Está Copa sí que nos la traemos

         Para muchos éste partido del miércoles será el partido de su vida. Para empezar para casi todos [Enlace roto.]   ya que será su primera final europea y tienen la posibilidad de inscribir su nombre con letras de oro en la historia del Club, si la ganan (y si la pierden también…). Para mucha parte de la afición será su segunda final en 3 años y en toda su vida. Para otros más mayores no será ni la primera ni la segunda final, ni siquiera la primera final europea. Ya hemos visto más aunque claro, no muchas. No importa.

        Cuando llegan estos partidos tan importantes para un club, en el que lo habitual es que no ocurra (hace 35 años que no pasaba), todos pensamos por qué esta Copa debe ser para nosotros.

       En mi caso que vivo el fútbol tanto como cualquier otro aficionado del Athletic encuentro muchos por qués o muchos por quienes ganar la Copa, que quiero compartir ahora.

        Para empezar por mis hijos, y por todos los niños, a los que casi hemos vuelto locos con nuestra locura y son ya tan rojiblancos como sus padres, abuelos, tíos… y llenan el patio de color con su camisetas zurigorris.

Por toda la afición

        Por todos los que no han visto ganar un título por ser demasiado jóvenes, entre ellos muchos de mis compañeros de trabajo.

        Por mis amigos a los que no les gusta el fútbol y de un tiempo a esta parte no me oyen hablar de otra cosa.

        Por la madre de una compañera que tiene 98 años y siempre oye los partidos del Athletic por la radio, pero el partido de vuelta de semifinales en San Mamés, por ser especial su nieto se lo puso en la televisión, conectándoselo de internet.

        Por todos esos grandísimos jugadores del Athletic que no ha tenido la suerte de ganar un título, Julen Guerrero, Cuco Ziganda, Aitor Larrazabal, Urzaiz,… y tantísimos otros. 

        Por  todo el grupo de la esquina (del que era mi bar preferido), muchos de la quinta de mi padre, que cada vez que me veían entrar me decían: “Itzi… ¿pero qué andan estos?… y ¿Caparrós? … y Fernandito… y ¿el loco Bielsa?…” Uno de ellos, Alberto,  nos ha dejado hace una semana, y su hijo también Alberto nos dejó hace unos meses, pero ahí estarán ambos de poteo celestial, comentando las jugadas y empujando el balón desde arriba.

        Y para acabar tengo que acordarme de nuestros mayores que han sido los que nos han transmitido este sentimiento. Mi padre que ahora tiene Alzheimer y que sigue viendo los partidos, pero no sé si los ve como antes. Algunos días está mejor que otros y quiero poder decirle en uno de sus días buenos que somos campeones de la Europa League, y si no es en uno de sus días buenos se lo diré en uno de los malos, porque aunque él no sé si lo siente como antes, seguro que su corazón sigue siendo rojiblanco, seguro.

        Por todos ellos y por muchos más esta Copa debería ser nuestra.

        Y ya que estoy compartiendo, os escribo como última frase lo que ha escrito un amigo:

        “Los niños del 2012 van a tener más suerte que los de 1977 (anterior final de la UEFA)…     AUNQUE SER DEL ATHLETIC SIEMPRE ES, HA SIDO Y SERÁ UNA SUERTE,   con títulos o sin ellos”

        ¡AUPA ATHLETIC!

 

¡Nos vamos también a Bucarest!

Afición

       Ahora mismo es de madrugada, y debería estar en la cama, pero tras un día de tantos nervios y emociones se me hace imposible. Ayer decía que si al acabar el partido estaba llorando esperaba que fuese de alegría, y así ha sido. No podía dejar de llorar. De hecho hasta llegar a casa seguía llorando. Hay gente que dice que el que sea el llegar a la primera final europea vivida es único y que los jóvenes lo viven más intensamente porque otros ya hemos vivido otra, la anterior contra la Juventus. Sí efectivamente yo la viví, estuve en San Mamés, pero esto no hace que mi alegría ahora sea menor, porque a esto no se acostumbra nadie. Todos los triunfos son nuevos, da igual que sea llegar a la primera, a la segunda o a la octava final.

La alegría del vestuario

       Este equipo se lo merece, este entrenador también (¡Bielsa, Karajo!), ni qué decir que también se lo merecen los preparadores físicos, los botilleros, los aficionados, los simpatizantes, los socios, los no socios, los abonados, los socios barria, los forofos, los sufridores de los forofos, todos.

       Es una auténtica gozada poder vivir esto, la fiesta desde la primera hora de la mañana, los nervios y la emoción del inicio del partido con el himno que lo rugen 37.000 gargantas en la Catedral y muchos más miles en todos los rincones. Las mariposas en el estómago y las primeras lágrimas con el gol de Susaeta, ¡se puede!. El mazazo portugués y la respuesta inmediata de los leones rojiblancos (con un enorme Ibai, que otra vez nos mete en el partido). Más nervios y la locura con el gol de Fernando, el Gran LLorente que hoy «sólo»  ha dado dos asistencias y ha metido el definitivo gol, el que nos ha clasificado. Y al final del partido…  la apoteosis. Alegría compartida con todos. Salvo la tristeza de los portugueses, que son recompensados por el público de la de nuevo «Catedral» con gritos de Sporting, Sporting, de todo San Mamés, para reconocer a la hinchada rival su comportamiento, el recuerdo que han tenido para con Iñigo Cabacas (gogoan zaitugu), y que esto es fútbol y que hay que vivirlo disfrutándolo con fiestas, con rivalidad pero con deportividad.

        Otra emoción nueva para contar a nuestros nietos, que se quedará en emoción pequeña comparada con las nuevas alegrías que nos esperan el 9 y el 25 de mayo.

        ¡Athletic, BETI ZUREKIN!

Hoy es el gran día…

         Se me está haciendo la semana larguísima. Gracias a Dios ha llegado la hora y hoy es el gran día. Hace 35 años que no nos veíamos en otra. La posibilidad de pasar a la segunda final europea está aquí y vamos a ir a por ella. Si en aquellos años fue el Racing White el rival, esta vez serán los portugueses del Sporting. Miedo a mí sí me dan, pero tal y como hemos visto a los jugadores durante todo el año, que les da igual jugar con el Albacete que con el Manchester United, sé que éste va a ser su partido y van a poner toda la carne en el asador. No creo que les pueda la presión porque ya la han vivido en Gelsenkirchen, en Manchester y en todos los grandes escenarios donde han jugado este año. Por supuesto en San Mamés, en Anduva y donde ha tocado. Viví aquella semifinal en la Catedral siendo cría, aunque no me acuerdo del agobio que debimos de pasar y tampoco de la alegría que supuso pasar a nuestra primera final europea (recuerdo más el partido contra la Juve). Ahora ya más crecidita estoy viviendo todo de manera que sé que no lo voy a olvidar, como no voy a olvidar ninguno de los pasos que se han dado en este Torneo, sobre todo las eliminatorias ante los  ingleses y ante los alemanes, poniendo el acento en el partido de Old Trafford, que presencié en directo.

Con ellos, salvo Ibai por De Marcos

         Así mismo, hoy vamos a tener una noche de gala y sólo nos falta que el resultado esté en consonancia, para poner broche de plata a esta temporada (el oro para la final).  Sé que los jugadores no nos van a defraudar. Como los aficionados tampoco les vamos a defraudar a ellos.

         La sonora torta que se han dado el Barça y el Madrid estos dos pasados días, ayer mismo los blancos, hace que se piense que nos puede pasar lo mismo a nosotros, y que sería durísimo. Por ello, durante el partido estaré nerviosa, lo sé. Y si llegamos a los penaltis … no contéis conmigo y no me toméis en cuenta que no los vea…

         Sólo espero que si cuando el árbitro pita el final del partido estoy llorando, que por favor, sea de alegría.

¡De Manchester a la gloria!

          En mi comentario anterior os dije que iba a Manchester y ahora que estoy de vuelta os tengo que decir que sé que ha sido uno de los días más especiales de mi vida en lo referente al fútbol. En mi caso es normal porque tengo metido al amor al Athletic hasta en la última célula de mi cuerpo, pero lo que me ha llamado la atención ha sido que a la vuelta de tierras inglesas veo que muchos no van a olvidar el 8 de marzo del 2012, por supuesto, ningún aficionado del Athletic, ni los que se quedaron en Bilbao, ni los que fuimos a Manchester, pero es que creo que ni siquiera los aficionados de otros equipos, y ni tampoco (y esto es lo más increíble) mucha gente a la que no le gusta el fútbol.

Invasión pacífica

El día fue increíble desde que puse pie en la ciudad (a las 11:30), hasta que llegué de vuelta a casa (las 4:30 de la madrugada del viernes). El tener la suerte de ver a 8.000 aficionados que se desplazan tan lejos, siendo tan caro, a ver a su equipo en un partido que no es una final, ya de por sí llama la atención, y sin considerar que es un record a nivel europeo un desplazamiento tan numeroso. Una hinchada que fue a animar a su equipo y a  divertirse de la manera más sana. Animar y animar sin molestar a nadie. Los ingleses se quedaron alucinados, la policía que igual pensaba que les enviaban a un marrón como es controlar a 8.000 aficionados, se sumó a la fiesta desde el minuto uno, porque vieron que éramos tan peligrosos como un recién nacido. Qué paciencia los “Bobys” (el más pequeñito medía 1,80 m) intercambiando casco por txapela para las 8.000 fotos de rigor. Todos cantando, saltando, divirtiéndose y disfrutando de todo lo que veíamos. Marijaia con una Copa enorme en la cabeza y una foto de Rooney a la espalda preguntándole que si querría jugar en San Mamés.

         En mi trabajo a pesar de que a pocos les gusta el fútbol (aunque todos son del Athletic) todos vieron el partido, y todos se emocionaron con las imágenes. Un conocido mío, hincha del Real Madrid que suele querer que pierda el Athletic, ayer se me acercó y me dijo que qué partidazo y que nunca había visto un partido así, ese juego eléctrico, y ese baño a nada menos que al Manchester United.

           Conclusión: Nadie creo que olvide el espectáculo que dieron nuestros chicos en el “teatro de los sueños”, ni tampoco el recital de la hinchada que tanto dentro como fuera del campo, no paró de animar ni un segundo. ¡Chapeau!