Euskadi se merece algo mejor

Escribo esta columna sin conocer el resultado electoral, así que lo hago con una libertad total, sin saber si EH Bildu ha logrado el famoso sorpasso y, ante una urgencia de Sánchez, llegará a Ajuria Enea. Pero si de algo estoy seguro es de que las vascas y los vascos merecemos algo mejor que un partido que hace una campaña de cartón piedra, que esconde al candidato (un tipo aburridísimo cuando hemos logrado verle) y que exhibe este déficit moral cuando le preguntan: “Otxandiano afirma que la violencia de ETA no se debe plantear como ‘una película de buenos y malos’” (El Independiente).

En contra del futuro

Ya nadie podrá decirme en X que estoy haciendo electoralismo, donde mis columnas han generado bastantes comentarios porque, como me dijo hace muchos años una de las personas más inteligentes que he conocido, si algo no soporta la izquierda abertzale es que la pongas delante de un espejo. Retomo el hilo: ahora no hago electoralismo cuando digo que EH Bildu y PP tienen más de trogloditas que de cualquier otra cosa, y que si lo digo es porque leo cosas como esta: “PP y EH Bildu se alían en Álava para evitar que el AVE tenga parada en Miranda de Ebro” (El Plural). Les asusta el futuro. Pero ya cogen el AVE y luego usarán la “Y” vasca.

Qué tontería

El mismo PP que votaba con Bildu en las Juntas Generales de Araba, y que lo hace recurrentemente en el Parlamento Vasco, hacía campaña con argumentos de mierda como este que soltaba, sin sonrojarse, que tiene mérito, el paracaidista Alberto Núñez Feijóo: “Hay tres formas de votar a Bildu: la directa, votando a Bildu. La encubierta, al PSOE. La aplazada, al PNV”. Además de un galimatías, a nadie se le escapa que esto es una gilipollez. Y con tonterías de este calibre han hecho su campaña vasca. Así les va como les va, también. Y les irá como les irá en Catalunya. Un partido que presume de español como el PP desconoce su España.

Primero, los votos. Después, los principios

El PP prefirió insultar la inteligencia de los vascos antes de respetar la memoria de sus propios muertos: “El PP vasco frenó su respuesta a Bildu porque ‘hablar de ellos da votos al PNV’. Pidió a los dirigentes ‘populares’ pasar de puntillas, ya que cree que potenciar el miedo a la victoria de Bildu tras la polémica de ETA potenciaría el voto útil a Pradales”. Tuve que leer un par de veces el tuit de Juanma Lamet con el que resumía la pieza en El Mundo que explicaba algo tan sencillo como esto: para el PP primero van los votos y, después, ya si eso, los principios éticos y morales. Si siempre instrumentalizó el dolor, ¿por qué iba a dejar de hacerlo ahora?

La caída del guindo

Vuelvo al principio: escribo esta columna sin conocer los resultados electorales de ayer, así que no sé si cuál de estos dos partidos ha logrado su objetivo político de quedar por encima del otro, sin importar el coste: Podemos o Sumar. Lo que sí creo es que la caída del guindo de mucha gente que esperaba algo más de ese espacio a la izquierda del PSOE ha sido antológica. Estefanía Molina fue contundente en X: “La presunta ‘plurinacionalidad’ en Podemos siempre fue un cuento, un disfraz oportunista para sacar votos. La verdad es que su visión de España es centralista, madridcéntrica y paternalista. Basta ver su vídeo burlándose del PNV”.

Una reflexión básica

Hoy es una jornada para la reflexión. Lo dice la ley. Y la primera reflexión propia que deseo compartir es esta: ¿cómo de complejo es el tema del terrorismo dentro de la izquierda abertzale como para que el candidato de Bildu, que ha dicho casi todo lo que la gente quiere oír, sea incapaz de decir que lo que hizo ETA es terrorismo, que estuvo mal y que fue profundamente injusto? ¿Cuánta gente opina igual que Pello Otxandiano dentro de Bildu como para no querer enfadar a ese núcleo duro, durísimo? Y los representantes de Bildu incomodados antes estas evidencias, ¿cuándo van a reflexionar sobre su continuidad en Bildu?

Una reflexión periodística

Me pongo el primero para recibir la colleja, pero es evidente que en la prensa vasca tenemos que reflexionar: después de varias entrevistas en radio, televisión y prensa, un periodista vasco en una cadena española, y otro de un programa de actualidad social, no política, de una televisión local, son los que han hecho a Pello Otxandiano las preguntas que había que hacerle, y no por cálculo electoral, sino por deber moral y profesional. Aimar Bretos y Joseba Solozabal han dejado, ya de paso, las vergüenzas al aire de un periodismo vasco tirando a autocomplaciente y siempre a favor del “mood” social que debe, sobre todo, autocorregirse.

Una reflexión improrrogable

No voy a poner ningún ejemplo concreto, pero todos los conocemos: periodistas que tuitean, anónimos en X que esconden a periodistas, e influencers de una corriente política, todos ellos (uso el masculino porque los trolls son, por lo general, hombres) incentivados por un partido político concreto, han generado muchísima desinformación que las y los tontos, y las y los despiadados, han difundido, como tras el ataque a Imanol Pradales. Mientras tanto (y nos pongo otro deber como periodistas), ninguna pieza informativa en ningún medio vasco ha alertado, explicado o simplemente expuesto tanta manipulación.

Una reflexión política

Lo que hemos visto esta semana también merece una reflexión política. Para empezar, yo me haría las preguntas que Lourdes Pérez hizo en X con acierto: “¿Qué incentivo tiene Bildu para condenar el pasado etarra si no existe una política de Estado de memoria, compartida, que se lo exija? ¿Si sostiene la gobernabilidad de España? ¿Si su cosecha electoral va al alza?”. Después de que Pablo Iglesias intercediera por Bildu para activar su cambio sin propósito, Bildu es uno de los sostenedores del gobierno español, y lo seguirá siendo porque Sánchez solo entiende la política de una manera: para su beneficio.

Una reflexión profesional

Es evidente que Bildu ha hecho una campaña destacada y muy profesionalizada: ha cambiado el vestuario y los discursos, se ha adaptado a todo, ha dicho lo que la gente quería oír y hablaba de elevar el discurso mientras en Twitter, Instagram y WhatsApp quienes hacían campaña por Bildu insultaban y embarraban. Pero, ¿todo vale? ¿Es buena campaña una en la que todo es de cartón-piedra cuando te acercas? Antonio Agredano lanzaba en The Objective dos reflexiones aplicables a Euskadi: “¿Qué es lo más difícil de gobernar? Los acontecimientos”. “La criptonita del gurú siempre es la realidad, tan áspera, tan honesta, tan ingobernable”.

“Víctimas, sí. ETA, también” no puede ser

La frase del titular no es mía, me la mandó un amigo por WhatsApp ayer, y me parece brillante porque pocas resumirán mejor lo que está intentando hacer Pello Otxandiano para justificar lo injustificable: que se arrepiente de haber dicho en la SER lo que piensa y que pide perdón a las víctimas por haberlo dicho, no por pensarlo. “Víctimas, sí. ETA, también” no puede ser. La equidistancia ante el fascismo es fascismo. Y dejar claro antes de unas elecciones que hay un candidato que juega a mostrarse equidistante entre quienes mataban por pensar diferente y la sociedad vasca, no es hacer campaña, es una obligación moral y periodística.

El mensaje que se diluye

El vídeo que ha compartido Arnaldo Otegi (diferente al que ha compartido Bildu, que empieza con imágenes del pasado más duro de la izquierda abertzale y termina con el secretario general de Sortu a topísimo) queda diluido ante los últimos acontecimientos: dice Pello Otxandiano que esto no va de él ni de Bildu. ¿De qué va, con lo que también está diciendo él mismo sobre ETA? Habla de “necesidad” de regeneración. ¿Quién la necesita más que la izquierda abertzale todavía hoy? Y pide finalmente el candidato de Bildu y Sortu “dejar de lado intereses partidistas”. Quizá también ellos sean fontaneros, y no políticos.

El gran viraje que viene

La izquierda abertzale no ha hecho aún el viraje necesario sobre la violencia. A las palabras y los silencios de sus candidatas y candidatos me remito. Y no sé si lo hará. Pero de lo que estoy seguro es de que sí cambiarán de principios respecto a la alta velocidad ferroviaria. Gonzalo Ochoa desmiente en X varios de los bulos que soltó Pello Otxandiano sobre la “Y” vasca, como que no conecta con Europa o que no va a transportar mercancías. Sí va a hacer ambas cosas y la última supondrá, según este tuitero que suele escribir sobre movilidad, “eliminar diariamente de las carreteras vascas más de 1.000 vehículos pesados de mercancías”.

En el PSOE no saben quién será lehendakari

Por mucho que se desgañite en asegurar Eneko Andueza que él hará lehendakari a Imanol Pradales, resulta que en el PSOE no saben quién liderará el nuevo gobierno vasco pero sí que lo decidirán los votos de los suyos en el Parlamento. El miércoles vino José Luis Rodríguez Zapatero a decirlo así de claro en un mitin y, por supuesto, a Gorka Mostajo no se le ha escapado: “Es como si alguno desde Madrid quisiera darle un toque a Andueza”. El tuitero algortarra tampoco ha desaprovechado la oportunidad para tirar de la misma retranca que el candidato socialista: “¿Va o no va?”.

Ha venido Jonas Vingegaard a decirlo

Pues a Jonas Vingegaard la sanidad vasca, esa que ha sido cuestionada en todos los debates, en casi todos los mítines y en todas las entrevistas, le ha parecido muy bien. En Instagram ha anunciado su salida del hospital dando las gracias al equipo médico que le ha cuidado tan bien en el centro universitario de Araba. Y yo, lo confieso, no salgo de mi asombro con la montaña de demagogia que se ha levantado sobre este tema: he encontrado trabajadoras y trabajadores estupendos, y una minoría ha respondido al falso mito del funcionario acomodado. Y lo mismo, con las y los gestores. Decir que es mérito de unos y culpa de otros es mentir a propósito.

La miseria

El ataque a Imanol Pradales está resultando un infalible detector de personas miserables. Empezando por quienes, atontadas y atontados por tanta desinformación que surge de su trinchera (alentada por un partido político y generada por periodistas, y es grave que esto no sea una denuncia generalizada de la profesión), sugerían que la agresión era inventada. Y siguiendo por personas como Roberto Uriarte, que aprovechan lo sucedido para colocar su argumentario, en este caso, que el Guggenheim Urdaibai también supone una agresión al planeta condenable. Borrar el tuit no resta miseria: suma cobardía.

¡Claro que hay motivación política!

La agresión a Imanol Pradales tiene una motivación política, por supuesto que la tiene: meses de tanta tensión dirigida hacia el PNV, al que se ha culpado de todo, lo que tiene que ver con la acción de sus gobiernos y lo que no (y como si ese “todo” no fueran mejores condiciones socioeconómicas que en el entorno), son los que alientan a las personas a agredir. No debemos ni discutirlo. Lo que tenemos es que debatirlo para encontrar en lo que estamos de acuerdo, empezando por las y los periodistas, y bajar esa tensión. Marcelino Madrigal, fuera de Euskadi, lo tiene claro: “Más vale que empiecen a tomar medidas para para la crispación”.

Es la víctima y es la agresión

Pello Otxandiano tiene un problema con la violencia: no sabe identificar su naturaleza, o no quiere, que es peor, y no sabe cómo enfrentarse a ella. Puede ser porque no se pone enfrente, sino al lado: cuando salió de la dirección de Sortu para lanzar su candidatura entró David Pla a esa misma mesa. En su tuit después de la agresión a Pradales (además fue el último de los candidatos en lanzarlo) hablaba de solidaridad y del debate en EITB, pero no calificaba el acto ni señalaba al agresor. Responder a Aimar Bretos en la tarde del martes y tuitear en la del lunes lo que tocaba es una cuestión de simples principios. Así de fácil.

La izquierda lo ve negro

Andeka Larrea fue el primero en hacerlo, hay que reconocérselo: el lunes ya empezó a hablar de Bildu. El martes, Andueza marcó en corto a Pello Otxandiano por su falta de principios ante ETA. Y por fin ayer, en el medio de Pablo Iglesias, Miren Gorrotxategi habló de ETA. Es evidente, por lo tanto, que en Sumar, PSE y Podemos se han dado cuenta de que al hacerle la campaña a Bildu y meterse con el PNV constantemente, lo único que han conseguido es que Bildu les coma el espacio. La izquierda española es el caladero hoy de la izquierda abertzale, después de haber metido en sus peceras a los tiburones que les acechan desde muy, muy dentro.

Lo que viene a ser un hooligan

He empezado esta columna hablando de las personas desinformadas que se convierten en una jauría tuitera. Personas que deben cumplir uno de estos dos requisitos que, además, son excluyentes: ser idiotas o ser tan malas personas que difundirán mentiras lacerantes aun sabiendo que lo son. Personas que son utilizadas por partidos políticos o instituciones conscientemente, que deberían de ser señaladas, por lo menos, por la prensa, y que a veces, simplemente, dejan ver su naturaleza idiota o malvada: “La afición del Barcelona apedrea por error su propio autobús en medio de la humareda”, tuiteaba Juanma Lamet.

«Qué inmoralidad»

Las dos palabras que utiliza Antonio Agredano para definir las declaraciones de Pello Otxandiano en la SER son suficientes. Aunque sé que no es un tema popular en esta campaña, ni en este país, ni en este momento, yo me niego, como vasco, a enterrarlo en la memoria: en Euskadi sufrimos a un grupo terrorista que asesinaba a quien pensaba diferente, y hoy todavía sufrimos a una banda de fascistas y colaboracionistas que callan o se van por las ramas cuando les preguntan si son capaces de llamar terrorismo al terrorismo. Soy un viejo y estaré fuera de sitio, pero me sorprende que la inmoralidad de Pello Otxandiano y Bildu pase como si nada.

Terrorismo es terrorismo, y masacre es masacre

Ellas y ellos creen que sí, y su clac, esa que manipula vídeos incentivada por el partido político paraguas, también lo cree, pero no: no hay ninguna diferencia entre Pello Otxandiano negándose a llamar “terrorismo” a lo de ETA y Borja Sémper negándose a llamar “masacre” a lo de Israel en Gaza. “Sémper, tras más de 33.000 muertos en Gaza: ‘España no puede ser equidistante entre la dictadura de Irán y la democracia de Israel’”, es el titular que destacan en El Diario para dejar claro quién es el equidistante, el manipulador, el insensible que no duda en echar balones fuera para seguir justificando la violencia que ya justifica.

Hablemos del presente

Pero venga, vale, hablemos del presente. Vamos a actuar como todos los medios vascos, que evitan preguntar a Pello Otxandiano por el elefante en la habitación (que haya tenido que hacerlo Aimar Bretos debería de sonrojar a más de una y uno en Euskadi). Hablemos del presente, de la actividad de Bildu hoy, solo como partido político: “Primer impacto del control del alquiler en Cataluña: la oferta de vivienda cae un 14% y el precio sube un 4,6% en Barcelona” (El Economista). Ese es el resultado de la ley de vivienda que aprobó, abanderó y se ha quedado solo defendiendo con el PSOE y Sumar, incluso aunque invada el autogobierno.

El futuro es de Oriente

Europa tiene un problema: necesita encontrar rápidamente nuevas industrias que liderar, porque la de la automoción, tan clásica nuestra, desaparece: “La demanda de sus autos eléctricos es tan grande en todo el mundo que China se ha encontrado con un problema inesperado: le faltan barcos” (Ludd). Es decir, no es problema ni de oferta, ni de mercado, sino de exportación. Lo más fácil de resolver. Y no es el único sector en el que Oriente va tomando la delantera mientras Europa se adormecerá en la lucha ideológica por culpa de la extrema derecha que hay que erradicar, con eficacia, para avanzar.

Que el dinero no deje de correr

Este titular en 2 Playbook es de los que mejor definen el fútbol de hoy: “El fútbol inglés gasta 560 millones en pagos a agentes por traspasos en 2023-2024”. El fútbol es un negocio perfecto para quienes sean hábiles en hacer que el dinero corra, en eso consiste. Por eso cada temporada las plantillas se renuevan cada verano. Y por eso modelos como el del Athletic (en el que también entran en juego agentes e intermediadores, por supuesto, pero en menor medida) son atípicos y mal mirados por tanta gente. 560 millones de libras en solo un año, solo en una liga y solo en agentes. Es imposible que el fútbol sea sostenible.