrera en el campo, a partir del cual el juego del equipo mejoró. El desaguisado ya en el resultado era tal que tampoco es que se pudiera mejorar mucho. Pero ese cambio, con respecto a la calidad del juego, ya se ha visto más claro este domingo en San Mamés.
Iturraspe le necesita al lado para dar mayor consistencia a su juego. Distribuye muy bien y así de paso Muniain pasa a la banda y deja el puesto a su dueño natural, mejorando él mismo Muniain, en sus propias prestaciones. A Iker le ha quedado muy grande realizar el trabajo de Ander. Se liaba él sólo y perdía unos balones peligrosísimos. Ander también perdió algún balón que dio “un poco mucho” de miedo, pero… hace menos de un mes que le han operado, así que se tiene que poner todavía en forma.
Hablando de la operación aprovecho la ocasión para tirarle de las orejas. Quizá el tirón de orejas lo deba compartir con el Club, Junta Directiva. Está claro que para él, así como para Amorebieta tenía que ser una ilusión enorme ir a los Juegos Olímpicos, y con su selección en el caso del central, pero… tal y como estaban físicamente ¿deberían haber ido? La respuesta es clara. NO. No, por el Athletic que es el Club que les paga. Tanto uno como otro se han perdido un montón de partidos que han podido suponer que el Athletic se encuentre donde se encuentra. Muy abajo en Liga y con problemas enla EuropaLeague. Y ya encima la gota que colmó el vaso de la paciencia de cualquiera fue, que a pesar de estar ya España eliminada de los JJ.OO., jugase el tercer e intrascendente partido. Eso ya fue el colmo. Muy mal la Federación, muy mal Ander, y muy mal el Club. Porque ¿quién nos devuelve los puntos perdidos y el dinero perdido (las victorias en Europa también suponen dinero)?
Tras el rapapolvos decir, que el domingo ya pudimos empezar a disfrutar un poquito más del juego del equipo. Se combinó mucho mejor. La presencia del bilbaino fue fundamental en esa creación. Da los apoyos muy bien y eso aumenta o mejora la movilidad de los compañeros. Si en el último pase o en la definición, Markel y De Marcos hubiesen estado inspirados, y no lo hubiese estado Andrés, el guardameta rojillo, el resultado podía haber sido de escándalo. La próxima vez será.
Para acabar decir, que a pesar de la bronca que le he echado: ¡Bienvenido, Ander!