¿Le hacemos un Bizum?

Estoy preocupado porque Juan Carlos I, el campechano, se ve “obligado de nuevo a interceder por Froilán tras quedarse sin trabajo en Abu Dabi” (Vozpópuli). Una pena lo de ese chaval al que la vida le sigue negando oportunidades mientras le regala fiestas. ¿Qué va a hacer ahora en Emiratos Árabes? ¿Se puede cobrar el paro en aquel país? ¿Cotizó en España o sigue la tradición familiar? Demasiada presión. Tal vez por eso, cuando vuelve a Madrid, “se desata”. Pobre hombre. Y pobre abuelo que, a su edad, tenga que hacer “uso de sus contactos para ver dónde puede encajar a su nieto”.

Incomprensible

“Se venden más Leicas que nunca”, leo con asombro en Photolari. Lo hago porque sé lo que cuesta una de sus cámaras: la M11 y la Q3, que son sus modelos más vendidos, tienen precios cercanos a los 9.000 y a los 6.000 eurazos, respectivamente. ¿Quién puede permitirse un capricho de este tipo? Por lo visto, más gente que nunca. Por lo tanto, hay más gente que nunca con demasiado dinero. El sector del lujo no deja de crecer y, con él, debe hacerlo nuestra capacidad para sorprendernos e indignarnos mientras pagamos el litro de aceite de marca blanca a casi 10 eurazos. Yo no lo entiendo.

Exprópiese

Pero si el precio de una Leica me parece loco y que más gente que nunca pueda acceder a la marca me parece aún más loco, con esto que leo en The Objective me entran ganas de expropiarlo todo: “El último gran negocio de las marcas de coches caros es venderlos mucho más caros aún”. ¿Cómo? Personalizándolos como si no costase: “Tonos de pintura únicos, profusión de detalles en fibra de carbono procedente de la alta competición, placas en metal precioso con el nombre del propietario grabado, cromatismos interiores fuera de catálogo, accesorios hechos a mano con materiales aeroespaciales”.

Tenemos que acabar con esto

Con lo que tenemos que terminar, en términos generales, es con este sistema capitalista irracional: resulta que si una empresa gana dinero, para seguir obteniendo beneficios tendrá que acometer despidos (aunque pueda mantener sin problemas los puestos de trabajo). “Los inversores de Wall Street los adoran”, llevan a portada en Business Insider. Pero el texto es aún más perverso: “Las empresas los anuncian como estrategia para demostrar al inversor su compromiso con el recorte de gastos y la mejora de la eficiencia, buscando así revalorizar sus cotizaciones”.

Hay demasiados

Hay demasiados tontos y demasiadas tontas con demasiado dinero. Cómo lo consiguen es evidente: con pocos escrúpulos o con una fortuna familiar previa. Y tenemos pruebas de sobra como para pararlo: no consigo explicarme que personajes como David Cánovas, más conocido como The Grefg, haya ganado suficiente dinero como para comprarse un edificio y tener un problema con una inquilina. Yo no sé si esta mujer tiene dinero de sobra, como asegura el youtuber, o es una desahuciada sin recursos, pero sí sé que el relato en El Plural dibuja a un tipo sin sensibilidad ni idea de la vida.

¿Dónde están?

Pocos tuits habrá como este de Bildu, de una entrevista a Arnaldo Otegi en Radio Popular, que dejen tan claro el viraje de la izquierda abertzale. El líder sin caducidad se pregunta: “¿Dónde están los foralistas navarros?”, ante la transferencia de Tráfico fallida que pactó su grupo en el Congreso. ¿Y dónde estaba la izquierda abertzale, que acaba de darse cuenta de cómo funcionan las negociaciones y las transferencias? Sentencia Otegi: “La judicatura en española está en modo golpe de estado contra el gobierno de Sánchez”. Para velar por España ya está su agrupación, que quede claro. ¡Ay, cómo pesa el plato de lentejas!

No pasa nada. O sí

Hablando de la izquierda española desde el PSOE a la pared, podemos percibir que su obsesión por el gobierno español está haciéndoles perder la perspectiva territorial. El PSOE es hoy un partido instrumental para que Sánchez siga en Moncloa. Y Sumar, una marca para las elecciones generales. A los hechos me remito: “Yolanda Díaz rescatará a Marta Lois tras el naufragio de las gallegas” (EPE). Candidatas que van y vienen a Madrid, designadas a dedo y reubicadas al dedillo, no resultan convincentes ni atractivas. ¿Quién se queda en Galiza para luchar porque Sumar sea una fuerza parlamentaria, como Democracia Ourensana, por ejemplo? ¿Qué perciben las y los votantes?

Mientras tanto…

Mientras hablamos de las elecciones gallegas, de cómo el PP ha tenido un resultado extraordinario y los partidos de izquierda españoles se disuelven como azucarillos en el café de los partidos que les apoyan, el gobierno español, ese tan progre, el de Sánchez que pide líderes fuertes y el de Díaz que recoloca a sus apuestas, “ya piensa en que trabajemos más allá de los 70 años mientras cobramos pensión de jubilación. Una más baja, claro” (El Blog Salmón). ¿Es acaso esto progresista? ¿Quién se va a beneficiar de esta idea en mayor medida, taponando la escalada de personas más jóvenes a altos cargos empresariales?

Se llama Yulia Navalnaya

Xavier Colás, corresponsal de El Mundo en Rusia y Ucrania, lo tuitea así de bien: “Se llama Yulia Navalnaya. Se une a X tres días después de que matasen a su marido, Alexey Navalny. Anuncia que quiere continuar su labor”. La labor del opositor que ha fallecido en una durísima cárcel rusa le llevó, precisamente, a esa cárcel, y presumiblemente, a ser envenenado y atacado en varias ocasiones. Yulia ha aceptado tener encima una espada de Damocles en forma de arma oficial de las fuerzas del orden del Kremlin, y lo ha hecho porque alguien tiene que hacerlo: alguien tiene que dar esperanza de futuro al pueblo ruso.

TikTok avanza

Me parece que la pieza de Business Insider sobre el futuro de TikTok es demasiado pesimista: en el digital creen que “cabrear a los usuarios obligándoles a ver anuncios podría ser su perdición” aunque reconocen que “la red social ha ganado anteriores batallas gastándose miles de millones de euros y poniendo en práctica movimientos empresariales inteligentes”. En resumen: la incorporación de Biden a TikTok (pese a haber señalado repetidamente los posibles perjuicios de la red) coincide con campañas comerciales intensas que hacen que se quejen sus usuarias y usuarios. Es decir: lo de siempre, otra vez.

Hasta el final, Antonio

La subida del SMI puede ser necesaria, no lo discuto. Lo que sí creo es que no están explicándola con honestidad: no hablamos de Garamendi y a quienes representa, que encienden puros con billetes mientras pagan el mínimo. Hablamos de pequeñas empresas en las que cada euro cuenta para llegar a fin de mes con la persiana abierta. Lo que sí sería valiente es cerrar el grifo a quienes más tienen: los altísimos sueldos y bonus de las capas altas no son justificables, y decirlo no es de república bananera. “¿Hasta dónde vamos a llegar?”, se preguntaba el de la CEOE. En este tema, espero que hasta el final.

Un país subvencionado

José Rosado ha hecho el cálculo en El Debate: en España, una de cada tres personas mayores de 15 años cobra directamente del Estado en forma de paga pública (funcionariado), pensión o el IMV. Euskadi sube la media: “Cuatro de cada diez vascos mayores de 20 años perciben ya una ‘nómina’ pública”. Estamos hablando de un desequilibrio difícil de sostener. Porque sí, las y los funcionarios pagan sus impuestos. Vale. Pero al final de la cuenta sale siempre el dinero de quienes no reciben un pago público y directo. Y no soy yo un peligroso neoliberal, al contrario. Pero este modelo tiene sus límites y debemos ser conscientes de ellos.

No puede salir todo del mismo sitio

Las trabajadoras y los trabajadores públicos, por cuenta ajena en una empresa, por cuenta propia, y las y los pensionistas, igual que las y los receptores de una RGI, tenemos que ser conscientes de los límites del modelo. Y para ello necesitamos que nuestras y nuestros representantes políticos nos digan la verdad. Porque en los ministerios saben que el modelo se agota rápidamente, si no, no plantearían cambios en la cotización de un colectivo heterogéneo y encadenado a su trabajo más que ninguno: no solo las y los autónomos vamos a pagar más, ahora también nos invitan a trabajar más años. Total, si nos quejamos da igual.

Millonarias y millonarios, así, sí

Estas son las noticias que hay que difundir: “Más de 250 millonarios se juntan para pedir que la élite política reunida en el Foro Económico Mundial en Davos acuerde mayores impuestos a los ricos” (Business Insider). Si algo tememos en los medios es el efecto llamada al vandalismo, malos tratos o suicidio. Pero si a algo no debemos tener miedo es a que se contagie la evidencia de que las y los ricos pueden y deben pagar más, de que nuestra civilización es una mierda pinchada en el palo de la desigualdad, que ha crecido a su vez en el árbol del capitalismo. Necesitamos redistribuir la riqueza, y hacerlo urgentemente.

Exprópiese

Podía haber elegido la noticia también en Expansión de los móviles de entre 1.200 y 1.800 euros que son capaces de elegir tu mejor foto entre las de una ráfaga, generar fondos si el cuadro te ha quedado corto, o buscar en Google un objeto que has visto en cualquier sitio, directamente. Pero ya que hablamos de lujos innecesarios, vamos a hacerlo del “reloj de Breguet con 393 diamantes” y que costará de 153.000 a 164.000 euros. Nadie necesita semejante horterada, nada justifica comprárselo salvo no saber en qué demonios vas a gastarte el dinero. Y si estás en esa situación, es simple: no lo necesitas.

¿Quién es influencer?

De la nueva ley que controlará qué pueden o no anunciar las y los influencers, en Xataka han sabido fijarse en lo importante: quién es influencer. A saber, sus “ingresos brutos del ejercicio anterior deberán ser iguales o superiores a 500.000 euros, derivados únicamente de la actividad en las plataformas”, “deberán contar con un número medio de seguidores igual o superior a 2.000.000 en alguno de los servicios de vídeo en los que desarrolle su actividad” y “haber realizado al menos 24 vídeos”. Eso deja fuera de regulación a “más de 12.000 influencers profesionales con más de 100.000 seguidores”.

¿Las redes sociales han muerto?

No es la primera voz a la que se lo oímos pero igual sí es una de las más interesadas: según el fundador de Snapcaht, Evan Spiegel, las redes sociales tradicionales (las de Zuckerberg y la de Musk) “han muerto” (Business Insider). ¿El motivo? “Están poniendo en contacto a pedófilos, alimentando la insurrección y recomendando propaganda terrorista, sabemos que Snapchat hace feliz a la gente”. Sin embargo, la suya, en su feliz opinión que ha trasladado a sus trabajadoras y trabajadores sin que la pidiesen, ofrece “a la gente la posibilidad de expresarse, vivir el momento, aprender sobre el mundo y divertirse juntos”. Pues vale.

El nuevo modelo también falla

No son pocas ni pocos los que ven un agotamiento en el modelo de negocio de los streamers, tanto de esas y esos a los que se refiere la ley que desgranan en Xataka, muy visibles en YouTube, como a las y los que se han refugiado en Twitch. La plataforma de streaming que nació con el mercado ya maduro y una idea clara, la de monetizar las retransmisiones y repartir la ganancia con la creadora o el creador de contenidos, anuncia despidos: un 35% de su plantilla se irá a la calle. 500 empleadas y empleados que entrarán en su plan para reducir costes porque sus gestores no han encontrado la manera de rentabilizar la idea.

Pero con casa

Me hago mayo y, al mismo tiempo, el mundo cambia muy deprisa: vemos cerrar hamburgueserías y abrir restaurantes de ramen. La juventud no quiere tener hijas e hijos, y no piensa tampoco en cómo será su futuro con sus decisiones. Tampoco entiendo su música, pero eso es porque ya nadie vocaliza. Lo que sí parece, y me ha resultado muy interesante esto en The Conversation, es que nuestras y nuestros descendientes tendrán casa: la baja natalidad permitirá que la juventud acceda a viviendas heredadas con mayor facilidad. Y eso supondrá un problema, principalmente, para la banca.

La generación que vacaciona

Creo que uno de los rasgos que sí comparte mi generación con las venideras es nuestra fijación por ir de vacaciones: salir, coger un avión si es posible (en ese momento pensamos menos en nuestra huella medioambiental) y un hotelito o un apartamento en Airbnb (depende de los prejuicios y los precios). Pero la escapada no se discute. Y esta no es solo mi percepción: “Los hoteles derrocan a las oficinas como el activo inmobiliario favorito de los inversores. La inversión y el apetito por comprar hoteles o activos residenciales se ha disparado, frente al de las oficinas o los activos comerciales, que está más mermado” (Activos).

¿El nuevo Twitter?

Cuando Elon Musk apareció en la sede de Twitter con un inodoro, después de haber pagado 44.000 millones de dólares, supuse que Mark Zuckerberg estaría frotándose las manos. Lo mejor que le podía pasar a Meta es un mono con dos pistolas al frente de la red social que le había ganado la mano en “la conversación global”. Tardó, pero el gigante de Facebook, Instagram y WhatsApp lanzó Threads, pero no en Europa, donde la regulación no le permitía operar como pretendía. Su llegada al viejo continente, no obstante, es cuestión de (poco) tiempo y lo hará superando en descargas a una app ya instalada pero con mucho agotamiento.

Y los “nuevos” negocios

El mundo de la fotografía está patas arriba: uno se pasea por Photolari y junto a los artículos que puedes esperar sobre fotógrafos, objetivos y concursos de imágenes mundiales, hay estas tres noticias: una empresa ha diseñado un flash de estilo retro que costará unos 100 €, Kodak ha lanzado un nuevo Super 8 (sí, el de las cintas) y una nueva marca de carretes espera hacer la competencia a la misma Kodak (y por un precio “razonable” de 12 euros el rollo). Yo volví a disparar en película cuando los carretes costaban 4 euros, ahora, que se venden a 24, me niego a participar en un pasatiempo de pijas y pijos, por lo que parece, muy rentable.

Uno más

Esto de Xataka no está publicado el 28 de diciembre, pero lo parece: “Una revista llevaba meses publicando artículos escritos por IA usando redactores falsos. Han sido descubiertos, claro. No había ni rastro de los redactores en Internet y sus fotos de perfil habían sido compradas en un portal de venta de imágenes generadas por IA”. La revista en cuestión es Sports Illustrated, pero de aquel clasicazo solo queda la marca, que explota ahora la empresa Arena Group, responsable de esos contenidos y esas falsas autorías que ha destapado otra publicación: Futurism, especializada en tecnología.

Total, nos va a sustituir una IA…

Tengo claro que el lujo del futuro va a ser el contenido creado exclusivamente por humanos. Las personas normales leeremos o veremos noticias u obras generadas por inteligencias artificiales más o menos depuradas, y las más ricas podrán pagarse modos de creación artística o para pasar el tiempo que generen otras mentes y manos humanas. Casi todas y todos vamos a ser sustituidos, así que, aprovechemos el momento. Algunos ya lo hacen, según Business Insider: “El gran secreto de Silicon Valley: el sorprendente auge de los malabaristas del trabajo que tienen en secreto varios empleos para ganar más sin echar más horas”.

Los objetivos

Ya sé que no tengo ni idea de inversiones ni economía, pero sí sé de cuestiones básicas: si hay dinero en caja y volumen de trabajo, puedes seguir adelante. Sin embargo, Spotify ha dado esta noticia: “1.500 nuevos trabajadores van fuera en la tercera ola de despidos del año” (Genbeta). Mientras la leía abrí una nueva ventana en el navegador, busqué los beneficios obtenidos por la empresa y encontré este titular en Europa Press: “Spotify registra un beneficio de 65 millones en el tercer trimestre frente a pérdidas de un año antes”. ¿Por qué lo hacen? Por los objetivos, las finanzas y el accionariado, claro.