No quieren

El hilo que Mikel (@nyktomaik) ha publicado en X es simplemente brillante: recopila con pantallazos a noticias todas las ocasiones en las que Bildu se ha mostrado en contra de la obtención de energía. A saber, no quiere energía nuclear (Oskar Matute), no quiere energía eólica (Azazeta), no quiere solar fotovoltaica (Araba), no quiere centrales hidroeléctricas (también en Araba), No quiere transportar a Euskal Herria la energía que se genera fuera (Bel Pozueta), no quieren energía geotérmica (Eskoriatza), no quieren conectar por línea aérea subestaciones eléctricas (Ulibarri-Salburua), no quieren hidrolineras (Abanto)…

Igual no pueden

Es evidente que una repetición electoral en Catalunya perjudicaría a ERC más que a ningún otro partido. Y también lo es que una repetición electoral causa un perjuicio social, por gasto y porque la ciudadanía ya ha hecho lo que le tocaba, ahora son las y los electos quienes deben ponerse de acuerdo. Con lo que no contábamos es que a ERC podría irle tan mal que “dejaría a Illa sin tripartito y en manos de PP y Vox”. Esto dice The Objective después de publicar su propia encuesta. No sé si sería para tanto, pero sí sé que no podemos normalizar las repeticiones electorales ni el modo en el que algunos partidos se toman la política.

No es un periodista

Alvise Pérez no es periodista, ni siquiera es informador. Es un agitador que exaltando a muchas y muchos (porque no son pocas ni pocos) ha sabido ganarse bien la vida. La diferencia entre una o un periodista y él es que los medios (que ya llevamos nuestros pecados encima) no suelen lograr condenas por cuestiones tan burdas: “Tendrá que indemnizar con 7.000 euros a la periodista Ana Pastor por sacar en Twitter fotos de ella cenando con su marido, Antonio García Ferreras, señalando que son parte de una ‘mafia’” (Diario Crítico). Pérez obtuvo 800.000 votos el pasado 9 de junio después de intoxicar a la ciudadanía con acciones como esta.

Es nuestra obligación estar enfrente

En pocas cuestiones tengo tan claro lo que pienso como en la de los pisos turísticos: nuestro deber como ciudadanía responsable es estar en contra de las y los especuladores inmobiliarios que con sus “inversiones” encarecen un bien básico como es la vivienda y, además, revientan los flujos de turistas a las ciudades. Así que si ellas y ellos hablan de “rearmarse” (Expansión) con fichajes de consultoras como Marian Muro, nosotras y nosotros tendremos que hablar de “victoria total” sobre sus intereses. Ojo, que luego no podremos quejarnos de que no hay Airbnb en el que alojarse ni de que solo viajarán las y los ricos, porque es lo que va a pasar.

¿A quién beneficia el “hype” de lo eléctrico?

Estamos haciendo instalaciones en nuestras comunidades para que las y los propietarios de vehículos eléctricos puedan cargar sus baterías. Me parece bien, por supuesto. Sin embargo, cada vez más voces anuncian que el futuro no será eléctrico, sino que seguirá siendo la combustión, pero menos contaminante. “Skoda retrasa sus planes y seguirá fabricando coches de combustión más allá de 2030”, “Nissan, decide también ralentizar su estrategia sobre el coche eléctrico” y “Mercedes-Benz y Stellantis retrasan dos años sus plantas de baterías”, leemos en la misma pieza de Vozpópuli. ¿A quién beneficia el “hype” eléctrico, entonces?

El mundo se abrasa

Sé que escribir esto cuando estamos un poco cansados de este junio gris puede resultar extraño, pero lo cierto es que el mundo se abrasa, y que todas y todos somos conscientes de que la verdadera rareza es un día despejado pero fresco: en cuanto se van las nubes las temperaturas suben como llamas. Y en algunas partes del planeta, como India, ya no es noticia llegar a los 50 grados durante el día. 50 grados centígrados, sí, no se trata de una confusión o una traducción errónea. La pieza en Reuters y el vídeo que han publicado en X, de los bomberos que en Delhi combaten esta nueva realidad, son muy recomendables.

Y nos afectará

Ese verano abrasador acabará por llegar a Euskadi y echaremos de menos estos días grises. No solo vendrá, es que será cada vez peor, y nos afectará local y globalmente: cambios en los cultivos y las cosechas, encarecimiento de los productos… Y por supuesto, en algunas latitudes habrá una afección directa a su economía: “El turismo masivo tiene los días contados en España gracias a un fenómeno fuera de su control: el calor extremo” (Xataka). Es tan sencillo como esta conclusión del estudio que recogen: “A medida que en España se suceden las olas de calor, con temperaturas tórridas, los turistas pierden interés en visitar el país”.

¿Queremos pagar el precio?

Para no aumentar la temperatura del planeta tenemos que cambiar nuestro modo de devorar los recursos naturales. Y eso pasa por viajar menos. ¿Estamos dispuestas y dispuestos? Yo, sí. A lo que haga falta para bajar mi impacto sobre el planeta y, sobre todo, el nivel de hipocresía social. Por ejemplo: no queremos un Airbnb en nuestro edificio ni nuestra ciudad, pero sí lo buscamos cuando salimos a turistear. Mi posición es clara: cerrojazo al piso turístico, incluso siendo consciente de esto que alzan al titular en El Blog Salmón: “Ganan los residentes, los hoteles (mucho) y pierden los propietarios y los viajeros (muchísimo)”.

Venga, hablemos de política

Todo es política, lo sé, también los nuevos modelos de consumo o el límite (mejor la prohibición) de los apartamentos turísticos. Pero en el titular del párrafo me refiero a esto de El Nacional: “Illa solo ve viable un acuerdo con ERC y Comuns: ‘O pacto progresista o repetición electoral’”. Esta semana que en Euskadi el lehendakari presentaba su gobierno, en Catalunya ponían en marcha la cuenta atrás de dos meses para una repetición electoral si los partidos no se ponen de acuerdo: Illa o Puigdemont a la primera, o Illa o Puigdemont a la segunda. Solo queda saber qué hará ERC y cuándo lo hará.

Y hablemos de humanidad

Esto que denuncia la Fundación Fernando Buesa no es política, es humanidad: “Otro año más vuelve a suceder en las fiestas del barrio de Judimendi en Vitoria-Gasteiz: carteles en apoyo a los presos de ETA, entre ellos, a Diego Ugarte, condenado por asesinar a Fernando Buesa y Jorge Díez. Esta la realidad en algunas calles y fiestas populares: empatía hacia los victimarios y olvido y humillación para las víctimas”. Y ya sabemos, porque todos los actores de aquel conflicto con GKS lo dijeron alto y claro, y porque llevamos décadas viéndolo, que Bildu tiene mando en plaza directo en el control de las txosnas de las fiestas. Y lo ejerce.

Ha ganado España

Esta batalla en Catalunya la ha ganado España: “La victoria de Illa refrenda la estrategia de Sánchez y el auge del PP alivia a Feijóo”, titulan en EPE, donde no mencionan hasta el quinto párrafo a Vox y, más tarde, a Sumar. Esos son los partidos “de obediencia española”, como diría Puigdemont, que han dado una gran victoria a España y subirán al post-procés a un escenario de toritos, flamencas y tricornios. No estoy despreciando nada: estoy adelantando lo que vamos a ver porque en España, por tradición, las victorias son venganzas y las derrotas, anticipo de otras venganzas. Y en España a Catalunya le tienen muchas ganas.

Decidirá Sánchez…

Lo saben en El Periódico y también lo sabe Carles Puigemont: lo que pase en Catalunya lo va a decidir Pedro Sánchez en Madrid. De hecho, si hay una repetición electoral será porque le viene mejor al propio Sánchez que a Salvador Illa. Así el de Moncloa gana algo de tiempo y alarga la legislatura española mientras que el de Junts intenta concentrar el voto y que el independentismo vuelva a las urnas. Puigdemont y Sánchez son políticos muy parecidos con una gran habilidad para mantener su figura y proyecto vivos políticamente, y capaces de maniobras sorprendentes y contradicciones pasmosas. Por lo menos, para mí.

…Que es el que ha ganado

La victoria del PSC lleva el sello de Pedro Sánchez impreso con dos golpes: primero, el de la amnistía después de contradecirse (una más, ¿a quién le importa?). Más recientemente, con la carta, el período de reflexión y el “taratachín” de su anuncio: “Me quedo”. Dos maniobras para fijar el rumbo de una victoria que las encuestas ya vaticinaban pero que necesitaba un impulso para llegar al mejor puerto, el de la gobernabilidad. Y lo ha vuelto a hacer: está en buenas condiciones para negociar con Puigdemont y en las mejores para hacer frente al PP en unas europeas que ya no van a ser un paseo para Núñez Feijóo.

ERC y Aragonès se hunden

El gran derrotado, sin duda, en el bloque nacionalista es ERC y, en lo personal, Pere Aragonès: el ya expresident ha perdido 13 escaños y el liderazgo del independentismo. Además, será el responsable de dar la llave del Govern a un partido español, el PSC, o de una repetición electoral (lo de “Puigdemont, president” con estos resultados sería un milagro) que podría hundir aún más a ERC por la polarización. Sus 200.000 votos menos, como remarcan en El Nacional, alargan un ciclo bajista del que no se ve el final, y tal vez dejen a sus socios en Euskadi ante una nueva espantada, como con la CUP cuando se apagó su fogonazo.

Agur a Ciudadanos… pero no al Procés

Mucha gente ha querido pasar la página del Procés y por eso ha desaparecido Ciudadanos. Eso significa que esas personas que han pasado la página son, sobre todo, quienes más ganas tenían de hacerlo, esto es, quienes siempre estuvieron en contra y buscaron un voto de refugio en un partido cuyo único argumento en Catalunya era frenar ese independentismo. Para mí esa es la oportunidad a la que debe aferrarse, precisamente, quienes buscan la desanexión: muchas y muchos votantes nacionalistas se quedaron en casa frustrados por el poco avance, y quien debería asustarse ante la ruptura ya no percibe el riesgo.

Ellas y ellos contra nosotras y nosotros

Esta es la cruel realidad: las siguientes elecciones, las europeas, van de ellas y ellos, es decir, las y los fascistas, contra nosotras y nosotros, esto es, quienes nos enfrentamos al fascismo: “Cuatro hombres golpearon y patearon a Matthias Ecke, de 41 años, y al parecer el mismo grupo había atacado minutos antes a un trabajador del Partido Verde en la misma calle” (Euronews). Sucedió en Dresde, Alemania, y Ecke es un europarlamentario y candidato del SDP, el partido socialdemócrata de aquel país. En Europa nos estamos jugando hacer frente a la extrema derecha, la de siempre, y el populismo de signo contrario, más que nunca.

En su cabeza sonaba espectacular

Bildu dijo que venía a elevar el nivel del debate y, de momento, lo que han anunciado es que lo divide: “Kortajarena será la portavoz en el día a día y Otxandiano queda para los grandes debates”, tuitean en Naiz. Estoy seguro de que en la cabeza de las y los de Bildu este reparto de roles (siempre para que a Otxandiano se le vea lo justo) sonaba espectacular. La realidad es otra. Pero además del comunicativo hay otro debate que señalaba Naiara Pinedo en X: “¿Y esto a las mujeres feministas de EH Bildu les parece normal?”. Una cosa es anunciar que elevarás el nivel, que eres feminista o que tu candidato es bueno con el discurso, y otra, demostrarlo.

¿Elevar el nivel es esto?

En Catalunya votarán el próximo domingo, después de la última estratagema de Pedro Sánchez para reubicarse a sí mismo y a su partido como líderes de la lucha contra el barro. Significativamente, Carles Puigdemont, que según las encuestas lidera nuevamente el independentismo, ha sido el objetivo del líder de UGT en Catalunya que cierra la candidatura del PSC. Matías Carnero quiso hacer una gracia, al parecer, con esta frase: “Llorado se fue Puigdemont en el maletero. Y no se si cagado y meado”. Por supuesto, el president y candidato ha denunciado en X este acto de “deshumanización”.

O alguien miente… O habrá repetición electoral

Las últimas encuestas electorales antes de las elecciones catalanas reafirman las tendencias: Illa ganará con solvencia, Puigdemont lidera el bloque nacionalista y ERC se diluye pese a ser ahora mismo el partido del gobierno, para sorpresa de las y los extraños, porque allí, las y los propios, lo ven hasta lógico. Pero la gobernabilidad no está asegurada y pese a ello todos los actores niegan los pactos futuros. Algún partido está mintiendo, es evidente. O eso, o Catalunya se verá obligada a repetir las votaciones porque su sistema de elección al President en el Parlament es más parecido al español que al vasco.

Catalunya, Europa… Y España

El resultado de esa votación en el Parlament y la posible repetición electoral en Catalunya pueden acabar con la legislatura también en España. ¿Qué conejo se sacará de la chistera para ese proceso Pedro Sánchez, después de la carta, el período de reflexión y la frustración que generó con la falsa ilusión de su marcha? Sea del color que sea el lepórido, tendrá la cara de Sánchez, y eso para el PSOE es un problema declarado: “El numerito de Sánchez plantea una pregunta que se ha abierto paso en medio del vacío de liderazgo visto en el PSOE sin la alargada sombra del inquilino de la Moncloa”, escribe César Calderón en The Objective.

¿De esto iba, no?

La primera aparición pública de Pedro Sánchez después de su entremés del fin de semana pasado ha sido en la campaña catalana para arropar a Salvador Illa y por sorpresa. Su teatrillo iba de esto, ¿no?, de golpes de efecto en período electoral coordinados con el CIS. ¿O era por otra cosa? Por su mujer, a estas alturas, todo el mundo sabe que no: ella le dijo que no lo dejara y él utilizó los ataques para lanzarse en las encuestas. ¿Machismo, feminismo o todo lo contrario? ¿A alguien le importa? Sánchez ha conseguido lo que quería: seguir en la pelea por agotamiento de sus enemigos, los íntimos y los demás.

Puigdemont, el neoconvergente

La política catalana me resulta extraña. Tan cerca y tan lejos. Y no solo es una percepción propia: miente quien diga que la conoce bien desde Bilbao o Madrid. Catalunya es una nación que funciona con sus propias lógicas, que envía al tercer puesto de las encuestas al actual president, que es permeable a las funciones del PSOE y que encuentra en Puigdemont un refugio del independentismo y la convergencia de toda la vida. Después del apoyo de Pujol, el expresident cuenta también con Artur Mas: “Votaré a Junts y votaré president Puigdemont”. “No quiero a un president dependiente ni otro tripartito” (El Nacional).

Los logros los consigue la riqueza, no la lucha

“Los sindicatos piden mejores salarios, reducción de la jornada laboral y el pleno empleo”, ese es el resumen El Cronista sobre el 1 de Mayo español. En Euskadi, además, de la carta a Olentzero, los sindicatos mayoritarios dejaron claro el cómo: por medio de más confrontación en un país próspero como es el vasco. Que nadie se confunda, se deje engañar o intente despistarnos: lo que consigue las mejoras laborales no es la lucha, sino la riqueza. Sin riqueza no hay reparto. Y si no conseguimos atraer (por culpa de la confrontación, hablémonos como personas adultas) a quien la genera, ¿qué vamos a repartirnos?

¿Bulo o exclusivaza?

No hace ni una semana que Pedro Sánchez anunciaba, después de cinco días de reflexión que dejaron al mundo atónito, que iba a hace frente a las fake-news como el que más, y nos encontramos en El Plural, un medio tan pegado al PSOE que hace falta espátula para separarlos, una serie de supuestas confesiones anónimas de personas que han pertenecido al PP y que “denuncian prostitución, espionaje, maltrato y tráfico de drogas dentro del partido”. No es tema pequeño como para que quede alojado en un digital de parte (y esto es un hecho, no una crítica) y sin otra denuncia que la mediática. ¿Quién embarra?

Esto va de periodismo

Visto lo de Pedro Sánchez, leído lo de El Plural, me veo obligado a poner en valor esto de Carmela Ríos en X: “No es tarea de los políticos. Somos los periodistas y los medios de comunicación quienes debemos liderar la misión de contar la desinformación y combatirla. Nos va en ello nuestra propia supervivencia”. Y empezaría por el aquí y el ahora, por todas esas cuentas impulsadas por el partido que venía a elevar el nivel del debate y que lanzan fake-news, que pueden llevar periodistas, y que no denuncia la prensa vasca como sí hace cuando el contexto es otro. O entre todas y todos lo sostenemos, o el periodismo se va por el sumidero.