La dictadura más blanqueada

La china es, sin duda, la dictadura más blanqueada del mundo: izquierda y derecha se turnan para sacar brillo al sistema comunista que manufactura productos más baratos que ningún otro país, supone un gran mercado para las exportaciones y ha generado una élite económica tan poderosa como la de cualquier país capitalista. Y su líder, Xi Jinping, es recibido siempre con honores por presidentes elegidos democráticamente, respetado por quienes han leído la obra de Mao y temido por la población de su país. Unas contradicciones significativas que no sirven de nada porque si las señalamos otros vendrán a echar jabón encima.

Defiéndeme esto

El corresponsal de El Mundo en Rusia, Xavier Colás, que lleva siguiendo la invasión a Ucrania desde aquellas semanas en las que la descartábamos porque nos parecía imposible que Putin pudiera ser cruel, traducía y comentaba este tuit con un vídeo de Anton Krasovski en el altavoz del Kremlin: “Una élite rusa racista, ultra y putrefacta: un directivo de RT, canal del estado ruso, sugiere ahogar o quemar a los niños ucranianos, frivoliza sobre violaciones cometidas por soldados rusos, dice que Ucrania no debería existir y que los ucranianos han de ser fusilados”. Quienes encuentran en la OTAN el culpable de todo, ¿qué tienen que decir de esto?

La tontería es universal

La vandalización de obras de arte en nombre del activismo climático va a acabar mal: alguna obra será irrecuperable (si alguna tiene que serlo, que sea la figura de cera de un rey) y algún chaval o alguna chavala acabará haciéndose daño. La idea es mala. Punto. Y lo es, para empezar, porque no cumple el objetivo: el mensaje, por necesario que sea, no se transmite. Se transmite la acción, la agresión sin sentido, lo infantil del hecho de arrojar comida contra obras de arte para conseguir un poco de casito. Hemos iniciado una escalada que tenemos que frenar si no queremos sumar más daños a los que ya provocamos.

Y local

El monólogo de Toni Cantó al inicio de su programa en 7NN, esa cadena que aspira a ser la Fox española, no merece ni comentario: sin gracias y homófobo. Lo esperado. Yo me quedo con el hecho de que la primera entrevistada en su “late night” para votantes de Vox haya sido Lucía Etxebarria. Ya sabíamos que la escritora ha entrado en una espiral de ridículo asombroso pero, sinceramente, siempre he pensado que es más lista de lo que parece. Desde ayer tengo claro que no, que Etxebarria ha dejado de distinguir lo que está bien de lo que está mal y que su necesidad de atención es más una alerta que una consecuencia.

Es lo que tiene

El Athletic jugó mal en el Camp Nou. A Valverde ese campo como visitante le vence. Pero no es menos cierto lo que tuitean con su habitual tono en Pozas Enfurecida: “Es lo que tiene el doping financiero. Un equipo que tenía que estar descendido administrativamente te pinta la cara en 20 minutos”. Todos los equipos de la Liga, no solo el Athletic en su peor encuentro de la temporada, tienen que enfrentarse a este Barcelona. Un Barcelona que ha podido vender lo que no tiene todavía para reforzar cada línea y pasar por encima de clubes que en vez de hacer ciencia ficción financiera gastan solo de lo que tienen, precisamente.

Irresponsables

La “ofensiva” del PP contra el gobierno español “para bajar impuestos” (El Independiente) es una decisión pésima y una acción en todo punto reprobable: usar los recursos de una comunidad autónoma o un país, de su ciudadanía, en cualquier caso, para hacer populismo es despreciable. Un error. Pero no por ignorancia: es un error decidido, pensado, pasado por varios filtros y, finalmente, ejecutado. Y sus consecuencias pueden ser desastrosas más allá del momento político. Esa es la carta de presentación que Feijóo ha decidido jugar: bajar los impuestos, favorecer a quienes más tienen y perjudicar a la mayoría. Si gana con eso España tiene un problema terrible.

Contarlo bien

Lo que pretende hacer el PP en España tenemos que contarlo bien: una bajada de impuestos que beneficia a la minoría que más tiene y perjudica al resto es un argumento de campaña pésimo, y así debemos mostrarlo. Solo estoy siguiendo el breve tuit de Xavier Colás desde Moscú: “Lo que está pasando en este país es horrible. Lo único que podemos hacer es contarlo bien”. En efecto, no  podemos hacer otra cosa, no hay alternativa: tenemos que contar bien lo que sucede, llamar a las cosas por su nombre y señalar a esas webs intoxicadoras como tal sin pedir la opinión a sus responsables en platós de televisión.

Ahora, que se entienda

Muy mal lo cuentan, por ejemplo, en la cuenta en Twitter de Podemos en la que plasman su posición sobre los conflictos internacionales. Después de leer el hilo, que más bien es un galimatías, uno no sabe si la de los referéndums que quiere impulsar Rusia ante el avance de Ucrania es una buena noticia o una mala noticia. Por supuesto, no van más allá. Será que es difícil tener una opinión sobre el reclutamiento forzado de la población civil y una amenaza nuclear a todo el mundo. Si un canal de comunicación no comunica, ¿para qué sirve? Si una opinión no aporta, ¿para qué sirve? Si un partido no habla claro… Mejor me callo.

No es un caso aislado

Hablamos de contarlo bien y es Antonino Mora quien mejor lo hace con un hilo en Twitter en el que demuestra algo de memoria y mucha valentía para recordar no solo la violencia de un grupo numeroso de hinchas de del Atlético de Madrid, agravada con cánticos: “Vascos, hemos venido a acuchillaros y el resultado nos da igual” y “Aitor Zabaleta era de la ETA” son viejos y tristes conocidos, pero no son los únicos: el hijo de Mijatovic que falleció con 13 años, los extranjeros (el pasado fin de semana) e incluso jugadores propios, son objetivos de quienes “campan a sus anchas por todos los estadios de España con banderas y saludos nazis”.

Sí, es importante

Creo sinceramente que quien hizo la entrevista a Nico Williams se equivocó. Cualquier universitario de la misma edad y con el futuro económico resuelto habría dado respuestas muy parecidas. Y el pequeño de los Williams no es ningún referente, solo es un jugador más, no podemos pedirle cuentas ni que sea modélico. El “herritik sortu zinalako” es hoy una estrofa que tenía más sentido en otro tiempo. Un referente es Messi y a él sí podemos pedirle que no sea retorcido ni avaricioso. Pero lo es: el trabajo de El Mundo que nos ha permitido verlo sí es acertado porque nos da la medida de lo podrido que está un negocio que mueve tanto dinero.

¿Rusofobia a la madrileña?

De pocas cosas estoy tan seguro esta semana como de que hace más calor de lo que es normal por culpa del cambio climático y de que José Luis Martínez-Almeida es la víctima de la propaganda rusa en forma de broma cruel de dos humoristas rusos. La supuesta rusofobia del alcalde de Madrid solo tiene que ver con una situación en la que él creía contar con la complicidad del alcalde de Kiev (que luego no lo fue) y, por supuesto, con el fallo de todos los controles de seguridad y comprobación. Agosto es un mal mes para hacer cosas complejas. Pero solo podemos señalar a quienes diseñaron y ejecutaron la supuesta broma.

La decisión

Ante la evidencia de que todos los controles en Madrid fallaron, de que una figura institucional ha sido puesta en ridículo por la propaganda rusa, y de que estos supuestos humoristas han sido crueles y han insultado abiertamente a un alcalde que eligieron mayoritariamente las y los madrileños, tienes que tomar una decisión: o dejar claro quién es el enemigo y la víctima, por poco que te guste, por muchos errores que haya cometido. O puedes reírte de esa víctima, hacer sangre y mandar a tomar por el saco todo el sistema institucional porque, qué demonios, cómo vas a dejar pasar la oportunidad de tuitear y profundizar en el ridículo.

Un poco de humildad

Xavier Colás es un periodista que conoce bien Rusia y puede medir, mejor que cualquier tuitero de tumbona y piscina, la gravedad de la situación. Y resulta significativo que, en este momento, haya optado por la humildad: “Llevo 20 años transcribiendo mis propias entrevistas y escuchándome decir ‘aha’, ‘claro’, ‘sí’ y ‘sin duda’ a las mayores mamarrachadas siderales que me han ido diciendo. El asco que me doy es notable, pero sé vivir con ello. Almeida no es Nureyev pero estaba bailando con Borat”. Pero parece, por lo menos en Twitter, que todos habrían notado el engaño y habrían dado la vuelta a la situación en inglés y con fluidez.

Tiene razón Don Mitxel

“Que la manipulación sea burda, pues es igual, que Arralde no exista, pues también es igual, que la única fuente sea Calimero, pues creíble, aquí tiras la caña y te das cuenta cómo funciona  la información que recibe la España descerebrada”, escribe el célebre tuitero vasco después de haber lanzado un tuit exagerado (que un municipio vasco que no existe y gobernado por Bildu nombra hijo predilecto al asesino de Miguel Ángel Blanco) que ha servido como gusano para repescar a todos los cavernarios de hoy y siempre. En este caso, el engaño no buscaba una lapidación pública y los que han hecho el ridículo han sido proactivos.

El jefe de Estado que queremos

Sobre la polémica del Rey en Colombia, cuando no se levantó ante la espada de Bolívar, Alberto Elías ha escrito un tuit sencillo pero directo: “No entiendo tantas críticas, si os parece una falta de respeto tan grave lo que ha hecho la próxima vez no le votéis y ya está”. El problema, en efecto, es que el jefe de Estado responda solo a sus intereses y que estos sean un misterio durante décadas. Pero yo sigo pensando que no hay mejor jefe de Estado español para las y los vascos, ni para las y los republicanos en España: mejor un Felipe VI dominado por las obligaciones, su padre y la rectitud de su mujer, que uno que, simplemente, sepa estar.

Que nadie se mueva…

Nadie quiso moverse el lunes en el PP, todas y todos estaban estáticos, fijados por la foto que se sacaban y tuiteaban, ipso facto, votando al nuevo líder, al aclamado Núñez Feijóo. ¿El 99,63% de los votos? Pues me parecen pocos, igual Pablo Casado voto en blanco, o nulo, haciéndolo a Homer Simpson o con una rodaja de chorizo en el sobre. Nadie sabe quién será la díscola o el díscolo que no ha permitido ese 100% redondo en el haber del nuevo presidente del PP, que lleva ejerciendo como tal desde que Vox entró en el gobierno castellano y leonés. El nuevo PP empieza a la búlgara, por el bien de todos, que no acabe a la madrileña.

Que ya lo hacen otros

Nadie se mueve en el PP porque todas y todos quieren ser inmortalizados votando correctamente a Núñez Feijóo, y porque los de los vaivenes tienen que ser los del PSOE. Miquel Roig, una vez más, clavaba su tuit: “El Gobierno dice que ha informado a Argelia de lo del Sáhara y Argelia responde que es mentira (ahora el Gobierno dice que ya tal). El Gobierno anuncia que ya ha llegado a un acuerdo con los transportistas y a los 20 minutos tres nuevas patronales se suman al paro. El Gobierno anuncia la semana pasada que limitará el precio de la luz a 180€ el MW. El Gobierno anuncia hoy que ya no se plantea limitar el precio de la luz”.

No es un pedazo de tierra, es su ciudadanía

Cuando Zelenski habla de no ceder territorio ante Rusia no se trata de un pedazo de tierra, que en sí mismo es importante, por cierto. Se trata de una parte de la ciudadanía ucraniana que quedará bajo el yugo de un país al que rechazó democráticamente en 1991. Eduardo Saldaña recuerda en Twitter el mapa de aquel referéndum, en el que hasta en las zonas más prorrusas los votos a favor de la independencia fueron el 80% o más. Cuando hablamos de países hablamos de las personas que los habitan, que nadie olvide esto al mostrarse a miles de kilómetos templado contra invasiones o belicoso contra el derecho a defenderse.

Y no es Meta, es Rusia

Finalmente, no ha sido necesario que Meta (la empresa propietaria de Facebook, Instagram y WhatsApp) tome la decisión de abandonar el país de Putin: “Un tribunal prohíbe Facebook e Instagram en Rusia por ‘extremismo’. Acusa a estas redes sociales de difundir informaciones sobre Ucrania que no coinciden con lo que Moscú considera oficialmente ‘verdad’ y por contribuir a la difusión de manifestaciones por la paz” (Xavier Colás, en Twitter). Es Rusia quien aísla mediáticamente a su población para intoxicarla, para manipular el aislamiento económico y moral que está sufriendo la dictadura rusa (a la que algunos aún siguen justificando).

Definitorio

Tiene razón Borja Barba cuando tuitea que esta noticia de Europa Press: “El Defensor del Pueblo recibe quejas de ciudadanos que han invertido en ‘criptos’ y ‘han perdido todo’”, es un rasgo “definitorio de una sociedad que nunca jamás es responsable de nada y siempre exige explicaciones por sus propios errores”. Es así de sencillo: nos hemos convertido en una sociedad que solo exige y que hasta cuando una pandemia mundial limita su acción se queja, vía sindicatos, cómo no, ante los gobiernos, como si estos no fueran parte de la sociedad, sino entes a los que señalar, reclamar y seguir exigiendo.

Un folio en blanco

La respuesta a la ya famosa “Z” con la que los rusos marcan sus vehículos militares y los terrenos masacrados a su paso va a ser una hoja en blanco. Por portarlo, por mostrarlo, las y los manifestantes rusos son encarcelados y se enfrentan a multas e incluso penas de prisión. No piden nada, no reivindican nada, no denuncian nada: solo portan una plana sin mensaje porque todo el mundo, también quienes ejercen la represión en Rusia, sabe lo que significa. Antonio Cartier lo tuiteaba con pleno acierto: “Un folio en blanco puede ser cualquier cosa. Y nada hay más peligroso para una dictadura que fomentar la imaginación”.

Censura siempre fue la suya

Cuando anunciaron la desconexión de Rusia Today para limitar la propaganda rusa no me importó porque no reconozco como medio de comunicación lo que es un aparato de intoxicación que hace juicios sumarísimos: “Desde el canal RT algunos ya han dictaminado sobre Marina Ovsyannikova, la trabajadora que irrumpió con una pancarta en un estudio de televisión estatal de Rusia. ‘Esa zorra debería estar encerrada durante diez años’, ha dicho Anton Krasovsky. Este presentador del canal financiado por el Kremlin ya dijo en enero que Ucrania es territorio ruso y que Moscú debía ‘recuperarlo’ por la fuerza” (Xavier Colás).

Otro propagandista

La altura política de Alberto Núñez Feijóo ya ha quedado al descubierto y es más bien tirando a bajito en lo democrático y lo discursivo. Su primera acción ha sido permitir la entrada de la extrema derecha en un gobierno autonómico, un hecho tan grave que hasta el presidente del PP Europeo se lo afeó expresamente. Y sus primeros discursos están siendo paupérrimos. Pello Salaburu, por su parte, le afeó en Twitter esto otro: “Feijóo: ‘El gobierno se está forrando con el precio de los carburantes y de la electricidad’. Un gran líder, incapaz de distinguir entre ‘gobierno’ y ‘estado’. ‘Se está forrando…’, dice. Sabe de qué habla”.

Pero no juega con videojuegos

Manuel Murillo, que está siendo juzgado por exhibir en WhatsApp su intención de “matar” a Pedro Sánchez, ha decidido marcarse un Infanta Cristina. No es que sea un delincuente, es que no se enteraba de nada, en su caso, por “una ensoñación del vino y el orujo: ‘Mezclé las películas y me sentí un héroe para salvar a España. Como oía mucho a Losantos, que también es un patriota…’”. Esto es lo que destaca en Twitter el periodista Alfonso Pérez Medina. Si se tratara de alguien más joven (Murillo ya pasa de los sesenta) que reconociese jugar a videojuegos, los juicios paralelos ya estarían resueltos.

La revolución del entretenimiento la protagoniza Kiko Rivera

Escribo estas líneas porque soy un boomer, un viejo y un ciego que no entiende por dónde va el futuro del entretenimiento y los medios de comunicación. Todo eso que acabo de describir es lo que me impide valorar en su justa medida que Ibai Llanos (cuyo éxito es indiscutible y no necesita estas aventuras) haya organizado y esté emitiendo en Twitch un concurso de cocina entre personas que no son cocineras, sino streamers en esa plataforma, y Kiko Rivera. El hijo de Isabel Pantoja, sí. Ahí está la revolución, lo novedoso, lo que engancha a la juventud, lo que los viejos medios no somos capaces de ver ni ofrecer. Claro que sí.