Secretos oficiales  y sin caducidad

PP y PSOE, este último con Podemos y, ahora, Sumar, como socios, se han negado consecutivamente a reformar la Ley de Secretos Oficiales que en España sigue vigente desde el franquismo, reforma que persigue con perseverancia Aitor Esteban desde hace varias legislaturas. Pero, ¿por qué lo hacen? En el Huffington Post explican que esa ley permite que el gobierno evite dar explicaciones sobre actuaciones policiales, por ejemplo. La ley vigente, la franquista, no marca plazos para levantar esos secretos, y eso evita que la ciudadanía no tenga acceso a información sobre actuaciones del Estado que nunca verán la luz.

Y ahora, ¿qué?

No estoy de acuerdo con que los estados español y francés mantengan una frontera dentro de mi país, y estoy a favor de facilitar la vida a las personas emigrantes que llegan a Europa buscando un futuro mejor y ayudando en el reemplazo generacional. Pero creo que Aek, en su alocada cesión de “la carrera del euskera” a causas políticas (que no sociales), ha patinado con la “acción de desobediencia” que permitió cruzar de Irun a Hendaia a 36 personas migrantes. La celebración por esta acción me gustaría verla también en Sopuerta, donde un pueblo que ha elegido un alcalde de Bildu rechaza un centro de menores no acompañados.

Más bien, la política le ha dejado a ella

Hay un aforismo en mi gremio que dice que cuando alguien anuncia que deja la política, lo más probable es que la política le haya dejado antes a ella. Creo que esta sentencia es perfectamente aplicable a Maite Pagazartundua, el último vestigio de UPyD en activo (sin contar a Toni Cantó, que puede volver a en cualquier momento), y también de Ciudadanos. La eurodiputada, que empezó en el Parlamento Vasco con el PSE, volverá, según The Objective, a su puesto de “empleada pública” en Logroño y, según “citadas fuentes”, “tiene muchas ganas de seguir escribiendo”. No se me ocurre nada más bonito que hacer en la vida.

Piensa que el único listo es él

Solo el hecho de que el hijo de que José María Enríquez Negreira comente las actuaciones arbitrales resulta insultante. Él, que según el informe judicial se llevó 6.000 y 7.000 euros por del Barça por dos informes arbitrales y que hacía de chófer de árbitros y evaluadores de árbitros, ahora ha lanzado un vídeo chulesco en el que sentencia: “Soy el hijo de Negreira, ¿y?”, después de hacer algunos intentos de chistes sobre su aspecto y filias deportivas. Cuando lo vi solo pude pensar una cosa: de verdad cree que todas y todos somos tontos menos él. Lo cierto es que viendo cómo actuaba su padre, igual tiene motivos para pensarlo.

La verdad tozuda

La verdad tozuda para el hijo de Negreira, su padre, el Barça y el fútbol, es que lo del FC Barcelona tiene muy mala pinta: ahora el juez “amplía la investigación a los auditores de FC Barcelona” (Palco 23), en un movimiento lógico. Porque, ¿qué hacían las y los auditores, que no vieron esos pagos a las empresas de Negreria, presidente tras presidente? ¿Hacia dónde miraban? Y solo estamos hablando de la posible compra de arbitrajes, porque esas y esos auditores también tenían que ver la ingeniería contable, la bancarrota inminente, y ahora tienen que ver los cambalaches. La verdad tozuda es que nos tratan como si fuéramos tontas y tontos.

Cartón piedra

El pecado capital de Bildu en esta campaña consiste en tratar a la ciudadanía como si fuera idiota: prometer hasta meter, no decir cómo van a hacer viables sus carísimas propuestas, tener un discurso más duro en euskera que en castellano, el “ETA” de “aldaketa”, presentar como ideólogo de Bildu a quien dejó su sitio en Sortu a David Pla, las gafas de pasta, la ropa cara, las sonrisas, los abrazos… Puro cartón piedra que se nota hasta en sus vídeos, como explica Xavier Tomàs en X: “un spot donde el 100% del contenido está sacado de bancos de imágenes”. La pregunta es: ¿les funcionará?

La marisquería

Cuando leí la noticia del encuentro en un restaurante entre el ministro Ábalos y su colaborador, Koldo García, por primera vez pensé algo parecido a lo que expresó con maestría Manuel Jabois. Evidentemente, ni en mis mejores sueños soy capaz de juntar las palabras y evocar las imágenes tan bien como él lo hace: “Para coincidir en la misma marisquería un día laborable con un colega, o estáis abusando de la marisquería, o Dios tira muy bien los dados”. “Ir todos los días a una marisquería es para que el camarero, en vez de servirte, llame directamente a Anticorrupción”.

Otro que tira los dados

Que los últimos estertores de Ciudadanos sean en el parlamento europeo tiene algo de poético: el lugar donde se hace la política más grande, es decir, el lugar que más grande les queda a las y los de este partido de maleducados y jetas disfrazados de “liberales”. Su acta de defunción electoral ya está firmada, pero algunos, como Dios en la columna de Jabois, quieren tirar otra vez los dados: “Edmundo Bal presenta Cree, su nuevo partido para las elecciones europeas. El partido se define como ‘una nueva formación con una clara vocación reformista desde la centralidad y la moderación’” (The Objective).

Un juego insostenible

Me gusta mucho el fútbol. Pero mucho, mucho. Y precisamente por eso soy tan crítico con el negocio que hay montado en torno a un juego maravilloso: un negocio que consiste en que el dinero, como el balón, nunca deje de moverse. Y en ese cambio de manos vertiginoso con cifras de locura, lo que se queda entre las uñas de los muchísimos intermediarios puede suponer una fortuna. Pero es insostenible, es un hecho: “Arsenal FC ingresa más de 500 millones, pero pierde 60 millones en la temporada 2022-2023” (Palco 23). Cifras injustificables salvo para quien espera la migaja con la que comprar un Ferrari.

Y nos queda lo mejor

Escribió Jorge Valdano que a veces solo hacen falta dos o tres segundos para que el fútbol, ese mismo fútbol en el que hacen buen negocio quienes tienen menos escrúpulos, nos parezca un deporte maravilloso. Ese fue el tiempo, quizá menos, que pasó desde que Nico Williams centró un balón que conectó Iñaki. Todos vimos en el campo cómo se preparaba el mayor para rematarlo, libre de marca porque Mario Hermoso decidió ser un espectador más, y liberó todo el miedo y toda la tensión contenida durante semanas en el Bilbao futbolero. Como dice mi amigo Gorka: “Qué bonito es ser del Athletic, joder”.

Sí se puede

La Bundesliga tendrá que sobrevivir sin un adelanto de mil millones de euros. Lo han decidido las y los fans, según Palco 23. O lo que es lo mismo: es posible decir “no” a los cantos de sirena de los fondos de inversión y es posible escuchar a las y los aficionados a este deporte, que somos quienes pagamos la fiesta. Los clubes estaban de acuerdo pero la corriente entre las aficiones ha sido tan intensa que han tenido que rechazar la oferta del fondo CVC británico que acechaba, y por lo tanto seguirán gestionando el total del reparto televisivo. Porque ese dinero, en la alemana como en la liga española, no cae del cielo: compran ingresos futuros.

No es rentable

El fútbol actual no es rentable, y el modelo de negocio se basa solo en que el dinero, como el balón, no deje de moverse y rodar. En el momento en el que alguien pisa la bola y se detiene el juego, también el de los despachos, los Excel y las presentaciones financieras, queda claro que el dinero podrá correr mucho, pero no es suficiente: “La UEFA anticipa una desaceleración en la compraventa de clubes tras el ‘boom’ de los holdings”, adelantan en 2 Playbook. ¿Y por qué habrá cada vez menos inversores en la propiedad de los clubes? Pues por el mismo motivo por el que están en fondos que compran derechos sobre emisiones futuras.

Seguimos hinchando el globo

En los clubes de fútbol hay personas encargadas de hinchar los balones y la mayoría se ocupan de seguir hinchando el globo que permita al dinero correr de lado a lado para que se les quede algo entre las uñas: un chaval de 16 años puede estar ganando 20.000 € en la cantera de un club de la élite. Si forman parte del top 3 de su categoría, podemos llegar a hablar de 50.000 anuales a partir de los 14 años. Chicos, niños, adolescentes en el mejor de los casos, que puede que no lleguen a profesionales. El reportaje en El Independiente sobre “Niños futbolistas y padres que viven de ellos”, del que están sacadas las cifras, merece una búsqueda en Google.

¿Y si no es solo Negreira?

Reconozco que el tema me tiene enganchado: cómo en el FC Barcelona han pagado más de siete millones de euros al vicepresidente del comité de árbitros para obtener, según las investigaciones, beneficios arbitrales mientras contaban con el mejor jugador y el mejor entrenador del mundo, dice tanto del club y de un modo de hacer las cosas… Pero ojo a esto que ha adelantado Alejandro Entrambasaguas en El Debate: “La Guardia Civil concluye que la cúpula arbitral protegió a Negreira mientras influía para beneficiar al Barça”. En cualquier caso, no hace falta que el caso se agrave más para que haya castigo ante lo grave que es ya todo.

Y no solo en el fútbol

El fútbol sigue reinando: un deporte y un espectáculo globales, mundiales, sin rival posible. Dan igual las pérdidas o los intentos de otros deportes: “Un grupo de milmillonarios se ha propuesto romper con las limitaciones y patrocinar los Enhanced Games, unos Juegos Olímpicos alternativos en los que se permita el uso de sustancias dopantes con el objetivo de convertir a los atletas en auténticos superhéroes con ayuda de la ciencia, y no solo por su esfuerzo” (Xataka). Sus promotores se justifican así: “Las pruebas de drogas en los Juegos Olímpicos tienen que ver con la equidad, no con la seguridad por la salud”.

¿Quién genera la riqueza?

Me parece muy buena noticia esta que leo en Estrategia Empresarial: “Bizkaia destina 28,5 millones de euros en ayudas a empresas y personas emprendedoras, un 5,5% más que el año pasado”. Tenemos que proteger a quien genera la riqueza y el empleo. Es inviable, absolutamente inviable, que todo el mundo quiera ser asalariada y asalariado o funcionaria y funcionario. ¿Quién monta las empresas? ¿Nadie? ¿Nos ponemos todas y todos en manos de grandes corporaciones que tributarán donde les resulte más rentable porque nadie quiere poner un negocio? O damos valor y ayudas a quien emprende o nos vamos por el desagüe.

Ella controla

 “Yolanda Díaz diseña Sumar como una confederación de partidos aunque se asegura el control de la dirección”, titulan en EPE, y dan por cerrado, por lo tanto, el intento de la nueva lideresa de la izquierda de crear un partido político que aglutine a todas las marcas que se presentaron a las generales bajo el paraguas de Sumar. Reconozco y valoro su intento porque es lo más realista que podía hacer después de reventar Podemos desde el gobierno español. Y creo que la resistencia de quienes ven cómo se diluye el espacio a la izquierda del PSOE, en realidad, favorece que todo se licue. Eso, sí, pase lo que pase, ella lo va a controlar.

Que paguen

Si es cierto que “la industria del petróleo descubrió en 1954 que se estaba cargando la atmósfera y el clima” (Motorpasión) y “llevan 70 años intentando quitarle importancia”, es evidente que tenemos claro a quién podemos reclamar compensaciones que podemos invertir directamente al cambio de modelo productivo que afecta, directamente, a la emergencia climática que vivimos hoy. De hecho, “fue la propia industria de los combustibles fósiles la que financió algunas de las investigaciones sobre el clima más importantes del mundo ya en 1954”, así que “no se puede utilizar aquello de ‘no se podía saber’ porque sí, se sabía”.

¿Podemos permitírnoslo?

La emergencia climática no es una exageración o un mantra que algunos repetimos porque tenemos “ecoansiedad” (atención a la chorrada), es una realidad que hemos padecido con temperaturas agradables en enero y que sufriremos durante la canícula. ¿Nuestra respuesta como sociedad interconectada? Esta, según France24: “El turismo en el mundo podría crecer un 2% en 2024 y Latinoamérica se posiciona como destino”. ¿Podemos permitírnoslo? Esa es la pregunta que más veces me hago últimamente cuando leo noticias económicas. Y lo que más me preocupa es que sigamos actuando como si nada.

Un modelo insostenible

Si partimos de la idea de que nuestra civilización corre hacia su colapso, el colapso, precisamente, del modelo futbolístico actual evidentemente es una minucia. Pero también es inevitable: “Los clubes de la Serie A pierden 441 millones en 2022-2023 pese a ingresar 3.500 millones” (Palco 23). Y la liga española, que nadie se engañe, está más cerca de la italiana que de la inglesa, que es el modelo que todas las competiciones quieren seguir… y sobre el que también hay muchos engaños o autoengaños. Otra cifra sobre el Calcio: “Desde la temporada 2018-2019, acumulan pérdidas por 3.400 millones de euros”.

Hablemos de superfútbol

Es domingo, día de fútbol tradicionalmente, aunque la televisión haya pervertido esa costumbre, y nuestros equipos de primera división masculinos y femeninos van razonablemente bien (solo las chicas del Eibar necesitan apretar un poco más para salir definitivamente del pozo), así que podemos hablar de fútbol y hasta de superfútbol, ese que nos va a ofrecer la superliga hasta en tres categorías, para que quienes somos de equipos “pobres” no nos quejemos. Pues bien, según Iusport, “el Nápoles no se suma al proyecto”. Aurelio De Laurentiis asegura que lo tiene claro: “Las ligas domésticas tiene prioridad”.

¿Una superliga o un superchantaje?

Por supuesto, si te crees capaz de crear una superliga y, después, de “demandar a la UEFA por daños y perjuicios y reclamar 3.600 millones” (Palco 23), es que tienes una consideración de ti mismo de superhéroe. Hasta aquí estamos todas y todos de acuerdo, ¿no? Y, oye, me parece muy bien que Real Madrid y Barça, o Florentino Pérez y Joan Laporta, que son quienes sostienen el proyecto, se crean los putos amos de la barraca. Lo malo es lo que tienen que pensar, a la vez, del resto: que les sobramos, que no somos tan buenos y que el dinero que nos cae no nos lo merecemos. No es una superliga, ni un superchantaje, es un superabuso.

Una superdistancia

El chantaje les funciona, y es cierto que Pérez y Laporta ponen la cara y los demás ponen las manos haciendo cuenquito para recoger las monedas de oro: “La UEFA incrementa los pagos por rendimiento en el reparto de 3.782 millones a los clubes” (2 Playbook). ¿Cómo se reparte ese dinero? “La confederación reserva un 74% para los equipos Champions”. Así de claro y cristalino. Y si no eres de un equipo de Champions, alégrate de recibir las migajas. Luego, los cuatro equipos de Champions de cada liga seguirán reforzándose a lo grande y metiendo distancia con el resto. ¿Es justo? No, es una mierda. Luego que no se quejen si les pitamos.

20 años de Facebook

Ayer celebrábamos los 20 años que cumplía Flickr, pero no podemos cerrar la semana sin recordar que el 4 de febrero Mark Zuckerberg lanzaba su página web: The Facebook, y lo cambió todo. Hoy, su uso es residual pero la empresa ha sabido adaptarse y hacerse con Instagram y WhatsApp. Pero lo importante, más incluso que la milmillonada infame que ha generado a sus accionistas, es cómo cambió Internet: formar parte de una red social digital “a cambio de nuestros datos”, como recuerdan en Hipertextual, aunque sea de un puñado de grupos de WhatsApp, es algo que hoy llevamos con absoluta normalidad.

Zorionak, Basquetronomy!

Siempre he pensado que valoramos poco a la gente que hace cosas, simplemente, bonitas. Y con el paso del tiempo estoy más seguro de que no somos justas y justos con esas personas que se empeñan en que nuestro entorno sea más agradable. Así que, precisamente para hacer justicia, voy a dedicar unas líneas a la “Denda” que han abierto en Osaka los de Basquetronomy, que ya llevaban tiempo trabajando en Japón. Una tienda que lleva a aquel país una selección de lo que somos capaces de hacer en Euskadi. Claro que nada se lleva solo y que hay personas que están haciendo ese esfuerzo en un proyecto envidiablemente bonito.