Seamos coherentes y valientes

No puedes criticar que el PSOE apoye a Bildu en Nafarroa mientras tú te apoyas en Vox en todos los gobiernos de España en los que puedes hacerlo. De la misma manera, exactamente de la misma: no puedes criticar que el PP se apoye en Vox en todos los gobiernos en los que pueden sumar cuando apoyas a Bildu en Nafarroa o donde sea. No se trata de equidistancia, se trata de ser coherente y, sobre todo, de ser valiente: Bildu es lo que es como Vox es lo que es. Negar una cosa o la otra, o las dos, es negar nuestro presente, nuestro pasado y, sobre todo, “su” pasado. Conmigo que no cuente nadie para promover la amnesia.

No es una inocentada ni es todo lo contrario

Ninguna mujer, ninguna, va a abortar con alegría. Puede salir de la clínica con alivio, pero acaba de pasar un trago amargo que puede ser el definitivo después de una situación angustiosa, pero no necesariamente el último, por desgracia. Quienes se oponen al aborto, quienes atacan las clínicas en las que se practica, y especialmente quienes usan la religión como argumento y a los “santos inocentes” como modelo me parecen personas con una sensibilidad nula, con una experiencia vital muy privilegiada, y con una motivación para salvar no sé qué alma o patria de la que mantenerse muy alejados y alejadas.

Podemos, ¿todo o nada?

La apuesta de Podemos de separarse de Sumar en el Congreso y, sobre todo, de ir en solitario (si no convencen a ERC y a Bildu) en las elecciones europeas, parece un “todo o nada” más propio de Pablo Iglesias que de nadie más. El partido morado se la juega, y con la formación, todo su tinglado, empezando por el medio de comunicación de Iglesias que, como todos los medios, sin público potencial no es nada. Si todo se les cae, como siempre, Iglesias, Belarra y Montero echarán la culpa a las y los demás. Y si todo les sale bien, tampoco pueden engañarse ni intentar engañarnos, solo prolongarán su agonía y, eso también, tres puestos de trabajo.

¿Le sorprende esto a alguien?

En solo dos tuits, César Calderón resume muy bien lo que está pasando en Argentina, que va “camino de la autocracia”. Me refiero a esto: “Milei quiere aprovechar la horrible situación política y económica fruto de dos décadas de peronismo nac&pop  para embargar las funciones del poder legislativo y cambiar en su favor el sistema electoral”. El mismo Calderón, en otro tuit, lo describe con facilidad: “Para este tipo de líderes nacionalpopulistas y como expresó con claridad meridiana el propio Erdogan: ‘La democracia es un tranvía: cuando llegas a tu parada, te bajas’”. Y ahora, ¿qué? En Argentina, y en el mundo, claro.

La guerra sigue

La invasión rusa sobre Ucrania continúa, con noticias cada vez peores para el país invadido: EE.UU. y Europa parecen partidarios de congelar el conflicto, y parece también que a Rusia no le desagrada la idea. Lo importante, por lo tanto, empieza a ser qué se mete en cada congelador. Mientras tanto, la guerra, como la propaganda, continúan: “Ucrania destruye un importante buque de combate ruso en Feodosia”, leemos en The Objective, que cita al “gobernador de Crimea, Sergei Aksenov”. El enfriamiento del conflicto pasará también por criogenizar la comunicación: cada vez tendremos menos noticias desde el frente ucraniano.

No uses Glovo

Si no quieres que la economía se uberice, no uses Uber. Ni Glovo. Ni Airbnb. No uses esas plataformas que basan su modelo de negocio en la esclavitud, en los vacíos legales, en las y los falsos autónomos, en que el riesgo lo corran otras y otros con sus propiedades. Empresas y empresarios que sistemáticamente se ríen de un sistema al que pretenden burlar y que exigen, hay que tener la cara dura, que la legislación se adapte a sus prácticas. Prácticas como esta que Riders x Derechos denuncia: “Glovo dejará de pagar el tiempo de espera a los repartidores que esperamos un pedido delante del restaurante”. No uses Glovo.

Esto va de derechos

Las y los trabajadores de Glovo tienen derechos que la justicia les va reconociendo. De la misma manera, las y los fotógrafos también los tienen y la justicia, de nuevo, se los reconoce: Vox ha sido condenado por la difusión de una foto manipulada de Ignacio Pereira, que capturó la Gran Vía de Madrid vacía durante el confinamiento, y el partido de extrema derecha usó con un montaje de la calle llena de féretros. Las y los de Abascal tendrán que indemnizar al fotógrafo y publicar la sentencia en las mismas redes, según Photolari, donde recuerdan que Podemos también fue condenado por usar una foto en un vídeo sin permiso del autor.

Y de respeto

En Euskadi, la coalición que va de feminista tiene en la mayoría de sus partidos a hombres al frente, las esferas más altas de la coalición también las ocupan hombres y el candidato es otro hombre, de nombre, Pello. En España, el partido que va de feminista ningunea a su secretaria general a la vista de todas y todos: Pablo Iglesias es el que ha anunciado, no sabemos si también lo ha decidido aunque no le extrañaría a nadie, que Podemos no irá con Sumar en las próximas elecciones europeas. Para mi sorpresa, Ione Belarra sigue aguantando su vela pese a que, una y otra vez, su liderazgo es apartado por un manotazo de Iglesias.

Si él lo dice…

En su huida hacia delante, Luis Rubiales se ha sincerado con Alvise Pérez, el agitador de masas de la extrema derecha que engordó a la teta de Ciudadanos. El expresidente de la RFEF “sostiene ahora que su caso ha sido una cortina de humo para cubrir la amnistía” (El Nacional). Ante todo, él es una víctima: contó a Alvise que el beso fue consentido y que todas las jugadoras, incluida Jennifer Hermoso, mienten por venganza, porque no destituyó a Vilda. Él dirá lo que quiera y yo creeré lo que me le dé la gana, lo que me pregunto es quién le sostuvo durante tanto tiempo y por qué interés político, muy lejos de Alvise Pérez.

El fútbol es político

Claro que el fútbol, como fenómeno social que es, es político. Claro que un gobierno progresista puede intentar tener en la Federación un contrapoder a una Liga ultraconservadora. Lo que no es defendible es que sea un tipo como Luis Rubiales. También es político que una marca alemana, Puma, vista a la selección de Israel, y por supuesto lo es que deje de hacerlo, como leemos en Palco 23. La marca asegura que no tiene que ver con la masacre que el gobierno ultra de ese país está cometiendo en la franja de Gaza, aunque en el mismo digital mencionan varias veces un boicot a la marca por su vinculación con Israel.

Todo lo que cabe en un TikTok

Es muy, muy reseñable que en la cuenta en TikTok de Bildu hayan subido un vídeo de dos 2’37” de Mertxe Aizpurua justificando el voto a favor de su grupo a la investidura de Pedro Sánchez. Un hito histórico en la izquierda abertzale. En ese largo TikTok cabe una rectificación histórica de quienes dijeron lo del plato de lentejas, que nunca harán. Y cabe la capacidad de aceptar la opinión dictada de miles de personas que, en su odio al PNV, han encontrado la justificación necesaria para acatar cambios de rumbo imposibles. Y cabe mi admiración por hacer un resumen de una intervención más extensa tan bien hecho.

¿Pablo Iglesias, desinformador?

Manu Bravo no ha sido el único periodista que ha avisado del bulo, y Middle East Monitor no ha sido el único medio que se lo ha tragado. Me refiero a la (des)información que ha hecho circular Pablo Iglesias de que Ione Belarra ha sido cesada como ministra por su apoyo al pueblo palestino. En la cuenta de difusión, con más de 330.000 seguidoras y seguidores, han borrado el tuit que Bravo (entre muchos otros) ha aclarado. Me sorprenden dos cosas: por un lado, que Iglesias haya decidido desinformar tan burdamente. Por el otro, la buena reputación que, hasta este momento por lo menos, el gurú de Podemos tenía en el exterior.

Juan Carlos Monedero, sorprendente

Todas y todos hemos visto cómo se ha producido la salida de Podemos del gobierno. Por eso entendemos las pataletas de Iglesias, Belarra y Montero. Pero si la queja es más grave que un hecho que se define solo, algo está haciendo mal incluso el gurú de la comunicación, la política y el liderazgo. En este contexto, brilla con luz propia la reflexión de Juan Carlos Monedero: “Le deseo todo el éxito al nuevo Gobierno. Es un error dejar fuera a Podemos, pero el enfado de partido no está por encima de la suerte del país. Ojalá cumplan. Los errores de este gobierno solo beneficiarán a la derecha. Y acierten en hacer políticas para las mayorías. Suerte”.

Dicho esto

Otro tuit que me ha sorprendido gratamente es este de una cuenta anónima: “Ahora que Sánchez es presidente tomo distancia y me pregunto cómo es posible que tengamos la peor oposición del continente. Mil millones de motivos para ponerlo a caldo y se centran en: usa el Falcon, quiere ser dictador, que le vote Txapapote, hijo de fruta”. Y sigue: “De entrada, la derecha no propone nada. Son el absoluto vacío. De salida, sus críticas solo captan a los ya captados. Pues así les va. Y no se enteran. Es que no se enteran. Que casi mejor que no se enteren, ojo. Porque si son tan lerdos en la oposición ni me los imagino gobernando”.

Un plan sin fisuras

Reconozco que he leído con cierto deleite este titular en El Diario: “Vox se querella por ‘prevaricación’ contra los letrados del Congreso que han avalado la ley de amnistía”. Una ideaza. Ojalá tengan más como esta. Según cuentan algunos de los que han oído anuncios de querellas de Vox contra su nombre, luego estas no llegan. Pero solo el anuncio ya es desternillante, perdón: brillante. ¿Cómo van a recibir las y los letrados del Congreso cualquier consulta o propuesta de Vox, a partir de ahora? ¿Sabe Vox quiénes son las y los letrados y qué labor hacen? Si querían un titular, se lo han dado. Y qué bien dado.

«La complicidad»

Me parece bien, sin matices, que la izquierda abertzale siga avanzando para integrarse plenamente en la democracia: “Lo quieran o no, la foto con Sánchez abre otra fase política, la de la complicidad”, dice Arnaldo Otegi y recogen en El Independiente. Lo que no dice es por qué él mismo y quienes le rodean han despreciado hasta ahora esa “complicidad” con los gobiernos españoles. Casi nadie airea sus debilidades por iniciativa propia, pero prensa y ciudadanía debemos presionar y exigir una explicación de por qué la izquierda abertzale ha perdido tanto tiempo, nos lo ha hecho perder y cuáles son los motivos de su rectificación.

La coherencia

Arnaldo Otegi sabe que no tiene que dar ni media explicación (aunque es evidente que podemos y debemos exigírselas) porque la sociedad vasca premia largamente en las urnas cada paso que la izquierda abertzale da alejándose de la violencia. Hubo un tiempo en el que la coherencia también era un valor que premiaban las y los votantes, no solo en Euskadi, también en España. Pero ese tiempo ya pasó: “El PP celebra que Donald Tusk forme gobierno en Polonia sin haber ganado las elecciones, pero critica que Sánchez lo haga en España”, titulan en Infobae. Para colmo del descalabro, Tusk va a arrebatar el gobierno al Vox polaco.

Hablemos de ello

José Andrés se lía, es evidente, en su largo tuit de respuesta a Ione Belarra. Pero está claro que lo que quiere denunciar es la falta de coherencia de la ministra. La de Podemos hace bien en pedir, como personaje público que es, que cesen los ataques israelíes sobre la población civil. Pero el chef le reclama que vaya más allá, que también condene a Hamás, y que alce la voz con la misma firmeza contra la agresión rusa sobre Ucrania. No olvidemos que el cocinero asturiano ha actuado con su ONG humanitaria en el país que ha decidido invadir el Kremlin, y ha visto sobre el terreno sus consecuencias. La templanza solo va bien frente a los fogones.

Fallos en los protocolos

El fallecimiento de Álvaro Prieto ha abierto varios debates. Empiezo por el que podía haber salvado su vida: con la excusa del ahorro de recursos y de la comodidad en la compra, los tickets en papel han desaparecido. Muy bien. Pero eso implica que la responsabilidad ante las incidencias tendrá que ser compartida por usuarias, usuarios y compañías: si el joven hubiera sabido que podía cargar su teléfono en el tren que le correspondía, tal vez nos habríamos ahorrado una tragedia. Sin embargo, la tendencia en las estaciones es quitar los enchufes e incluso cobrar por cargar el móvil cuando te empujan a mostrar el billete en una pantalla.

No, los periodistas no hicieron nada mal

Los periodistas que mostraron, según lo veían, el cuerpo que podía ser del joven Álvaro Prieto no hicieron nada mal. El tiempo de reacción es perfectamente explicable y el medio, RTVE, ha eliminado las imágenes de su web. Quienes las difunden, incluso para acusar a quienes las grabaron de malos periodistas y malas personas, mueven un archivo que no puede sacarse del programa original. Mr. Insustancial explica en X muy bien lo que yo quiero decir: “El compromiso de un periodista es con la información. Cuanto antes se entienda esto menos falsos debates, menos maniqueísmo y, por supuesto, menos fariseísmo”.

Frenar la escalada

La candidez de Ione Belarra me pasma, pero reconozco que, en esencia, tiene razón: la escalada de violencia entre Israel y Palestina es el verdadero problema, y atajarla es lo que permitirá una paz que posibilite articular la convivencia. Claro que un tuit lo soporta todo y lanzar obligaciones al aire (“la comunidad internacional debe implicarse a fondo”) es sintomático de que lo tuyo (lo de Belarra) es simplificar. Los conflictos, por definición, tienen varias capas y se agravan y agudizan si se alargan en el tiempo. Incluso identificando la ocupación sionista como origen, el conflicto árabe-israelí es extraordinariamente complejo.

Que le den el nobel de la paz

No me gusta David Jiménez como no me gusta ninguna periodista ni ningún periodista que deja a sus compañeras y compañeros de redacción a los pies de los caballos. Igual que en el caso de Belarra, Jiménez me ha sorprendido porque ha parecido dejar de lado la autoexigencia de sus siempre sesudas reflexiones (o eso cree él): considera que “los palestinos tienen derecho a un Estado libre; los israelíes a vivir en paz en el suyo”, como si esto no fuese excluyente, como si la tierra se pudiese duplicar, como si un estado no fuera una potencia ocupadora y un colectivo no estuviese recluido en áreas empobrecidas.

No podemos obviarlo

Voy ya con un tuit de un periodista a quien realmente admiro: Carlos Franganillo llevaba a Twitter la investigación del Wall Street Journal sobre el apoyo iraní a Hamás. Este apoyo ha sido mencionado desde el primer momento incluso por Israel pero como parte de un error: lo subestimaron. Y es capital para poner contexto a la acción de Hamás que ha iniciado una guerra que en un solo fin de semana se ha cobrado mil personas muertas. Este apoyo lo cambia todo: hay otros intereses más allá de la legítima defensa de un pueblo Palestino oprimido y, ahora, utilizado por Irán, para empezar.

Lo que supone

Hamás sabe que Israel va a actuar con una fuerza extrema sobre el pueblo palestino, y que las circunstancias, con su ciudadanía sitiada, favorecen al estado sionista. No discuto la violencia estructural de Israel, que el actual gobierno habrá incrementado para desgracia de millones de personas empobrecidas, recluidas y oprimidas. Pero tampoco debemos pasar por alto que Hamás sabe que “lleva a su pueblo al suicidio” (El Independiente) cuando recibe el apoyo de Irán por otros intereses y que sus líderes lo hacen, según varios analistas, desde fuera de Palestina, en emiratos como el qatarí y en condiciones diferentes a las de su pueblo.

Y lo que nos supone

De los creadores de “es por la pandemia”, de su continuación “es por la guerra de Ucrania”, y del reciente episodio “es por la inflación”,  nos va a llegar ahora “es por la guerra en Israel” que “tensiona al alza los precios del petróleo” (Activos). Y como ya sabemos, cuando el petróleo se encarece, todo lo hace. Y lo que no, se sube de precio porque, oye, si han valido las tres excusas anteriores puede valer una cuarta. Lo que yo no entiendo es cómo el mundo se conecta con facilidad por medio de consecuencias económicas pero no se puede conectar por cuestiones humanitarias o políticas a finales ya de 2023.