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Según Pello Otxandiano, quien vive y trabaja en Euskadi es un ciudadano vasco, y quien quiere ser vasco lo es. O quien quiere hablar euskera es vasco. ¿Y si estás en el paro no eres ciudadano? Y esta, ojo, es la posición de Bildu al respecto de la inmigración. Una posición que es, más bien, un galimatías, y que lo es a propósito: Otxandiano, Bildu y Sortu no quieren expresar su posición con claridad sobre las personas migrantes. Otxandiano, Bildu y Sortu, y de la mano, Eneko Andueza y el PSE, tienen miedo a retratarse, a que su discurso bonista y multicolor choque con la realidad de sus acciones y sus intenciones, más bien grises.

Era terrorismo

Para mí, Pello Otxandiano está inhabilitado para ser lehendakari desde el momento que no contestó a Aimar Bretos que lo que ejerció ETA en nuestro país durante décadas fue terrorismo. Con todas las letras y con todos sus actos, como este que estaba en la portada de Bizkaia Gaur ayer, sin ir más lejos: “Homenaje en Iurreta a Luis Hortelano García, agente de la Ertzaintza asesinado por ETA hace 36 años”. El entonces jefe de la Unidad de Desactivación de Explosivos falleció en Zorrotza, junto a dos policías nacionales, cuando intentó neutralizar una bomba que tenía un “mecanismo trampa” para acabar con sus vidas. Esto es terrorismo.

Esto, un genocidio

Seguimos hablando de personas que asesinan con una excusa que solo les vale a ellas: “Al menos 36 muertos en el bombardeo israelí contra una escuela convertida en refugio en Gaza” (El Independiente). “Entre las imágenes difundidas durante la madrugada, se ve una niña que corre entre las llamas”. Si esto no te mueve por dentro no eres un ser humano. Y por si acaso alguien me viene con la milonga: mi crítica, mi indignación, mi frustración y mi mala hostia crecientes van dirigidas al gobierno y el ejército israelíes, y a todas las personas que les apoyan. No al judaísmo, ni a la totalidad de la población de Israel. Por supuesto.

Y esto, una invasión por el morro

Es perfectamente posible denunciar al lobo con piel de cordero que es Otxandiano, al genocida por motivos espurios que es Netanyahu, y al promotor de movimientos extremistas que justifiquen sus invasiones que es Vladímir Putin: “Rusia arrecia su ofensiva sobre Ucrania, en medio del canje de prisioneros y la ineficaz presión europea” (Público). El ejército del Kremlin atacó a un país soberano “con 300 drones y casi 70 misiles balísticos y de crucero que causaron una docena de muertos y 80 heridos”. Por supuesto, Zelenski se defendió y “envió al menos 110 drones para bombardear territorio ruso, trece de ellos contra la región de Moscú”.

Va en serio

No todas ni todos los que están preparando su equipo de supervivencia lo reconocen en público. Y si eso pasa es porque están ganando los malos: un síntoma de normalidad y salud sería compartir los tipos de kit que se estamos montando para aprender unas de otras, unos de otros. Porque lo indiscutible es que lo necesitamos: Rusia intensifica sus ataques, Israel parece imparable, EE.UU. es impredecible y Francia sufre su “segundo apagón en 24 horas provocado por otro sabotaje a la red de electricidad” (20 Minutos). Sin ir más lejos. Pero hablar de mochilas con mudas y conservas, y de hornillos de gas, da pudor y risa. ¿Quién lo celebra?

Somos vulnerables

A la hora a la que escribo esta columna desconozco el origen del apagón que a media mañana de ayer nos mostró lo vulnerables que somos: pensé en Putin, pensé en el Papa Francisco, pensé en Florentino Pérez, pensé hasta en Mazón, que igual estaba desayunando en El Ventorro. Haya sido un accidente o haya sido un ataque organizado, es evidente que tenemos que estar preparadas y preparados: sí, el “kit” de supervivencia es el resultado comercializado del alarmismo. Pero en mi caso ha funcionado: tenía la lista hecha, esta semana me pongo con los pedidos. Y no diseño en un bunker porque no tengo jardín.

Las oportunidades

Algunas empresas e instituciones públicas, como hospitales, contaban con generadores de emergencia que limitaron el impacto. ¿Los venderán en versión de viaje? Lo que tampoco sé es por qué no vimos un tuit de alguna refinería próxima anunciando que iba a asegurar el suministro de combustible fósil a esos generadores. Como en buena crisis ahí había una oportunidad para callar la boca de quien nunca ve las soluciones. En cualquier caso, los diferentes gabinetes de crisis y seguridad (¿seguridad?) que se pusieron en marcha tienen que ser algo más que anécdota o una foto, y parecer más un ensayo.

Y papel higiénico

“Numerosas personas intentan hacerse con pilas y otros suministros de primera necesidad”, leía en El Diario sin sorprenderme. Seguro que quienes fueron a comprar pilas también acumularon papel higiénico y harina durante la pandemia. Ante un riesgo real, afrontémoslo, contamos con esa gente, contamos con quienes generan más alarma (como los que avisaron de un falso incendio en Petronor), y contamos con quienes se reían en X (ni rastro de actualidad en Bluesky) de quienes miraban al Este. Confío que en los gabinetes de crisis estén “los políticos”, siempre tan señalados, y no quienes compran las pilas a puñados.

¿Por qué pensamos en el ataque?

Si el ataque fue una de las primeras hipótesis que barajamos todas y todos es por noticias como esta: “Putin agradece a Corea del Norte la ayuda para expulsar a los soldados ucranianos de Kursk”. Este es un titular en Euronews de solo unas horas antes del gran apagón, y Corea del Norte es, casualmente (o no), el origen de muchos ciberataques. ¿Por qué? Por dinero: aquella dictadura carece de fuentes de financiación (por lo menos, hasta que el Kremlin le ha alquilado unas tropas) e importa capital gracias a la ciberextorsión. Por cierto, nadie reconoce que le han hackeado. ¿Y esta vez?

Gaza, también

Me pongo serio: mientras una hora sin luz ha provocado el caos en Euskadi, España, Portugal, Catalunya y parte de Francia (y menos mal que solo ha sido una hora), en Gaza siguen muriendo personas: “Ataques israelíes matan al menos a 27 palestinos” (The Independent). Nada puede despistarnos: el genocidio (como lo ha definido Amnistía Internacional) sigue activo, el asesinato diario no cesa, el gobierno y el ejército israelíes continúan generando dolor y sufrimiento injustificados. “2.151 personas, incluidos 732 niños, han muerto desde que Israel rompió la tregua el 18 de marzo”. 52.000, en total.  

Otra masacre rusa

No podemos mantenernos indiferentes ante los abusos. Menos, ante los asesinatos. Y mucho menos, ante las masacres: “Rusia ha atacado con misiles balísticos el centro de la ciudad, en un bombardeo en el que han muerto al menos 32 personas, entre ellas dos niños, y más de 80 han resultado heridas. entre ellas 10 menores” (El Independiente). No por recurrente, no por larga la invasión rusa sobre Ucrania, no porque Netanyahu mate a más gente en Gaza, no porque algunos hayan desempolvado el “no a la guerra” en su beneficio, debemos pasarlo por alto: Putin sigue matando a misilazos en el borde Este de Europa con impunidad.

El jefe es Putin

Antes de esta última masacre rusa en su invasión sobre Ucrania, la posición de EE.UU. era esta: “Trump cede ante Moscú y podría aceptar las conquistas rusas en Ucrania” (Público). Después de los más de 30 asesinatos, me temo que la postura del gobierno estadounidense será la misma. Putin es el jefe, no nos olvidemos. Putin es el que decidió desestabilizar Occidente durante años, en un trabajo minucioso y financiado, además, por la propia Europa, con su dependencia de los recursos naturales rusos. ¿Por qué? Por imperialismo y porque podía, porque se lo hemos puesto fácil con los Abascales y los Trumps, y con los reels.

Quien mata a periodistas

La vida de un periodista no vale más que la de cualquier otra persona, y ante más de 60.000 muertes (según varias fuertes) en Gaza, titular así puede resultar una frivolidad: “Israel ha asesinado a uno de cada diez periodistas en Gaza” (Diario Socialista). Pero no lo es, evidentemente: quien mata a periodistas lo que busca es un apagón informativo. No soy un necio: también sé que Hamás no quiere periodistas internacionales sobre el terreno para servirnos ellos las imágenes que les interesan. Tampoco estoy siendo equidistante: el que asesina es el ejército israelí y el que veta es Hamás. Pero la información molesta a ambos.

Ya que hablamos de aranceles…

Trump ha dado un impulso al europeísmo que debemos aprovechar y, al mismo tiempo, ha puesto encima de la mesa temas de los que hemos hablado poco, claramente. ¿Quién sabía que aranceles pone Europa a otros países y con qué motivos? Yo, no, la verdad. Y si miramos más allá de nuestras fronteras y del egoísmo de Trump (amigos suyos muy cercanos han ganado millones con el terremoto bursátil, ¿y él no lo ha hecho?), encontramos ahora noticias muy interesantes: “Japón lleva medio siglo cobrando un arancel 0% a los coches extranjeros. No encontrarás uno entre los 50 más vendidos” (Xataka).

No es posible

Enrique Dans recuerda, por su lado, algo también muy certero en su blog: es inviable que un iPhone se construya hoy completamente en EE.UU., y no solo un iPhone. Pero el teléfono es solo un ejemplo, un icono. La realidad es que en aquel país, por mucho que Trump se empeñe, no existe la industria tecnológica que exige la producción de este tipo de elementos. Dans tampoco habla con condescendencia de los países que, como China, han desarrollado esa industria, precisamente, con inversiones importantes y sostenidas durante décadas. Al contrario: la pone en valor. Precisamente por eso es imposible levantarla en EE.UU. de pronto.

Tres años de invasión

Hace tres años vimos cómo Rusia invadió Ucrania por la cara y ante la sorpresa de Europa. Desde entonces, hemos sido espectadores de cómo los tanques pasaban, literalmente, por encima de coches ocupados en Kiev, de familias ucranianas que intentaban refugiarse, ametralladas, de la masacre de Bucha, de los mercenarios ultras pagados por el Kremlin, o de los presos peligrosos liberados de cárceles rusas para luchar en el frente que volvían a violar y asesinar durante sus permisos. Y vemos ahora a la extrema derecha y a la izquierda asegurar al compás que Rusia no inició esta guerra.

¿Cuál es la alternativa?

“Podemos critica a Sánchez tras anunciar un nuevo envío de armas a Ucrania: ‘Roza el ridículo proseguir la escalada bélica’”, titulan en Diario Red, el digital que dirige Pablo Iglesias. La posición de Ione Belarra e Irene Montero en estos tres años me ha dejado pasmado: o son muy cándidas, o no tienen ni idea de nada, o son malvadas. ¿Qué pasaría si no ayudamos militarmente a Ucrania, como pide Podemos? ¿Quién sonríe? ¿Va a dejar de someter Putin, a sangre y fuego, a Ucrania? ¿Debemos permitir que Rusia avance hasta dónde quiera? ¿Por qué? ¿Dejamos a EE.UU. y Rusia repartirse las fuentes de riqueza ucranianas?

Estoy deseando ver cómo lo explica

Estoy deseando que Santiago Abascal salga a explicar su posición internacional: “Compra a Trump que Europa es irrelevante y culpable” (El Independiente). También ha comprado el reparto imperialista de Ucrania, el seguidismo a Putin y regalar los países a las oligarquías (Elon Musk). En realidad, ahora Abascal es más coherente que nunca (apoyo a Putin, rechazo a Europa, rendición ante los poderosos), pero no consigo mismo ni con su discurso hasta el momento, por eso “los críticos de Vox denuncian el giro de Abascal”. Es normal que lo que está sucediendo le pase factura, lo insólito sería que diese una explicación coherente.

¿Quién votó a la extrema derecha en Alemania?

Para sorpresa de nadie, a la extrema derecha en Alemania le votaron los hombres entre 30 y 40 años de zonas rurales y/o más deprimidas económicamente, y de las zonas en las que menos inmigrantes residen. Esa es la conclusión, en trazo grueso, de los diferentes gráficos que podemos encontrar en la pieza de El Diario en la que desgranan cómo han votado las y los alemanes. Hay una importante división por zonas (las más pobres y envejecidas, pero con menos inmigración, apoyaron a la AfD) y entre géneros (mayoritariamente, los hombres votaron ultra). Y en “la clase obrera” fue en la que más creció el voto a la extrema derecha.

¿La solución es el populismo?

La quita de la deuda en Catalunya y el anuncio del gobierno español de que esta alcanzará a otras comunidades, siendo la andaluza la más beneficiada, me parece una vergüenza. Para empezar, porque ERC ha confundido hacer política (llegar a acuerdos entre diferentes para mejorar la vida de la ciudadanía) con hacer chantaje. Pero el partido que peor política está haciendo es el PSOE, que tira de populismo sin sonrojarse, y que tira de chequera (que pagamos todas y todos) para lanzar a María Jesús Montero en la campaña andaluza. Una vergüenza y un error lo miremos como lo miremos. Menos para PSOE y ERC.

«Con Trump, Putin logra lo que quería»

Lo suyo es sexo con amor: “Con Trump, Putin logra lo que quería: negociar sobre Ucrania directamente con EE.UU.”. Me vale con la primera parte del titular en la web de la BBC, la que he llevado al titular de la columna: Putin tiene por fin lo que lleva años buscando. Y no me refiero solo a Ucrania. Después de desestabilizar por la derecha y por la izquierda, de encontrar aliados pagados y otros por motivos ideológicos absolutamente equivocados, Putin por fin va recogiendo los frutos. El puto amo aquí no es Trump, que solo es otra alfil, es Putin. Él es el gran agitador, manipulador e interesado en un nuevo orden mundial.

Ambición y falta de empatía

Putin elige con tino a quién tocar, a quién hacer ofertas: necesitaba en el bloque del Oeste a ambiciosos sin escrúpulos y sabía que iba a ser fácil encontrarlos. Eso es Trump, en esencia, un tipo que no duda en coger lo que quiere porque está acostumbrado a hacerlo: “Las tierras raras de Ucrania, uno de los motivos de Trump para que se acabe la guerra con Rusia” (El Economista). Nuestra tragedia como civilización es haber creado un sistema capitalista en el que para enriquecerse algunos han aupado a personajes como Putin, Trump, Musk y les han regalado esa sensación de impunidad.

Sin sorpresas

Insisto: hemos aceptado vivir en un sistema perverso porque tenemos sensación de prosperidad, pero lo han generado quienes lo han usado para enriquecerse (mucho), y para lograrlo han tenido que convertir en insultantemente ricos y poderosos a otros que, ahora, simplemente, han llevado a otro nivel eso de hacer lo que les da la gana. “Los discursos de odio han aumentado en X un 50% desde que pertenece a Elon Musk”, leemos en El Nacional y no nos sorprende. Ahí está el síntoma, en que damos por normal algo que no puede serlo, en que no nos revolvemos, ni combatimos, ni abandonamos X, en que no hacemos nada.

Una buena noticia

Atribuyen a Benjamin Franklin eso de que “nunca hubo guerra buena ni paz mala”. No sé si lo dijo, lo escribió o todo es un error, pero la frase es indiscutible. Así que esta es sin duda una buena noticia: “Hamás e Israel alcanzan un acuerdo para mantener el alto el fuego” (Vozpópuli). Luego, iremos al detalle, a lo estable que puede ser ese alto el fuego, a la ambición de Netanyahu y de Trump, al papel de Hamás (desaparecido mientras el ejército israelí arrasaba en Gaza) y de cómo y quién va a ayudar en la reconstrucción de una Gaza para las y los gazatíes, y no para ricos que buscan un nuevo resort.

Sigue siendo el Golfo de México

Gracias a una de las últimas ocurrencias de Trump, la de cambiar de nombre el Golfo de México (a lo que ha accedido Google de manera acrítica), he descubierto la actividad en redes y la página web (muy interesante porque elige temas de actualidad para exponer sus contenidos) de la Enciclopedia Británica. En Bluesky avisan de que su institución no va a modificar el nombre de la masa de agua: lo rechazan porque “Golfo de América” es ambiguo, porque lleva llamándose “Golfo de México” más de 425 años y porque más allá de EE.UU. carece de sentido la modificación, según los ingleses.