Estreno de San Mamés

El viernes forme parte del grupo de los 15 mil aficionados que se acercaron a San Mamés a reconocer su localidad, de cara a que mañana vayamos a ella más tranquilos, sabiendo adónde vamos y para evitar desconocimientos que nos hagan llegar tarde al estreno oficial.

A vista de pájaro...
A vista de pájaro…

 Sobre lo que sentí voy a ir por partes. Me pareció impresionante por fuera, muy vistoso con todos esos triángulos exteriores. Al entrar, lo primero fue sentir que la modernidad había llegado y que era una máquina la que leía el carnet y me daba el paso. Bien.

Lo siguiente fue… básicamente desaliento. Y explico el porqué. Nada más entrar me situé ante unas escaleras… buf… que pensé: «Madre mía, ¡Todo esto tengo que subir!» Mis rodillas se echaron a temblar (tengo artrosis) Antes de dedicarme a la escalada me acerqué a un boina a preguntar (con mi ingenuidad habitual) a ver si había ascensor, temiendo su respuesta. Efectivamente, no hay. El boina de la tribuna Este Alta, me dijo que se construirá a la vez que lo que queda por construir. Mierda. Mis rodillas, ahora sí que se echaron a temblar. Las escaleras, si no me confundí al contarlas, eran 85 (no fui la única que las contó, se ve que no sólo a mí me llamó la atención). Escaleras, muy amplias pero en las que yo sólo veía cemento y más escaleras. Al llegar arriba estaba sin resuello. El boina, por cierto me dijo que protestara, y que era la enésima persona que le preguntaba por el ascensor. Yo tengo mal las rodillas pero soy relativamente joven y aún me defiendo pero… con la cantidad de gente mayor que va a fútbol… ese es un problema que ya podían haber solucionado. Escaleras mecánicas como en el Bernabeu es mucho lujo… pero hijos… una rampita, una rampita…no hubiese estado nada mal. ¿No es un estadio 5 estrellas? Pues vaya. Yo de momento ya le quito una o dos, por eso.

Una vez pasado el mal rato, ya asomé al campo y sí, muy bonito. Muy, muy bonito pero… tuve que seguir subiendo escaleras (ahora menos) hasta llegar a mi fila, la 14. Y de ahí, mirar hacia abajo… hacia muy muy abajo, donde está el campo. Ya me lo imginaba, pero mis temores se cumplieron a rajatabla. Estoy lejísimos del cesped. Y eso que estoy en la fila 14… teniendo en cuenta que hay hasta 35 filas… ¿Cómo verán los pobres que estén arriba? Imagino que los catalejos van a ser el regalo estrella de este Olentzero. Eso me lleva a pensar que antes en San Mamés por la estructura del campo, de anillo superpuesto, éramos unos auténticos privilegiados. Se veía mucho más cerca estuvieses en la localidad que estuvieses. Y lo digo con conocimiento de causa porque yo estaba también en Este Alta pero en la fila 22, de 25 que había. Y la visión era perfecta. Y la distancia no tanta. Pero ahora… ¡Qué faena!

Más cosas, esta positiva, que no quiero parecer un ave de mal agüero… Varios jugadores han comentado que la acústica les ha llamado la atención positivamente. Menos mal, que por lo menos ese dato que es importantísimo es a favor. Hubo un par de veces que se empezó a animar que sí me pareció que sonaba mucho a pesar de que no es que estuviésemos muchos hinchas. Así que lleno tiene que ser una gozada. Y si la sensación la tuvieron los jugadores, que es a los que hay que influenciar con los cánticos, mejor que mejor. Así que, a ver si es verdad y la acústica es estupenda.

Para acabar decir que lo que he leído en la prensa y oído en la radio hasta ahora sobre el campo todo ha sdo maravilloso y estupendo, y que  pesar de que yo he puesto la nota discordante, ésta ha sido por la localidad en la que estoy. Pero imagino que si tuviera una Principal o Este bajas de las filas más altas estaría ahora mismo como loca de contenta, porque sin subir todo ese montón de escaleras y sin que me pongan en un palomar como estoy ahora, seguro que el fútbol se ve mucho mejor y mucho más descansado…

Eso sí, ahora me gustaría saber qué tal estáis vosotros con lo que os ha tocado o habéis elegido y así me dais envidia.

Para acabar, también quisiera, aunque sé que no es necesario, animar a todos los que vayan hoy al campo a dejarse las gargantas empujando a nuestro equipo, para que efectivamente el campo lo convirtamos en una olla a presión. ¡Aupa  San Mamés y aupa Athletic!

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