Toman a la gente por idiota

Juan Manuel de Prada estuvo notoriamente contenido en la SER cuando se limitó a decir que “están fanatizando a la gente diciéndole cosas absurdas”, en referencia a esa derecha española que rechaza la “la justicia social”. O lo que es lo mismo: que entre todas las personas consigamos un mínimo bienestar. De Prada, que ya le pintó la cara a esa derecha que se posicionó junto al gobierno despiadado de Israel aludiendo simplemente a la historia católica, también alude a la moral cristiana más básica para justifica la existencia de esa justicia social. La derecha española nos trata como si fuéramos gilipollas y no debemos permitirlo.

Y los tontos son ellos

Solo son necesarios dos minutos del discurso de Abascal de este fin de semana (dos minutos elegidos al azar) para darse cuenta de que habla para idiotas, con frases cortas y argumentos que la mirada crítica más básica desmonta con facilidad. No solo es Abascal: el gran acto de la extrema derecha nos ha dejado a una Le Pen aclamada en Madrid y que en Francia volverá a llamar a atacar camiones con productos españoles en la frontera, o a Iván Espinosa de los Monteros destacando esta frase de Milei: “La idea de la justicia social es verdaderamente aberrante… es un robo”. O son tontos, o son malos que piensan que nosotros somos los tontos.

La competición de las derechas

Javier Milei, precisamente, es una de las estrellas del liberalismo de derechas que se le ha escapado al PP tras su participación en el acto de Vox. Y eso que Ayuso se deshizo en halagos preventivos que no sirvieron para nada. Algo parecido está pasando, por cierto, con Meloni y el PP europeo, pero ya hablaremos de eso. Me centro en los españoles porque me resulta significativo que Borja Sémper, uno de los mayores expertos en hablar a la ciudadanía como si fuera idiota, alababa en X el museo del Prado: “El lujo, el orgullo y la suerte de contar en España con la mejor pinacoteca del mundo”. Pues se paga con impuestos, no con liberalismo.

Así de claro

Yo necesito muchas líneas y varios links para algo que Juan Ignacio Pérez Iglesias expresa de maravilla en un tuit: “Acabo de ser intervenido de un asunto menor en el hospital de Urduliz, de Osakidetza. Con medios fabulosos; sin sufrir dolor; me han tratado divinamente; y, si todo va bien, habrá mejorado sustancialmente mi calidad de vida. Todo esto gracias a lo que el gobierno nos ha robado”. En esencia, esto es lo que yo quería decir: que pueden irse a la mierda con sus discursos liberales y que conmigo pueden contar para lograr una justicia social vía impuestos. O somos personas, o no lo somos y nos convertimos en alimañas.

Micromachismos o todo lo contrario

De la misma manera, todo el trabajo que hacemos para visibilizar el machismo nos diferencia a los seres civilizados de los trogloditas. Pero hay que tener mucho cuidado para no pasarnos de frenada: la imagen de las finalistas de la copa de la reina recibiendo las medallas sobre la marcha en el césped es la misma que la de los futbolistas aquel maravilloso 6 de abril. Debemos estar atentos para que no nos cuelen micromachismos que no son, y debemos ser implacables contra quienes por medio del señalamiento machista (sin “micro” por delante) alimentan sus filias y sus fobias políticas en X y en los medios de comunicación.

«Qué inmoralidad»

Las dos palabras que utiliza Antonio Agredano para definir las declaraciones de Pello Otxandiano en la SER son suficientes. Aunque sé que no es un tema popular en esta campaña, ni en este país, ni en este momento, yo me niego, como vasco, a enterrarlo en la memoria: en Euskadi sufrimos a un grupo terrorista que asesinaba a quien pensaba diferente, y hoy todavía sufrimos a una banda de fascistas y colaboracionistas que callan o se van por las ramas cuando les preguntan si son capaces de llamar terrorismo al terrorismo. Soy un viejo y estaré fuera de sitio, pero me sorprende que la inmoralidad de Pello Otxandiano y Bildu pase como si nada.

Terrorismo es terrorismo, y masacre es masacre

Ellas y ellos creen que sí, y su clac, esa que manipula vídeos incentivada por el partido político paraguas, también lo cree, pero no: no hay ninguna diferencia entre Pello Otxandiano negándose a llamar “terrorismo” a lo de ETA y Borja Sémper negándose a llamar “masacre” a lo de Israel en Gaza. “Sémper, tras más de 33.000 muertos en Gaza: ‘España no puede ser equidistante entre la dictadura de Irán y la democracia de Israel’”, es el titular que destacan en El Diario para dejar claro quién es el equidistante, el manipulador, el insensible que no duda en echar balones fuera para seguir justificando la violencia que ya justifica.

Hablemos del presente

Pero venga, vale, hablemos del presente. Vamos a actuar como todos los medios vascos, que evitan preguntar a Pello Otxandiano por el elefante en la habitación (que haya tenido que hacerlo Aimar Bretos debería de sonrojar a más de una y uno en Euskadi). Hablemos del presente, de la actividad de Bildu hoy, solo como partido político: “Primer impacto del control del alquiler en Cataluña: la oferta de vivienda cae un 14% y el precio sube un 4,6% en Barcelona” (El Economista). Ese es el resultado de la ley de vivienda que aprobó, abanderó y se ha quedado solo defendiendo con el PSOE y Sumar, incluso aunque invada el autogobierno.

El futuro es de Oriente

Europa tiene un problema: necesita encontrar rápidamente nuevas industrias que liderar, porque la de la automoción, tan clásica nuestra, desaparece: “La demanda de sus autos eléctricos es tan grande en todo el mundo que China se ha encontrado con un problema inesperado: le faltan barcos” (Ludd). Es decir, no es problema ni de oferta, ni de mercado, sino de exportación. Lo más fácil de resolver. Y no es el único sector en el que Oriente va tomando la delantera mientras Europa se adormecerá en la lucha ideológica por culpa de la extrema derecha que hay que erradicar, con eficacia, para avanzar.

Que el dinero no deje de correr

Este titular en 2 Playbook es de los que mejor definen el fútbol de hoy: “El fútbol inglés gasta 560 millones en pagos a agentes por traspasos en 2023-2024”. El fútbol es un negocio perfecto para quienes sean hábiles en hacer que el dinero corra, en eso consiste. Por eso cada temporada las plantillas se renuevan cada verano. Y por eso modelos como el del Athletic (en el que también entran en juego agentes e intermediadores, por supuesto, pero en menor medida) son atípicos y mal mirados por tanta gente. 560 millones de libras en solo un año, solo en una liga y solo en agentes. Es imposible que el fútbol sea sostenible.

Cartón piedra

El pecado capital de Bildu en esta campaña consiste en tratar a la ciudadanía como si fuera idiota: prometer hasta meter, no decir cómo van a hacer viables sus carísimas propuestas, tener un discurso más duro en euskera que en castellano, el “ETA” de “aldaketa”, presentar como ideólogo de Bildu a quien dejó su sitio en Sortu a David Pla, las gafas de pasta, la ropa cara, las sonrisas, los abrazos… Puro cartón piedra que se nota hasta en sus vídeos, como explica Xavier Tomàs en X: “un spot donde el 100% del contenido está sacado de bancos de imágenes”. La pregunta es: ¿les funcionará?

La marisquería

Cuando leí la noticia del encuentro en un restaurante entre el ministro Ábalos y su colaborador, Koldo García, por primera vez pensé algo parecido a lo que expresó con maestría Manuel Jabois. Evidentemente, ni en mis mejores sueños soy capaz de juntar las palabras y evocar las imágenes tan bien como él lo hace: “Para coincidir en la misma marisquería un día laborable con un colega, o estáis abusando de la marisquería, o Dios tira muy bien los dados”. “Ir todos los días a una marisquería es para que el camarero, en vez de servirte, llame directamente a Anticorrupción”.

Otro que tira los dados

Que los últimos estertores de Ciudadanos sean en el parlamento europeo tiene algo de poético: el lugar donde se hace la política más grande, es decir, el lugar que más grande les queda a las y los de este partido de maleducados y jetas disfrazados de “liberales”. Su acta de defunción electoral ya está firmada, pero algunos, como Dios en la columna de Jabois, quieren tirar otra vez los dados: “Edmundo Bal presenta Cree, su nuevo partido para las elecciones europeas. El partido se define como ‘una nueva formación con una clara vocación reformista desde la centralidad y la moderación’” (The Objective).

Un juego insostenible

Me gusta mucho el fútbol. Pero mucho, mucho. Y precisamente por eso soy tan crítico con el negocio que hay montado en torno a un juego maravilloso: un negocio que consiste en que el dinero, como el balón, nunca deje de moverse. Y en ese cambio de manos vertiginoso con cifras de locura, lo que se queda entre las uñas de los muchísimos intermediarios puede suponer una fortuna. Pero es insostenible, es un hecho: “Arsenal FC ingresa más de 500 millones, pero pierde 60 millones en la temporada 2022-2023” (Palco 23). Cifras injustificables salvo para quien espera la migaja con la que comprar un Ferrari.

Y nos queda lo mejor

Escribió Jorge Valdano que a veces solo hacen falta dos o tres segundos para que el fútbol, ese mismo fútbol en el que hacen buen negocio quienes tienen menos escrúpulos, nos parezca un deporte maravilloso. Ese fue el tiempo, quizá menos, que pasó desde que Nico Williams centró un balón que conectó Iñaki. Todos vimos en el campo cómo se preparaba el mayor para rematarlo, libre de marca porque Mario Hermoso decidió ser un espectador más, y liberó todo el miedo y toda la tensión contenida durante semanas en el Bilbao futbolero. Como dice mi amigo Gorka: “Qué bonito es ser del Athletic, joder”.

«Lo social»

Mertxe Aizpurua basó su discurso en lo “social”. Esa fue, posiblemente, la palabra que más veces repitió en su discurso: en definitiva, EH Bildu decidió jugar ayer en el eje izquierda-derecha una vez más. Salvo una breve mención a su abertzalismo, lo que dijo Aizpurua podía haberlo escrito Ione Belarra (también la petición de tiempo para resolver la territorialidad). Pero sus referencias a la “democracia” y a que su propia identidad nacional no se construye “contra” nadie hacen que pensemos en su particular elefante. El enjabonado madrileño, en el que Sánchez colaboró, continúa. Solo que no es enjabonado: es colaboracionismo.

¿Se oye lo que dice?

Aitor Esteban hizo de nuevo el discurso más coherente: Sánchez se dedicó a desdecirse, Feijóo a ocultar su particular elefante en la habitación, Abascal solo dijo cosas nazis, Rufián no supo si estaba a setas (la cuestión catalana) o a Rólex (la española), Míriam Nogueras quiso ser oposición y todo lo contrario, Aizpurua negó lo que es y Esteban, insisto, fue el más coherente con su trayectoria y la de su partido, y también con la gobernabilidad. Pero, ¿se oye lo que dice? ¿Debe insistir el PNV en el posibilismo cuando lo que hace que subas el volumen de la tele es el populismo sin que importe lo que hiciste el último verano? No tengo ni idea.

Si te ha pillado el carrito del helado, UPN…

Vaya papelón el de UPN: nadie tiene en cuenta a su diputado, empeñado en que se le vea en el bloque facha. La intervención de Alberto Catalán, de principio a fin, cuando intentó hablar con la presidencia de la cámara, fue bastante ridícula, como su pleitesía al partido que, como bien le recordó Pedro Sánchez, forzó el transfuguismo de dos diputados de su formación al PP. Su “Euskal Herria no existe” solo fue el grito de quien pide que le dejen mover la bandera (facha) aunque solo sea unos segundos. Pero su negación, sus ganas históricas de derrotar a esa Euskadi unida prueban precisamente su existencia igualmente histórica.

No, no hay que decirlo más

Cantaban los de La Hora Chanante que “hijo de puta hay que decirlo más”. A veces, lo confieso, estoy de acuerdo con ellos. Y veo que no soy el único: parece que Isabel Díaz Ayuso se lo llamó desde la tribuna de invitadas e invitados a Pedro Sánchez cuando este, durante el debate para lograr su investidura, mencionó el caso de corrupción en la Comunidad de Madrid que denunciaron Casado y García Egea, y que les costó el puesto. “Hijo de puta”. Lejos de avergonzarse (que es la única opción razonable), leemos: “‘Es lo mínimo que se merece’: el equipo de Ayuso admite que la presidenta ha llamado ‘hijo de puta’ a Pedro Sánchez” (SER).

¿Pero qué dices, Santiago?

Hizo muy bien Francina Armengol al parar los pies a Santiago Abascal. Ningún diputado puede subir al estrado y hablar de dictaduras y golpes de estado a procesos políticos que pueden gustar más o menos pero se ajustan a las normas del juego democrático. ¿Qué respondió el ultraderechista? Lo fácil: que la profesora le tiene manía. O como él mismo dijo: no hay libertad de expresión. No, Santiago, lo que pasa es que no tienes derecho a decir gilipolleces en el Congreso, por muchos votos que hayas recibido con soflamas. Lo de las cuentas en Twitter que dicen que informan pero solo relanzan mensajes ultras tiene un nombre.

La vergüenza nacional

“Los 831 españoles más ricos han agrandado sus fortunas en 10.496 millones más”, leemos en la web de la SER. Solo en joyas, pieles, coches, barcos, aviones, arte y antigüedades gastan el doble de todo el presupuesto de Cultura del Estado. Pero el dato más sangrante es el de la recaudación: como con su dinero generan más dinero no pagan los impuestos que los demás sí abonamos en nóminas y cuotas de autónomo; y en Madrid, Andalucía y en Galiza pagan aún menos impuestos. Solo en Madrid, “20.030 personas con más de 700.000 euros en patrimonio (exceptuando su casa) no pagan ningún impuesto. Madrid deja de ingresar 1.212 millones”.

Todavía puede ser peor

Si lo de los ricos resulta indignante, lo de la casa real española resulta doblemente indignante: por casa real y por su patrimonio. Pero no pasa nada: España puede estar tranquila porque para lo verdaderamente importante (su unidad y su sistema de poder), los dos grandes partidos coinciden sin dudarlo: “Nueva legislatura, pero mismas dinámicas. Como ya ocurrió en junio del pasado año, el PSOE ha sumado sus votos a los del PP en la Mesa del Congreso para tumbar una iniciativa del PNV que pretendía limitar la inviolabilidad del Rey” (EPE). Y lo del barco para las regatas veremos cómo acaba, pero doy por hecho que se lo pagamos.

Sigue sin saber de política

Macarena Olona no tiene ni idea de política aunque sea jueza, haya sido diputada, haya formado un partido y se haya presentado a unas elecciones como cabeza de lista por Vox y por su propia marca. La política no es solo hablar en el estrado y posar para las fotos: hay que convencer, vencer y volver a hacerlo, una y otra vez. Y nada de eso está logrado Olona: “Tres cabezas de lista se escinden del partido de la abogada del Estado para crear la Asociación Democrática Ciudadana” (The Objective). A este spin-off del spin-off en la sitcom de la extrema derecha no le auguro yo mucho éxito de crítica y público.

Es la crisis… de la edad

Cuando leí este titular en La Información lo tuve claro: “Las ventas de ordenadores y móviles ceden terreno en 2023 con caídas del 13,7% y 4,7%”. Esta caída está provocada por los carísimos precios de los aparatos y porque la tecnología que reemplazamos, realmente, está en perfecto funcionamiento. Me hago viejo, cascarrabias y cada vez más agarrado: me aferro a mis aparatos, reparo lo que puedo (personalmente o en tiendas que lo hagan) y sigo adelante. Alargo la vida de mis objetos, especialmente los tecnológicos porque, además, me genera especial indignación que generemos basura con dispositivos que funcionan.

Por suerte, las y los fotógrafos estaban allí

El mundo cambia rápidamente. Demasiado. Y no para bien: la globalización hace que los centros de las ciudades más visitadas se parezcan cada vez más entre ellos. Perdemos autenticidad y esta tendencia, estoy seguro, por desgracia solo va a ir a más. Lo que hace que me aferre al archivo fotográfico no solo mío, sino del mundo: webs como Flashbak, que recuperan momentos que olvidamos, son cada vez más necesarias. Porque hubo un momento en el que en Times Square había tiendas que ofrecían pornografía incluso en vivo. Haberlo visto es lo que nos ha hecho mejorar: revisarlo nos permitirá recordar por qué lo hicimos.