Imanol Pradales, lehendakari

No sé cómo será Imanol Pradales como lehendakari, nadie lo sabe, aunque hayamos leído ya predicciones que situaría en algún punto entre las de Nostradamus y las de Paco Porras. Pero le deseo lo mejor porque, literalmente, su suerte será la nuestra. Yo solo sé de lo mío, de identidades digitales, y en eso Imanol Pradales ya tiene un camino andado: presencia en todos los espacios, menos TikTok y Linkedin (donde sí tiene cuenta pero poca actividad), con un tipo de vídeo, fotografía y texto reconocible. En este tiempo en el que hacer es tan importante como contar, el desarrollo acertado de estos espacios será clave.

Pello Otxandiano, la oposición

Durante 10 años la izquierda abertzale se empeñó en señalar al lehendakari Urkullu como un tipo aburrido mientras que, por su lado, Laura Mintegi y Maddalen Iriarte hacían discursos entre la nada y el menos aún. A partir del lunes, cuando se reinicie la actividad parlamentaria en Gasteiz, definitivamente, toca ya ser justas y justos: Pello Otxandiano ya se ha presentado como un tipo aburrido que actúa delante del micrófono como si mereciese toda la atención solo por ser él. En el caso de Otxandiano, cada día está más claro y en Bildu lo saben, el reto va a ser sostener el foco encima de su cabeza y no proyectar la sombra de la prepotencia.

Euskadi no es España

Mientras en el Parlamento Vasco veíamos un debate serio, tal vez demasiado, y oíamos una cascada de diagnósticos y propuestas generales (no puede ser de otra manera: toca ahora aterrizarlas), con un tono y unas aportaciones muy dignas en casi todas las partes (los discursos más fuera de lugar parecieron los de Vox y el PP), en España lanzaban ocurrencias indignas como esta de Óscar Puente a la bancada de ultra: “Renfe es marca España de la buena. No como ustedes, los Smith, los Frings, los Tertsch, los Le Senne”. Rafa Cabeleira apuntillaba en X: “A un paso de decirle a Ndongo que tan español no será si es negro, vaya tela”.

Madrid, menos

Decía en el párrafo anterior que el discurso del PP en el parlamento vasco parece fuera de lugar (el de Vox está directamente fuera de la realidad, pero ni es noticia ni les importa) porque Javier de Andrés, precisamente, ha sido el que en más de una ocasión ha pedido que Euskadi adopte medidas como las de Díaz Ayuso en Madrid. La misma que “no invita a Feijóo a la entrega de la Medalla de Madrid a Javier Milei” (El Diario). Y esto me parece más significativo que el reconocimiento al populista argentino y las repetidas menciones a Sánchez, con las que en el PSOE están encantados. Como tuiteaba antes Cabeleira: Vaya tela.

Se ha ganado el sueldo

“El Rey felicita a los jugadores en el vestuario: ‘Si seguís jugando así, va a haber alegrías’”. Después de leer este titular en El Imparcial yo creo que podemos zanjar el debate sobre si la monarquía es necesaria o no. ¿Qué más podemos o debemos pedir a un jefe de Estado que obtiene el cargo por herencia? Por desgracia, claro, hay gente que va opinando por ahí, a la ligera, como Tortondo en X: “Nos ha costado a escote 80.000 euros, pero hay que reconocer que el retrato oficial de Felipe VI ha sabido captar a la perfección el espíritu de su reinado: un tío sentado sin hacer nada, tocándose los huevos”.

Una irresponsabilidad nunca vista

Ni “genio y figura”, como dijo insistentemente ayer por la mañana un invitado en la televisión pública española, ni mucho menos “puto amo”, como le llamó Óscar Puente en las horas previas: Pedro Sánchez es un irresponsable que ha dramatizado el ataque a su familia para catapultarse en los procesos electorales que se le echan encima, Catalunya y Europa. No hay nada que me invite a pensar que sus palabras, como su preocupación o su reflexión, sean sinceras. Vicente Ruiz, director adjunto de El Mundo, plasmaba en X un pensamiento similar: “Es capaz de todo y parece mentira que sigamos picando una y otra vez”.

¿Cuál es la conclusión?

Muchas y muchos lo vimos en directo: Pedro Sánchez sigue. Pero, ¿cuál es la conclusión? ¿Que hay que acabar con la montaña de bulos y desinformación? ¿Que hay que debilitar a la extrema derecha? ¿Y para concluir eso ha montado todo este tenderte? ¿En serio? “Somos dignos de su esfuerzo”, escribía Antonio Agredano en X, tirando de evidente sarcasmo. No me parece bien lo que hemos visto. Y no considero legítimo ni legitimador el espectáculo que ha dado Sánchez para acabar mostrando, por un lado, que es capaz de instrumentalizar el amor a su mujer, y por otro, que no le importa arriesgar el crédito de su país ni el de su partido.

El gran teatrillo

Mario de las Heras en X calificó con acierto el espectáculo como “Pedromima Full”. Es a lo que hemos asistido: una especie de autoparodia del autoelegido, con Óscar Puente entregando carnes de putoamismo y el PSOE cantando el “Quédate” de Quevedo. Un show en el que el jefe del Estado ha sido la estrella invitada por contrato (que trabaje algo no está mal) y en el que hemos visto, también, las costuras al gobierno de coalición: Susana Díaz es un jarrón chino en el consejo de ministros, algo inédito hasta la fecha. Pero no deberían de sorprendernos las sorpresas: Sánchez es un jugón. Pero no es un buen político, se venda como se venda.

Casi como si nada

Sánchez retoma su agenda y aquí no ha pasado nada. Bueno, algo, sí: se llevará un buen racimo de ovaciones allá donde vaya, ya sea en su propio grupo parlamentario, ya sea en un mitin del PSC. Y mejorará las expectativas y los resultados del PSOE. También querrá mostrarse como el abanderado de las causas justas y de una política limpia. Pero Pascü acotaba en X este nuevo superpoder de Sánchez: “Yo habría terminado con un ‘pero lo del novio de Ayuso, eso sí es verdad’”. Porque a este juego ha jugado y juega también el PSOE. Y también se juega en Euskadi, por cierto, y somos muy pocos los que lo señalamos.

España es un asombro

Si Sánchez sorprendió el lunes, el fin de semana fue España la que dejó atónito al mundo. Y no para bien, precisamente: “Impresionante, este país es un asombro constante”, tuiteaba Rafa Cabeleira sobre las manifestaciones a favor de Pedro Sánchez. ¿Manifestaciones que han conmovido al presidente español? ¿Manifestaciones que formaban parte de un libreto? ¿Manifestaciones con aroma electoral? ¿Manifestaciones dirigidas? ¿Hacia dónde? ¿Por quién? Nada de lo que hemos visto es mínimamente razonable ni justificable. Y si algo limpia la política es decir la verdad a la ciudadanía. Jugar con ella, manipularla, sirve para todo lo contrario.

El que tiene que tomar nota es el PSE

Xavier Tomás ha escrito en X, en dos líneas, el mejor resumen, posiblemente, de la noche electoral gallega: “Alguien debería reflexionar acerca de la utilidad de crecer solamente a costa de tu socio, y no de tu rival”. Dicho de otra manera: la estrategia política del PSOE no la rentabiliza electoralmente el PSOE, es evidente, y ahí hay una disonancia. En Euskadi, el PSE crece solo a costa del PNV cuando deberían de llevarse algo de la sangría de Podemos-Sumar y, sobre todo, disputar con Bildu ese espacio de izquierdas cada vez menos abertzale. Sánchez ha instaurado el cortoplacismo, pero hay salida, y toca a Andueza encontrarla.

Ha sido una gran victoria

La del PP en Galiza ha sido una gran victoria: “Gana la Xunta con más votos que el BNG y el PSOE juntos”, titulan en El Independiente. No solo eso: mantiene el 47% de los votos emitidos que logró en 2020 con una participación, esta vez, del 67% del censo. La victoria es absoluta, en números y en lo intangible: la moral del PP sube después de haberse alejado del discurso más duro (es cierto que en la última semana dieron algunos volantazos, incluido el que llevó a Díaz Ayuso a Vigo), e incluso después de haber superado la voladura controlada que salió mal con la amnistía como detonante. Ha ganado Rueda y ha ganado Núñez Feijóo.

No, la gente no es tonta

Me sorprendieron los comentarios en La1 durante la noche electoral, a medida que se consolidaban los 40 escaños del PP, justificando el resultado con el sistema electoral que discrimina positivamente a regiones “rurales” y que, al parecer, votan al PP. Pero los de Rueda ganaron en todas las circunscripciones y en todas las grandes ciudades salvo Vigo. La gente no es tonta, analfabeta o caudillista cuando vota. Al respecto, también debería de tomar nota Oskar Matute, al que aplaudían en Público el sábado por su tuit: “Bah, en serio. Gente así no puede ganar. Llámenme ingenuo, pero creo en el intelecto de la gente”. Yo, también.

Pues les ha pillado el carrito del helado

Y el carrito del helado lo manejaba Alfonso Rueda, un político aparentemente anodino que, sin embargo, ha arrasado. Rafa Cabeleira alertaba de ello en X: “Ha ganado las elecciones ‘el candidato gris, el candidato ausente, el candidato indigno’. Y quienes así lo definían han perdido contra ese mismo candidato gris, ausente e indigno. Esto también es importante señalarlo, creo”. Y cree bien. Y contra lo que pudiese parecer, ha ganado el político que tenía en contra al frente mediático español (hoy, claramente progresista al estilo del PSOE). Y es en ese mismo frente en el que hoy no entenderán algo muy sencillo: solo votaban en Galiza.

La izquierda de la izquierda

Sigo esperando al análisis que haga Pablo Iglesias en su medio de comunicación, porque estoy convencido de que lo hará. De momento, en Canal Red solo han puesto una descripción de los datos entre los que destaca, para mí, este que casi pasa desapercibido en el texto: Sumar ha obtenido el 1,85% de los votos, y Podemos, el 0,25%. Vox, por su parte, el 2%. Es decir, casi lo mismo que Sumar y Podemos, juntos. Los extremos no sé si se abrazarán, pero que se pueden mirar el uno al otro como si fueran un espejo, lógicamente, invertido, sí que lo creo. También es destacable que Yolanda Díaz no haya conseguido nada y Pablo Iglesias, menos.

Esta era Nika

La valentía de las mujeres de Irán que están protestando, jugándose la vida, ante el régimen al que ahora puede convertirse en un exportador de gas (cuando un país entra en esa categoría no importa que sea una dictadura en Oriente Próximo o un estado fallido y desigual como Rusia, a menos que invada otro país hacia occidente), merece todo el reconocimiento, apoyo y, especialmente, ayuda. Ayuda del tipo que sea. Almudena Ariza nos muestra en Twitter cómo era Nika Shakarami, de 17 años, que “desapareció tras unirse a las recientes protestas en Irán. El cuerpo de Nika apareció después en una morgue. La familia culpa a la policía”.

Y este es un imbécil

Un imbécil es alguien que se esconde en Twitter detrás del nombre de un ensayista para escribir esto: “De lo que se trata es de que las generaciones que tienen menos de sesenta años no lleguen nunca a saber que bajo el régimen de Franco se vivía con total normalidad a no ser que te metieras en movidas comunistoides. Básicamente. Que cincuenta años después se haga una ley que diga que ese régimen fue ilegal solo mueve a risa. Porque entonces todo el sistema de ahora es ilegal, porque nace de una ilegalidad. Parlamento y diputados incluidos”. Me he limitado a copiar y pegar los tuits porque no hace falta más para encontrar al imbécil.

El tertuliano, ¿nace o se hace?

En Twitter especialmente ha corrido el vídeo de los machotes de un colegio mayor en Madrid que han insultado y amenazado gravemente a otras universitarias. Al parecer, uno de los residentes ha sido expulsado después de gritar: “Putas, salid de vuestras madrigueras” (lo recoge El País). Rafa Cabeleira, con buen criterio, ha ido más allá de la noticia: “Ha nacido un tertuliano, cero dudas”. Creo que esta vez tampoco se va a equivocar, lo veremos en las próximas semanas. Y esta certeza más o menos compartida debe llevarnos a una duda: ¿cómo se generan esos tertulianos? ¿Por qué los medios no somos más responsables?

Tú eliges lo que eres

Cuando surge un conflicto, también uno pequeño, incluso uno familiar, cada persona decide si se convierte en un factor de desestabilización o de estabilidad que permita generar cierto posibilismo y, a largo plazo, hasta una resolución. Tenemos mil ejemplos de cómo la decisión de cada persona, grupo o banda ha condicionado o retrasado el fin de un sufrimiento. Y en la casa de al lado ahora tenemos otro: “Puigdemont entra en campaña apoyando el ‘no’ a seguir en el Govern” (El Independiente). Evidentemente, Puigdemont ha decidido, y tengo la impresión de que hace mucho tiempo que decide sin pensar en la sociedad catalana.

Venga, algo bueno

Casi en el siglo pasado hice una entrevista a Gari, el cantante, en la que me dijo: “Cuando cantas a cara de perro se te queda cara de perro”. ¡Si él supiera que he versionado su frase casi tantas veces como he canturreado “Astiro eta amorruz”! Hoy lo haré una vez más: si escribes a cara de perro se te queda cara de perro, y soy consciente de que llevo unas cuantas columnas con ese gesto, así que lo cambio y celebro que el Notts County FC, de la quinta división inglesa, haya “metido a 10.741 espectadores en sus gradas” nada menos que “en plena noche de Champions League”. Por suerte, sigue existiendo un fútbol que nos hace felices.

Así es la guerra

Que un comisario ruso se encuentre en estado crítico después de haber sido disparado en una oficina de reclutamiento militar después de la orden de Vladímir Putin, y que el joven recluta (un civil) que ha disparado haya arruinado su vida es una tragedia. Una tragedia que es consecuencia directa de una invasión injusta a todas luces sobre un país que no inició ninguna agresión y una población a la que pillaron por sorpresa los bombardeos y la crueldad que hemos visto. La guerra es así: con disparos, con sangre y con vidas truncadas. Justificar a quien la inicia, la sostiene y la amplía es una bajeza moral y debería de tener consecuencias.

¿Os compra con esto?

Vladímir Putin lleva décadas intentando desestabilizar occidente. Para él, la guerra es de largo recorrido, es contra todos los países que no pueda controlar y es multinivel. Sí, creo que con el dinero que le hemos entregado a cambio de sus reservas naturales ha ido financiando todo tipo de acciones que ponían en duda valores tradicionales, y también creo que no es casual que Edward Snowden se refugiase en Rusia. Ahora, además, es ciudadano de ese país. Así lo han decretados las autoridades para jolgorio de quienes, consciente o inconscientemente, han participado en esa desestabilización que solo ha beneficiado a Putin y los oligarcas.

La democracia blandengue

Después de que Begoña Villacís tuiteara que “la derecha nostálgica gana las elecciones en Italia”, Rafa Cabeleira acotaba en la misma red: “Derecha nostálgica, fascismo riquiño… Elige tu propia aventura, claro que sí”. En uno de los principales periódicos españoles llamaron a la coalición de Meloni, Salvini y Berlusconi “derecha dura”. La derecha será dura pero el periodismo, por desgracia, esta vez ha sido blando. Y no solo eso: Félix Álvarez (Felisuco), del mismo partido que Villacís, ha sido más contundente en Twitter con las reacciones ante la victoria del fascismo que con el propio fascismo. La democracia blandengue es solo la suya.

¿De verdad no va a pasar nada?

España es un estado fallido. Y la culpa no es de los nacionalistas que queremos independizarnos, sino de quienes llevan la bandera rojigualda en la pulsera o de quienes hablan de patriotismo progresista. La culpa es de que no haya consecuencias después de que Alberto Reyero, el exconsejero de Políticas Sociales de la Comunidad de Madrid durante el confinamiento, dijese en la Cadena SER esto: “El simple hecho de estar en una residencia e ir en silla de ruedas te excluía para ir a un hospital, es algo gravísimo”. ¿De verdad nadie va a investigar esto a fondo? ¿De verdad no va a pasar nada?

En serio: dejaos de mierdas

La ultraderecha avanza en Europa, Rusia amenaza al mundo, en la capital de España han podido cometerse atrocidades durante la pandemia, la sociedad catalana está fracturada y el nacionalismo catalán, aún más… Y ERC, secundado por Podemos y Más País, quiere que debatamos sobre si los menores de 16 años tienen que poder votar porque tienen ya la edad legal para trabajar. ¿Y por qué no lo bajamos a 14? Total, si pueden abrirse una cuenta en Instagram para seguir a los líderes de esos partidos, ¿por qué no van a poder votar? Creo que hay más de una inflación negativa, y la inflación legislativa es una de ellas.