Antitaurino y torero

Joseba Asiron será antitaurino, como él mismo dice, pero la verdad es que torea: torea la coherencia, lo primero, torea los principios suyos y los de todo Bildu, y torea lo que se tercie para, una semana al año, representar lo taurino en Iruña. Torea tanto que hasta lo hace fuera de la plaza: a la denuncia de PACMA ha reaccionado, como muestran en X las y los del partido animalista, bloqueándoles. Pero no pasa nada: Bildu está sobre la ola y el mood general es que haga lo haga, está bien hecho. Y si accede a poner pantallas gigantes para ver a “La Roja” esta noche, parece que adelanta por la derecha (qué simbólico) al PNV. Pues vale.

Bildu no es Sortu, ¿o era al revés?

Mientras el alcalde Asiron preside corridas de toros y pone una pantalla gigante para ver a España en la Eurocopa, accediendo a una petición de los concejales no abertzales del ayuntamiento, Sortu aparece en Iruña para esto que denuncia COVITE en X: “Como ocurre todos los años en San Fermín (y en cualquier otra fiesta popular) la izquierda abertzale aprovecha para mostrar públicamente su apoyo a los etarras. Este año Sortu promovió un brindis masivo a favor de los etarras el 6 de julio en Pamplona”. Pero, claro, Sortu no es Bildu. ¿O era que Bildu no era Sortu? ¿Le importa a alguien la disquisición? ¿Y las víctimas?

Bien tirado

No quiero acabar la semana sin hablar del esperpento judicial que hemos visto (y algunas personas han sufrido en sus propias carnes, no lo olvidemos), llamado “Tsunami Democrático”. Nadie mejor que Silvia Intxaurrondo para resumirlo en X: “Los últimos meses hubo cientos de artículos, piezas y tertulias explicándonos que lo del Tsunami Democràtic era terrorismo”. “El caso ha sido archivado y se abren dos hipótesis: otra ‘Operación Cataluña’ tan vulgar como la anterior. No se juzgarán supuestos actos terroristas porque un juez, veterano y experimentado, no sabe contar los días. ¿Los que compraron su teoría no le van a exigir responsabilidades?”.

Otra vez

El gobierno español de coalición ya ha perdido las elecciones: si Sánchez sigue en Moncloa y Díaz sigue de vicepresidenta es porque ha logrado aglutinar en contra del PP y Vox al resto de partidos en el Congreso. Aclarado este detalle, creo que Antonio Maestre tiene razón en lo esencial de su tuit: el precio del alquiler de vivienda en España no deja de crecer, y la ley que ya solo sostienen PSOE, Sumar y Bildu no ha ayudado en nada. Para Maestre, este hecho, como epítome de la legislatura, sirve “para que comprendamos de forma sencilla por qué el gobierno de coalición va a perder las próximas elecciones”. Las va a perder, insisto, otra vez.

Na, na, naná

Antes de que empezara la Eurocopa me emocioné con el spot de Adidas en el que, sobre el “Hey, Jude” de los Beatles, vemos imágenes de la afición inglesa acumulando frustraciones mientras la sociología del país cambia. Al final, llega el famoso “na, na, naná” y una Inglaterra mucho más mestiza empieza a celebrar goles. Bajo el lema “la llevas”, brillante, aparece la imagen de Jude Bellingham. En esta columna, antes del España-Francia, ya dije que si tenía que elegir a un estado opresor me quedaba con Inglaterra que, por lo menos, nos había dado el fútbol. Y hoy veré la final sin dejarme llevar por triunfalismos ni modas, como siempre.

Tú fomenta el alquiler, que ya saben qué tienen que hacer

Tengo 43 años (hasta dentro de unos días), y desde que me tocó buscar mi primera casa he visto a las y los políticos, especialmente de la izquierda, fomentar el alquiler. Puede tener sus beneficios, no lo discuto, pero tampoco entro ni a discutir que el principal beneficiado de esta recomendación es quien tiene más dinero: “Más de la mitad de las viviendas que se compran en España se paga sin hipoteca” (El Independiente). No es que esto pase hoy: es que sigue pasando, y se ha convertido el elefante en la habitación de la política de vivienda de la izquierda (en Euskadi, significativamente, el alquiler social lo ha implementado el PNV).

Las preguntas

A veces solo es necesaria una pregunta para desmontar a un personaje y ver la persona que hay detrás. Que se lo digan a Pello Otxandiano. Esta semana ha pasado algo parecido en el Parlamento Europeo con el nuevo grupo de ultraderecha en el que está Alvise Pérez. Lo cuenta muy bien Nacho Alarcón en X: “Risas nerviosas en la rueda de prensa del nuevo grupo ‘Patriotas para Europa’ cuando un compañero pregunta al resto de vicepresidentes si opinan, como el vicepresidente del FPÖ austriaco. que Orbán ha hecho lo correcto al reunirse con Putin. Silencio muy incómodo. Todos mirándose”.

Más (y mejor) Europa

En el blog de la Asociación Multisectorial de la Jardinería Andaluza, AMJA (sí, a veces llego a sitios inesperados gracias a Menéame o X, por ejemplo), explican cómo “Europa empieza a despavimentar”. El “movimiento Depave” (“Despavimentar”) empezó en EE.UU. pero ya ha llegado a Europa como medida para no aumentar el calentamiento de nuestras ciudades y para facilitar que la tierra absorba el agua de las tormentas, que cada vez serán, también, más numerosas. Bélgica, Francia y Países Bajos (que incluso ha creado una competición entre ciudades para reconocer a la que retire más baldosas) lideran esta tendencia.

Esto va en serio

Ya sé que resultará extraño leer esto cuando en Euskadi estamos pasando un verano gris, pero el mundo se abrasa: “Las Vegas espera un quito día seguido con más de 46 grados mientras continúa la ola de calor” (Independent en Español). Por culpa del calentamiento global construir una ciudad en medio de un desierto cada año que pasa parece una idea peor, está claro. Pero lo que me sorprende es nuestro occidente-centrismo: solo hace unos días traía a la columna el reportaje de Reuters sobre los bomberos que hacían frente a las jornadas de más de 50 grados, cada vez más habituales en Delhi. Sirva lo de EE.UU. como recordatorio.

Alguien tenía que decirlo

Ha sido Jorge Guaitán el que mejor lo ha escrito en X y, yo, lo secundo: “Digo yo que en vez de seguir haciendo homenajes a los bares de toda la vida y a las casas de comidas de siempre, podíamos ir a los bares de toda la vida y a las casas de comidas de siempre, que están cayendo como moscas”. Algo parecido es lo primero que suelo pensar cuando leo en X, por ejemplo, quejas con muchas mayúsculas y exclamaciones porque cierran locales de esos de los de toda la vida en los que no suelo coincidir (en Bilbao, en mi caso) con quienes alzan esas críticas. Al comercio de siempre se le apoya día a día. Todo lo demás es hipocresía.

Muy claro

Si estamos alabando las nuevas formas de comunicación de las y los políticos, y pidiendo que se posicionen de manera clara sobre los temas que nos preocupan, no podemos obviar cuando lo hacen: Nerea Melgosa explica en un vídeo a través de X la posición del Gobierno Vasco respecto al reparto de los menores migrantes que llegan a Canarias. Y lo que la consejera pide es una solución estructural planificada incluso hasta los costes económicos (algo que parece lógico) y evaluable, y no otro parche coyuntural que no asegura el respeto a los derechos de los menores ni la certidumbre debida en los lugares de acogida. Muy claro.

Ni cómplices ni valientes

En el caso de la inmigración, lo valiente es levantar el dedo y decir: “Yo me hago cargo, yo desarrollo un modelo de acogida y yo me expongo a la opinión pública bombardeada por el populismo”. Lo cobarde es lo que hace y dice Santiago Abascal: “No seremos cómplices ni de los robos, ni de los machetazos ni de las violaciones” (Al Rojo Vivo, en X). Solo pronunciar estas palabras debería de ser delito. Sobre la migración necesitamos relatos claros y veraces, no necesitamos más mierdas de ultra que cualquiera reconoce como tal si piensa dos veces lo que oye. También es verdad que no necesitamos más mensajes buenistas.

Les han vencido

Si Vox consuma su amenaza y abandona los gobiernos en los que ha entrado de la mano del PP, estaremos ante una derrota épica, como dice ahora la chavalada: un grupo de inmigrantes que ha pasado perrerías para llegar a Canarias habrá batido, ganado, vencido y echado del poder al principal partido de extrema derecha en España (ahora, hay dos gracias a Alvise Pérez). No me escondo: me parece maravilloso que haya sido un reparto de personas maltratadas y que viven acinadas lo que haya expulsado de los gobiernos a un Vox que ha podido medir muy mal su órdago. Solo queda ver cómo ha medido, por su parte, el PP.

Lo que no son

Lo que está pasando, quiénes lo están protagonizando y lo que debe quedarnos claro lo escribe Juanma Lamet en X mejor que nadie: “No son ‘menas’, son niños y adolescentes que huyen de la miseria. No se reparten como mercancía, se reubican porque Canarias no puede con tantos. No son números, son derechos humanos. No es una patata caliente, es solidaridad. Una garantía constitucional. Sí es xenofobia”. Y yo añado lo que sí son: son las personas que hacen el trabajo que nadie ve en las cocinas de Euskadi, por ejemplo. Insisto en que no creo en los discursos buenistas, pero necesitamos tener muy clara la base desde la que construir.

¿Y a Ayuso?

Que Nacho Cano es un personaje tirando a mamarracho ya lo sabíamos. Que Isabel Díaz Ayuso tiene muy mala suerte porque todo a su alrededor se vuelve tóxico, también: su hermano, su pareja, el artista al que apoya más expresamente… Pero vamos por partes: ya veremos en qué queda la acusación al músico por contratar irregularmente a migrantes, que después de quedar en libertad ha acusado a la policía de que actúa como la “Stasi”, ante lo que los sindicatos se han revuelto acertadamente. Lo que creo es que se quedan cortos: si la presidenta de Madrid ha hablado de “estalinismo”, las críticas también deberían de dirigirse a ella. ¿O no?

La justicia española

Es evidente que si hablamos de justicia y de política en España, hablamos siempre de una utilización de la justicia por parte de la política que no sería posible si las y los jueces no se prestasen a ello. Pero sucede. La justicia incluso corrige a la política, y lo estamos viendo en Catalunya, donde juezas y jueces ejercen como castigadores con intenciones claramente vengativas, y no resolutivas. No hay justicia sin paz. Para mí es tan sencillo como eso. Así que es normal, necesario, incluso, esto que leemos en El Nacional: “El independentismo se conjura en Waterloo para hacer frente común ante los jueces por la amnistía”.

Un nuevo relato

Precisamente desde Catalunya llega un tuit de Xavier Tomàs, de nuevo, muy certero: “A las pocas horas de tomar posesión de su cargo, el nuevo ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido, David Lammy, hacía un vídeo explicando sus prioridades y anunciando las primeras medidas concretas. O dicho de otra forma, la ‘nota de prensa’ de hoy es la grabación de un vídeo, la publicación en redes sociales, y el envío de este (en alta definición y en versión también solo audio), a los medios de comunicación”. Y esto no es el futuro, sino el presente: los jefes de prensa generan nuevos relatos interesantísimos con medios sobradamente conocidos.

Esto sí es el futuro

También desde Catalunya nos llega esta pista que da Antoni Gutiérrez: “Las redes sociales son la principal fuente de información de los latinoamericanos, superando incluso a la televisión. México y Perú tienen los mayores porcentajes”. Esto solo es un adelanto, un aviso de lo que viene: los equipos de comunicación, con los nuevos relatos que, insisto, resultan interesantes y sugerentes, van a rebajar la importancia de los medios que no sepan hacer del análisis, de la capacidad para explicar el mundo, sus principales valores. La tele lineal es presente, pero no podemos proyectarla hacia el futuro. Quien no lo vea se engaña.

No son “entrepreneurs”

Algo va muy mal en España y, por extensión, en Euskadi, si hay un “boom de autónomos mayores de 60 años: 3.000 se dan de alta cada mes para completar la pensión” (Vozpópuli). Las y los autónomos son quienes emprenden y generan IVA, quienes montan las empresas y crean riqueza, quienes abonan nóminas y pagan a parte del león de la fiesta de los recursos públicos. Un país de funcionarias y funcionarios no es viable. Y menos lo es un país en el que la o el autónomo lo es por obligación “hasta poder jubilarse” o porque “compaginan la pensión con un trabajo”. Estamos hablando de un fracaso con todas las letras.

Es Rusia la que justifica a la OTAN

Dice Jens Stoltenberg, el jefe de la OTAN: “Vamos a reforzar nuestro apoyo a Ucrania” (Euronews), ¿y a quién no le parece bien después de las imágenes de esta semana, con niñas y niños muertos o heridos después del ataque de Rusia a un hospital infantil en Kiev? Es el Kremlin el que hace bueno a la OTAN, el que la hace más necesaria ahora que en los últimos 20 años, el que nos ha abierto los ojos y nos ha invita a pensar que no hay nada asegurado y que la defensa, vía militar, no está demodé, sino de actualidad porque en cualquier momento algún imbécil decide arrancar una invasión sobre un estado soberano por el morro.

El respeto a nosotras y nosotros mismos

Pocos detectores de idiotas hay más infalibles que el “ACAB” o el repudio sistemático a la policía. Voy más lejos: una sociedad que respeta a sus fuerzas de seguridad es una sociedad avanzada. Pero para eso, claro, lo primero que hace falta es que las propias policías no se hayan perdido antes el respeto a sí mismas. Me centro, que me iba: no es violencia policial reducir a un delincuente, por mucho que se haga en un barrio con un porcentaje de migrantes mayor que la media. Necesitamos una policía empoderada y no una que dude, si queremos mejorar la sensación de seguridad en nuestra calle. ¿O alguien no quiere que mejore?

Hablemos como personas adultas

De la misma manera, por supuesto que necesitamos saber que, si llega el caso, vamos a poder defendernos del agresor. Una Euskadi independiente necesitará unas fuerzas de defensa e integrarse en pactos internacionales por la seguridad. ¿Alguien lo duda? ¿Por qué? ¿Quién nos ha generado esa duda? ¿A quién apoya el que nos la genera? Voy a un caso concreto: “La falsa disyuntiva armas-para-protegerte/hospitales-para-tratarte resuelta en una sola foto”, tuitea Xavier Colás sobre la foto de las y los niños, pacientes oncológicos, que han tenido que continuar su tratamiento en la calle de Kiev después de que Rusia lo bombardease.

También en Catalunya

En Catalunya especialmente necesitan que las y los políticos, y los medios, hablen, por fin, a la ciudadanía que vota como si fuera adulta porque lo es. Esto de El Independiente es positivo: “PSC y ERC avanzan para investir a Illa con el consorcio tributario como pieza clave”. Lo es porque supone un avance hacia la conformación del gobierno gracias al diálogo y lo es porque Puigdemont debe mover ficha sin esperar a una repetición electoral. El momento es ahora: lo que tienen en común y lo que no los partidos debe quedar claro ya. Y las consecuencias, por cierto, también deben ser asumidas de una manera adulta, y no con pataletas ni vendettas.

Por ejemplo

ERC tiene que tomar una decisión difícil: perder parte de su reputación facilitando que Illa sea presidente y mantener el número de escaños, o llevar a Catalunya a una repetición electoral sin mácula pero preparándose para recibir un tortazo electoral con la mano abierta. De nuevo una encuesta en Vozpópuli muestra una caída del socio de Bildu tan brusca que a Illa no le darían los números para ser president con ERC y los Comuns. ¿Y después, qué? ¿Una situación de bloqueo permanente? Porque Junts tampoco ganaría tanto en esa repetición ni podría maniobrar con holgura. Toca resolver el acertijo y asumir lo que venga.

Y esto, de fondo

Curiosamente, ERC se ha puesto el palo en la rueda de su propia bicicleta: el partido hermano de la izquierda abertzale en Catalunya “afronta una nueva semana en el fango del caso de los carteles del alzhéimer en plena negociación para la investidura”. Hablamos de la denuncia de Ernest Maragall, que se vio en unas fotos despectivas en la calle junto a su hermano, Pasquall, en una acción de fuego amigo, ya que señaló a Tolo Moya, el director de Comunicación de ERC. Según Público, el partido intenta frenar la sangría por este “escándalo” cuanto antes para poder avanzar hacia la negociación y evitar, así, una repetición electoral con tanta fragilidad.