La campaña más insustancial

Algo han hecho bien Bildu, como lo han hecho en el BNG y como lo hicieron en ERC, para que una campaña discreta les sirva para acariciar un eurodiputado para cada una de las formaciones el próximo 9-J. Algo han hecho bien, sobre todo en Euskadi, sin hacer gran cosa a nivel europeo, que es lo significativo: Iparralde les estorba en este proceso y EH Bai se integrará en la lista española. Pero no es menos cierto que Hegoalde tampoco les ha importado: Pernando Barrena ha sido eurodiputado solo la mitad de la legislatura, y cuando ha estado, ha trabajado a tiempo parcial para Euskadi, priorizando el proyecto internacional de Bildu.

La más capciosa

Precisamente Bildu en campaña ha usado el argumento de la ley de Vivienda con asiduidad, y seguramente vuelva a hacerlo aunque los debates sean otros. También lo harán los otros dos partidos que la defienden todavía: Sumar y el PSOE. Un PSOE que, desde la presidencia del gobierno español, además, usó la campaña posterior a su aprobación para anunciar hasta 184.000 viviendas públicas, según el recuento de Vozpópuli. Pues bien: “Moncloa ha tramitado menos de 10.000 viviendas públicas desde julio de 2023”. Esa es la realidad. Como lo es que la ley de Vivienda, de momento, solo ha servido para subir los precios. Estos son los hechos.

Alguien tiene la propiedad

Una de las cosas que me pasma de esta corriente nueva sobre la vivienda es la hipocresía con la que actúa la izquierda, que defiende argumentos contrarios a las soluciones con un aplomo sorprendente solo porque los dicen ellas y ellos, las y los de izquierdas. Pero se equivocan: solo el fomento de la oferta mejorará la situación. Y se equivocan también (y lo saben) incentivando el alquiler, porque esas viviendas siempre son de alguien. Y las y los propietarios se frotan las manos: “Tu cuñado tenía razón: comprar vivienda es la mejor inversión (lo dicen los datos del Banco de España)”, titulan en Business Insider. Y nadie rectificará aún.

Y alguien tiene la culpa

He empezado la columna hablando de la campaña más insustancial: la que llevará a cabo Bildu para que nadie se pregunte dónde estuvo y qué hizo Pernando Barrena durante la legislatura. Pero no serán los únicos que querrán pasar desapercibidos y vivir de lo que dejó la ola sobre la orilla: en Podemos parece que el escaño de Irene Montero está asegurado, así que se dedican a sus chorradas. Porque no tiene otro nombre el requiebro de Ione Belarra para echar la culpa a EE.UU. de la invasión de Rusia sobre Ucrania. Antonio Maestre lo califica en X como “espectacular”. Un regate que ni el de Nico Williams a Manu Bueno y Loïc Badé.

Reus, como Dios

En el mismo partido en el que Nico Williams levantó ese “hala” en San Mamés con su doble regate, despedimos a Iker Muniain y Raúl García. Dos jugadores que nos han regalado goles y momentos emocionantes, de esos que hacen que te enamores del fútbol, como los dos últimos que marcaron con el Athletic. En el mismo fin de semana se ha despedido otro grande del fútbol: Marco Reus jugaba su último partido en el estadio del Borussia Dortmund y lo hacía a la alemana, esto es, pagando una ronda de cervezas. 80.000, una por cada asiento del Westfalenstadion que dejó abonadas el jugador para agrandar aún más su leyenda.

Escribo lo que quiero

Valoro los periódicos (en papel y en Internet) por sus columnistas y cronistas. Soy “old-school” y soy consciente de ello. Y leo con el mismo placer a quien piensa parecido a mí y a quien decide colocarse en la trinchera de enfrente. Solo les pido que escriban bien (algo que sé que yo no hago) y que sean honestos (algo que intento ser con todas mis fuerzas). Y esos rasgos los encuentro en Antonio Agredano, capaz de plasmar así de bien su búsqueda de la libertad de opinión: “Digo lo que pienso y siento lo que digo. A partir de ahí, que cada cual encuentre su nube en el paraíso, lo más cerquita de Kapuściński que pueda”.

Y leo a quien me aporta

No coincido con lo que suele opinar Bernat Dedéu y menos me gusta su pose en X, pero es otro de esos que escribe bien y va desarrollando sus pensamientos de un modo coherente en sus columnas, por eso lo leo y lo recomiendo. Y desde su posición “antiprocesista” en El Nacional, explica de un modo descarando qué sucede en el nacionalismo catalán (y de paso, en el vasco): “Desde que Pedro Sánchez lo nombró virrey de Catalunya y Esquerra se disfrazó de la Convergència más pactista, a Junqueras solo le queda una tarea pendiente: que Salvador Illa tenga la presidencia y que Puigdemont vuelva al país bien jubilado”.

Casi todo vale

Tengo mucha suerte: una parte de mi labor diaria es leer lo que publican diferentes medios y escriben sus columnistas, y me gusta pensar que complemento, más que contrasto o enfrento, las informaciones y opiniones. También me gusta mucho encontrar esas noticias que parecen versos sueltos. Así, como si nada, en Business Insider abrían con esto: “Nuevo récord de deuda pública: aumenta hasta los 1,61 billones en marzo”. Solo en un mes “creció en 10.401 millones”, y así “España es el cuarto país con la deuda más alta de la UE”. A mí esto me preocupa, y que la ciudadanía dé por hecho que no tiene consecuencias, me azora.

¿A alguien le sorprende?

No puedo acabar la semana sin hablar de la Inteligencia Artificial con voz que ha presentado OpenAI. Enrique Dans titulaba su crónica con precisión: “’Her’ ya está aquí”. La película en la que Joaquin Phoenix se enamoraba de un asistente virtual con la voz de Scarlett Johansson anticipó lo que vimos. Esta vez, sin embargo, parecía real. Y más de una y uno mostró su asombro… Para mi sorpresa. No pretendo enredarme en un juego de palabras: igual es porque he leído y visto mucha ciencia ficción, pero lo que nos demostraron cabía en cualquier mente. Solo nos faltan los coches voladores… O los de Mad Max.

Nuevos autores en no tan nuevos miedos

Hoy X, aunque Elon Musk le haya cambiado el nombre, no es un nuevo medio. Forma parte desde hace años de nuestras fuentes de información y, aunque no es lo que era aquel primer Twitter en el que nos conocíamos todas y todos, sigue siendo una plataforma estupenda para conocer nuevas maneras de estar informados: el hilo de Endika Río sobre Iker Muniain es un ejemplo estupendo para hoy, que nos despediremos en San Mamés del capitán de la última década. Las suyas también son columnas, además, con vídeos fotos y GIF que nos permiten recordar por qué hemos querido tanto a Muniain y, por supuesto, a Raúl García.

¿Le hacemos un Bizum?

Estoy preocupado porque Juan Carlos I, el campechano, se ve “obligado de nuevo a interceder por Froilán tras quedarse sin trabajo en Abu Dabi” (Vozpópuli). Una pena lo de ese chaval al que la vida le sigue negando oportunidades mientras le regala fiestas. ¿Qué va a hacer ahora en Emiratos Árabes? ¿Se puede cobrar el paro en aquel país? ¿Cotizó en España o sigue la tradición familiar? Demasiada presión. Tal vez por eso, cuando vuelve a Madrid, “se desata”. Pobre hombre. Y pobre abuelo que, a su edad, tenga que hacer “uso de sus contactos para ver dónde puede encajar a su nieto”.

Incomprensible

“Se venden más Leicas que nunca”, leo con asombro en Photolari. Lo hago porque sé lo que cuesta una de sus cámaras: la M11 y la Q3, que son sus modelos más vendidos, tienen precios cercanos a los 9.000 y a los 6.000 eurazos, respectivamente. ¿Quién puede permitirse un capricho de este tipo? Por lo visto, más gente que nunca. Por lo tanto, hay más gente que nunca con demasiado dinero. El sector del lujo no deja de crecer y, con él, debe hacerlo nuestra capacidad para sorprendernos e indignarnos mientras pagamos el litro de aceite de marca blanca a casi 10 eurazos. Yo no lo entiendo.

Exprópiese

Pero si el precio de una Leica me parece loco y que más gente que nunca pueda acceder a la marca me parece aún más loco, con esto que leo en The Objective me entran ganas de expropiarlo todo: “El último gran negocio de las marcas de coches caros es venderlos mucho más caros aún”. ¿Cómo? Personalizándolos como si no costase: “Tonos de pintura únicos, profusión de detalles en fibra de carbono procedente de la alta competición, placas en metal precioso con el nombre del propietario grabado, cromatismos interiores fuera de catálogo, accesorios hechos a mano con materiales aeroespaciales”.

Tenemos que acabar con esto

Con lo que tenemos que terminar, en términos generales, es con este sistema capitalista irracional: resulta que si una empresa gana dinero, para seguir obteniendo beneficios tendrá que acometer despidos (aunque pueda mantener sin problemas los puestos de trabajo). “Los inversores de Wall Street los adoran”, llevan a portada en Business Insider. Pero el texto es aún más perverso: “Las empresas los anuncian como estrategia para demostrar al inversor su compromiso con el recorte de gastos y la mejora de la eficiencia, buscando así revalorizar sus cotizaciones”.

Hay demasiados

Hay demasiados tontos y demasiadas tontas con demasiado dinero. Cómo lo consiguen es evidente: con pocos escrúpulos o con una fortuna familiar previa. Y tenemos pruebas de sobra como para pararlo: no consigo explicarme que personajes como David Cánovas, más conocido como The Grefg, haya ganado suficiente dinero como para comprarse un edificio y tener un problema con una inquilina. Yo no sé si esta mujer tiene dinero de sobra, como asegura el youtuber, o es una desahuciada sin recursos, pero sí sé que el relato en El Plural dibuja a un tipo sin sensibilidad ni idea de la vida.

¿Dónde están?

Pocos tuits habrá como este de Bildu, de una entrevista a Arnaldo Otegi en Radio Popular, que dejen tan claro el viraje de la izquierda abertzale. El líder sin caducidad se pregunta: “¿Dónde están los foralistas navarros?”, ante la transferencia de Tráfico fallida que pactó su grupo en el Congreso. ¿Y dónde estaba la izquierda abertzale, que acaba de darse cuenta de cómo funcionan las negociaciones y las transferencias? Sentencia Otegi: “La judicatura en española está en modo golpe de estado contra el gobierno de Sánchez”. Para velar por España ya está su agrupación, que quede claro. ¡Ay, cómo pesa el plato de lentejas!

No pasa nada. O sí

Hablando de la izquierda española desde el PSOE a la pared, podemos percibir que su obsesión por el gobierno español está haciéndoles perder la perspectiva territorial. El PSOE es hoy un partido instrumental para que Sánchez siga en Moncloa. Y Sumar, una marca para las elecciones generales. A los hechos me remito: “Yolanda Díaz rescatará a Marta Lois tras el naufragio de las gallegas” (EPE). Candidatas que van y vienen a Madrid, designadas a dedo y reubicadas al dedillo, no resultan convincentes ni atractivas. ¿Quién se queda en Galiza para luchar porque Sumar sea una fuerza parlamentaria, como Democracia Ourensana, por ejemplo? ¿Qué perciben las y los votantes?

Mientras tanto…

Mientras hablamos de las elecciones gallegas, de cómo el PP ha tenido un resultado extraordinario y los partidos de izquierda españoles se disuelven como azucarillos en el café de los partidos que les apoyan, el gobierno español, ese tan progre, el de Sánchez que pide líderes fuertes y el de Díaz que recoloca a sus apuestas, “ya piensa en que trabajemos más allá de los 70 años mientras cobramos pensión de jubilación. Una más baja, claro” (El Blog Salmón). ¿Es acaso esto progresista? ¿Quién se va a beneficiar de esta idea en mayor medida, taponando la escalada de personas más jóvenes a altos cargos empresariales?

Se llama Yulia Navalnaya

Xavier Colás, corresponsal de El Mundo en Rusia y Ucrania, lo tuitea así de bien: “Se llama Yulia Navalnaya. Se une a X tres días después de que matasen a su marido, Alexey Navalny. Anuncia que quiere continuar su labor”. La labor del opositor que ha fallecido en una durísima cárcel rusa le llevó, precisamente, a esa cárcel, y presumiblemente, a ser envenenado y atacado en varias ocasiones. Yulia ha aceptado tener encima una espada de Damocles en forma de arma oficial de las fuerzas del orden del Kremlin, y lo ha hecho porque alguien tiene que hacerlo: alguien tiene que dar esperanza de futuro al pueblo ruso.

TikTok avanza

Me parece que la pieza de Business Insider sobre el futuro de TikTok es demasiado pesimista: en el digital creen que “cabrear a los usuarios obligándoles a ver anuncios podría ser su perdición” aunque reconocen que “la red social ha ganado anteriores batallas gastándose miles de millones de euros y poniendo en práctica movimientos empresariales inteligentes”. En resumen: la incorporación de Biden a TikTok (pese a haber señalado repetidamente los posibles perjuicios de la red) coincide con campañas comerciales intensas que hacen que se quejen sus usuarias y usuarios. Es decir: lo de siempre, otra vez.

Hasta el final, Antonio

La subida del SMI puede ser necesaria, no lo discuto. Lo que sí creo es que no están explicándola con honestidad: no hablamos de Garamendi y a quienes representa, que encienden puros con billetes mientras pagan el mínimo. Hablamos de pequeñas empresas en las que cada euro cuenta para llegar a fin de mes con la persiana abierta. Lo que sí sería valiente es cerrar el grifo a quienes más tienen: los altísimos sueldos y bonus de las capas altas no son justificables, y decirlo no es de república bananera. “¿Hasta dónde vamos a llegar?”, se preguntaba el de la CEOE. En este tema, espero que hasta el final.

Un país subvencionado

José Rosado ha hecho el cálculo en El Debate: en España, una de cada tres personas mayores de 15 años cobra directamente del Estado en forma de paga pública (funcionariado), pensión o el IMV. Euskadi sube la media: “Cuatro de cada diez vascos mayores de 20 años perciben ya una ‘nómina’ pública”. Estamos hablando de un desequilibrio difícil de sostener. Porque sí, las y los funcionarios pagan sus impuestos. Vale. Pero al final de la cuenta sale siempre el dinero de quienes no reciben un pago público y directo. Y no soy yo un peligroso neoliberal, al contrario. Pero este modelo tiene sus límites y debemos ser conscientes de ellos.

No puede salir todo del mismo sitio

Las trabajadoras y los trabajadores públicos, por cuenta ajena en una empresa, por cuenta propia, y las y los pensionistas, igual que las y los receptores de una RGI, tenemos que ser conscientes de los límites del modelo. Y para ello necesitamos que nuestras y nuestros representantes políticos nos digan la verdad. Porque en los ministerios saben que el modelo se agota rápidamente, si no, no plantearían cambios en la cotización de un colectivo heterogéneo y encadenado a su trabajo más que ninguno: no solo las y los autónomos vamos a pagar más, ahora también nos invitan a trabajar más años. Total, si nos quejamos da igual.

Millonarias y millonarios, así, sí

Estas son las noticias que hay que difundir: “Más de 250 millonarios se juntan para pedir que la élite política reunida en el Foro Económico Mundial en Davos acuerde mayores impuestos a los ricos” (Business Insider). Si algo tememos en los medios es el efecto llamada al vandalismo, malos tratos o suicidio. Pero si a algo no debemos tener miedo es a que se contagie la evidencia de que las y los ricos pueden y deben pagar más, de que nuestra civilización es una mierda pinchada en el palo de la desigualdad, que ha crecido a su vez en el árbol del capitalismo. Necesitamos redistribuir la riqueza, y hacerlo urgentemente.

Exprópiese

Podía haber elegido la noticia también en Expansión de los móviles de entre 1.200 y 1.800 euros que son capaces de elegir tu mejor foto entre las de una ráfaga, generar fondos si el cuadro te ha quedado corto, o buscar en Google un objeto que has visto en cualquier sitio, directamente. Pero ya que hablamos de lujos innecesarios, vamos a hacerlo del “reloj de Breguet con 393 diamantes” y que costará de 153.000 a 164.000 euros. Nadie necesita semejante horterada, nada justifica comprárselo salvo no saber en qué demonios vas a gastarte el dinero. Y si estás en esa situación, es simple: no lo necesitas.