En el supercontagio en Mallorca no falló la juventud, que hizo exactamente lo que se podía esperar. Fallaron las instituciones que no velaron debidamente por su integridad ni la de su entorno. Fallamos las y los adultos: quienes animamos, quienes lo permitieron, lo impulsaron, lo vendieron (también quienes lo compraron), y especialmente están fallando quienes han olvidado lo más básico. Joaquín Urías lo resume muy bien: “El Govern erró por no demostrar que todos los retenidos eran contactos estrechos. La jueza erra al decidir, contra los médicos, que los no positivos no pueden contagiar y ha extendido la epidemia por toda España”.
Los más tontos, las y los adultos
Por supuesto que si a la juventud se le permite saltarse las normas lo va a hacer. Por supuesto que si, además, se le anima (como hacen en Euskadi los que jalean que unos litros acaben con un enfrentamiento contra la Ertzaintza) va a envalentonarse. Son jóvenes, es lo que les toca. De hecho, si hay que señalar alguna idiocia es la de las y los mayores, que parecemos competir por el premio al que menos ha entendido de que va todo esto. Las instituciones españolas y balear (también la hernanitarra) han quedado señaladas, pero el remate de la justicia, como también denuncia en Twitter Jurist Priest, es sorprendente e indignante.
¿También en casa? Sí
Aplaudo la valentía de José Manuel Monje, por periodista y por aita, sobre el asunto de los contagios vía chufla: “Esta muy bien el alarmismo de los medios (yo estoy en uno) pero el dato del repunte es muy claro. Hernani, 96 positivos en dos días. Una población de 1-2 positivos habitualmente. Todos sabemos dónde está el problema. Creo que los aitas debemos poner puertas al campo: nuestros hijos”. Así es. En el caso de Mallorca es evidente (fueron las amas y los aitas quienes pagaron esos viajes), pero en el de Hernani yo iría más lejos, porque no solo hay jóvenes en las imágenes. Y es imposible que no lo viera alguien del ayuntamiento.
Política pop en una pandemia
En qué piensan Isabel Díaz Ayuso y Miguel Ángel Rodríguez antes de tomar una decisión es un enigma. Sigo pensando que no manejan tan bien el populismo como parece, que son unos arrojados y que son los tibios los que hacen que les funcionen sus mamarrachadas. Por ejemplo, la copia a Trump de usar empresas privadas para vacunar que solo tiene sentido en el sistema estadounidense. Que El Corte Inglés o el Santander cedan espacios para el pinchazo solo incide positivamente en el lavado de cara de estas marcas… Y no tanto porque el movimiento es incomprensible. Se pasan de política pop.
Vamos bien, pero el virus sigue ganándonos
No rehúyo de mi propia responsabilidad como periodista en esta ola de contagios que se achaca a la juventud: yo también me he dejado llevar por la euforia y he podido transmitir la idea de que esto se acaba cuando no lo hace. Sigue habiendo ingresos y sigue habiendo muertes. Pero no puede negarme a aferrarme a datos como este de Betevé: “El Hospital del Mar avisa que todos los pacientes graves que ingresan en la UCI no se han vacunado”. La noticia es buena y mala a la vez: los vacunados están protegidos, pero la inmunidad de grupo sigue lejos y la serie de desgracias, cerca.