No uses Glovo

Si no quieres que la economía se uberice, no uses Uber. Ni Glovo. Ni Airbnb. No uses esas plataformas que basan su modelo de negocio en la esclavitud, en los vacíos legales, en las y los falsos autónomos, en que el riesgo lo corran otras y otros con sus propiedades. Empresas y empresarios que sistemáticamente se ríen de un sistema al que pretenden burlar y que exigen, hay que tener la cara dura, que la legislación se adapte a sus prácticas. Prácticas como esta que Riders x Derechos denuncia: “Glovo dejará de pagar el tiempo de espera a los repartidores que esperamos un pedido delante del restaurante”. No uses Glovo.

Esto va de derechos

Las y los trabajadores de Glovo tienen derechos que la justicia les va reconociendo. De la misma manera, las y los fotógrafos también los tienen y la justicia, de nuevo, se los reconoce: Vox ha sido condenado por la difusión de una foto manipulada de Ignacio Pereira, que capturó la Gran Vía de Madrid vacía durante el confinamiento, y el partido de extrema derecha usó con un montaje de la calle llena de féretros. Las y los de Abascal tendrán que indemnizar al fotógrafo y publicar la sentencia en las mismas redes, según Photolari, donde recuerdan que Podemos también fue condenado por usar una foto en un vídeo sin permiso del autor.

Y de respeto

En Euskadi, la coalición que va de feminista tiene en la mayoría de sus partidos a hombres al frente, las esferas más altas de la coalición también las ocupan hombres y el candidato es otro hombre, de nombre, Pello. En España, el partido que va de feminista ningunea a su secretaria general a la vista de todas y todos: Pablo Iglesias es el que ha anunciado, no sabemos si también lo ha decidido aunque no le extrañaría a nadie, que Podemos no irá con Sumar en las próximas elecciones europeas. Para mi sorpresa, Ione Belarra sigue aguantando su vela pese a que, una y otra vez, su liderazgo es apartado por un manotazo de Iglesias.

Si él lo dice…

En su huida hacia delante, Luis Rubiales se ha sincerado con Alvise Pérez, el agitador de masas de la extrema derecha que engordó a la teta de Ciudadanos. El expresidente de la RFEF “sostiene ahora que su caso ha sido una cortina de humo para cubrir la amnistía” (El Nacional). Ante todo, él es una víctima: contó a Alvise que el beso fue consentido y que todas las jugadoras, incluida Jennifer Hermoso, mienten por venganza, porque no destituyó a Vilda. Él dirá lo que quiera y yo creeré lo que me le dé la gana, lo que me pregunto es quién le sostuvo durante tanto tiempo y por qué interés político, muy lejos de Alvise Pérez.

El fútbol es político

Claro que el fútbol, como fenómeno social que es, es político. Claro que un gobierno progresista puede intentar tener en la Federación un contrapoder a una Liga ultraconservadora. Lo que no es defendible es que sea un tipo como Luis Rubiales. También es político que una marca alemana, Puma, vista a la selección de Israel, y por supuesto lo es que deje de hacerlo, como leemos en Palco 23. La marca asegura que no tiene que ver con la masacre que el gobierno ultra de ese país está cometiendo en la franja de Gaza, aunque en el mismo digital mencionan varias veces un boicot a la marca por su vinculación con Israel.

Tarde, amigo

Ahora “el PP se desmarca del asedio a las sedes del PSOE entre las críticas de Ayuso por la actuación policial” (El Confidencial). Pero llega tarde: hemos visto a Aznar, a Núñez Feijóo, a Díaz Ayuso, a Sémper, a De Andrés, a Bendodo y a Gamarra arengar primero y justificar después manifestaciones e imágenes que derivaron en violencia de extrema derecha. Ahora, los de la gaviota intentan decir que sus convocatorias son serenas y que las suyas que son las convocadas para el próximo domingo, pero no cuela. La responsabilidad de lo que está pasando es, principalmente, de Alberto Núñez Feijóo. Que lo asuma.

“Es muy bueno”

Javier de Andrés ya ha debutado: se ha hecho una rondita de medios, empezando por ETB2, y ha cogido el micrófono para justificar algaradas callejeras protagonizadas por la extrema derecha, que cree que son el resultado de una “expresión popular espontánea” (El Diario). De Andrés concluye: “Es muy bueno que haya una reacción social”. Siguiente paso: negar lo que ha dicho, asegurar que lo hemos sacado de contexto, afirmar que la única manifestación del PP es la del domingo y, por supuesto, pretender que le sigamos tomando como un mirlo blanco, una cara nueva y un tipo sin mochila. Me temo que no cuela.

“Aquí están todos los nazis”

La responsabilidad de Núñez Feijóo no voy a discutirla. Como tampoco voy a discutir que vimos a nazis. Joder, que han clamado que lo son, han cantado el “Cara al Sol”, han gritados vivas a Franco y se han autodefinido delante de la cámara como falangistas y fascistas. Así que, finalmente, no voy a discutir que las y los manifestantes no representan a una España indignada por las decisiones de Pedro Sánchez. Esa España ya votó y no es mayoritaria, ahora tiene que asumir el resultado. Y uno puede justificar o ser muchas cosas, pero nunca colaboracionista. Allá quien decida serlo.

La infraespaña

¿Dónde han estado todos esos de las esvásticas tatuadas con el brazo en alto? ¿De qué han comido todos estos años? ¿Cómo puede haber tanto facha suelto casi cincuenta años después de la muerte de Franco? No estamos viendo el regreso de las dos Españas, estamos viendo una infraespaña que algunos han alimentado durante décadas para cebar en los últimos años. La infraespaña de Alvise Pérez, Dani Desokupa, OK Diario, Intereconomía, el que fue a “putodefender” su patria, el que se quita la camiseta para enseñar la bandera y el viejo que grita: “España acaba de despertar, hijos de puta” un día y, al siguiente, se declara falangista.

Ni constitución ni hostias

En las manifestaciones de estos días conviven la derecha y la extrema derecha, quienes gritan vivas al Rey y quienes dicen que Felipe VI es un masón que no defiende su país, quienes recuerdan y celebran a Franco con quienes llevan banderas enormes de grupos fascistas y las exhiben delante de las cámaras de televisión y la policía, quienes dicen que la amnistía no será constitucional y quienes señalan que “la constitución destruye la nación”, quienes llevan banderas de Vox y quienes huelen a Nuevas Generaciones hasta a través del móvil. Esta fusión no es casual ni momentánea, y muestra el gran fracaso de la derecha española.

El horror diario

No por lejana ni por recurrente (titulares muy parecidos nos asaltan varias veces al año) podemos mirar para otro lado ante noticias como esta en la web de COPE: “Lapidada hasta la muerte una mujer por parte de varios familiares en un nuevo ‘crimen de honor’ en Pakistán”. Pero nuestro estómago ni nuestra moral no son lo importante en casos como este: millones de mujeres viven con terror hechos como el narrado porque saben que una falsa acusación o una decisión personal puede costarles una lapidación, en el peor de los casos. Pero, ¿cuántos castigos normalizados soportan a diario sin que queramos saber de ellos?

Y lo que nos queda

Cada vez tengo más claro que nos encaminamos a una repetición electoral: Alberto Núñez-Feijóo se desmorona mientras Sánchez se fortalece. Eso puede traducirse en una serie de sondeos cada vez más favorables para el PSOE, que hagan cada vez menos atractiva la guerra entre Junts y ERC por ser el socio catalán más duro del gobierno español (en Euskadi, Bildu lidera ampliamente la carrera al socio de España más facilito). Y eso nos lleva a las elecciones en Navidad, como si no costaran: “Sánchez es el presidente que más dinero público ha gastado en elecciones: 1.500 millones en cinco años” (Vozpópuli).

Su gente

El PP no solo pierde atractivo por la colección de malas decisiones de Alberto Núñez Feijóo: sus únicos socios posibles de gobierno, Vox, se presenta a la España política como un grupo de frikis fascistillas apoyados por una turba que Rubén Sánchez ha mostrado en Twitter: “‘La única manera es matar gente’. ‘Va a correr sangre’. ‘Vamos a pegarle fuego al mierdas ese de Pedro Sánchez’. ‘Fusiles de asalto es lo que hace falta’. ‘Van a morir altos cargos’. Algunos de los mensajes del chat del canal de Telegram del agitador de ultraderecha Alvise Pérez”. Así suben las acciones del PSOE y de los impresores de papeletas para elecciones.

Imperdonable

Con mujeres muriendo a manos de sus parejas y exparejas casi a diario, tenemos que ver cómo la presidenta de las Corts, de Vox, no se ubica junto a otras parlamentarias y parlamentarios valencianos tras la pancarta de condena a un asesinato machista. Lo denuncia Manuel García, también en Twitter: “Que nadie se sorprenda ahora. Se les financió, se les dio visibilidad y altavoces mediáticos, se les legitimó y, por fin, se les dieron cargos institucionales y cuotas de poder. La derecha postfranquista española, PP-Vox, no es homologable a la de países democráticos”. Llanos Massó recibió los votos del PP, que nadie lo olvide.

Suena regulinchi

A mí el carné de gilipollas se me renueva automáticamente año tras año, y si alguien hurga en mi historial de Twitter o WhatsApp seguro que descubre a un Iker mucho más bruto, incluso, pero algunas cosas siempre las he tenido claras. Por su parte, Gerardo Tecé en 2011 ya era una figura reconocida en Twitter, por lo que su reciente excusa suena regulinchi, cuando menos: “Queridos trolls de ultraderecha: no perdáis el tiempo buscando chistes míos de hace 12 o 14 años que leídos hoy son claramente homófobos y machistas. Ya sé que los escribí. Ya sé que en 2011 yo era tan corto como vosotros lo seguís siendo en 2023”.

«El analista Alvise Pérez»

Si alguien empieza un tuit así: “El analista Alvise Pérez publica en su Telegram un dosier policial”, ya sé que estoy ante un tipo que completamente desinformado e intoxicado, o ante un tipo que quiere desinformar e intoxicar con mala intención. No hay más opciones. Y me da igual lo que diga después (en este caso, los nombres árabes de los detenidos durante la Aste Nagusia). Luis Pérez Fernández fue cebado por Ciudadanos y elevado por quien le promociona a difusor de cabecera de las fake-news que le interesan a Vox. Por ejemplo, esta misma semana Twitter le ha suspendido la cuenta por publicar un vídeo manipulado de Jennifer Hermoso.

Y no, no es verdad

Ni he nacido ayer ni me acabo de caer de un guindo: vivo en Bilbao y conozco, como cualquier ciudadana o ciudadano, lo que sucede. La verdad es tozuda ante discursos tan políticamente correctos que dejan todo el carril derecho libre para que los ultras corran, y ante las mentiras gruesas de esos mismos extremistas: “La imagen que se está difundiendo no guarda ninguna relación con la Semana Grande de Bilbao ni es actual”. Lo explican Ertzaintza y Ayuntamiento de Bilbao, que también “confirman que no catalogan a los detenidos por su nacionalidad”, y lo recogen en Infoveritas (con mucho menos alcance que los intoxicadores).

Una plaga universal

Los tontos son una plaga universal, y quien no tenga escrúpulo de manipularlos poseerá una gran ventaja. Los malos también están en todos los lados, pero suelen ir a su aire. No sé si Peio Riaño es de los tontos, de los malos, o todo lo contrario. Pero sí sé que su aura de periodista especializado en cultura, y feminista, se ha roto en mil pedazos: ha sido apartado de El Diario después de que una periodista con la que coincidió en Público le denunciara públicamente por su trato vejatorio y machista. No sé más que lo que he leído aquí y allí, y de todo ello me ha llamado la atención “el bumerán de la cancelación” del que habla Víctor Lenore.

Sí estamos hablando de ello. ¿O no?

No dudo de que si dictaduras como las de Arabia Saudí o Qatar están invirtiendo miles de millones en lo que conocemos como “sportswashing” es porque funciona. Miles de millones, insisto. Alan McDougall lo deja claro: “El éxito de la liga saudí nos recuerda que el dinero cuenta más que los derechos humanos en el fútbol”, por mucho que yo crea que es inevitable pensar en la Saudi Pro League y no pensar en que están comprando unos guantes de portero para tapar el puño de hierro de los jeques. ¿Soy acaso el único? ¿Funciona, como sostiene en The Conversation el profesor universitario?

No me gustó

Hace unos días recibí un e-mail del Athletic con este asunto: “¿Qué son los tokens cripto?”. Y no me gustó. Entiendo la lógica el fútbol actual, sé que tenemos que competir y pagar las altas fichas de los jugadores con más valor de mercado (o por lo menos que lo tuvieron cuando renovaron) y comprendo que el mundo avanza y la publicidad ya no es solo de un banco, una petrolera o una marca de leche. Vale. Pero sigue sin gustarme la idea de que mi club se financie a cambio de dar aire a productos tecnológicos que han sido utilizados para empobrecer a ahorradoras y ahorradores como lo somos la mayoría de socios y socias.

La política chusca

Lo que estamos viendo sobre el “caso Mediador” es propio de la política más chusca. Ningún partido ni ningún país están libres de que aparezca un “Tito Berni” al que, supuestamente, le guste lo estimulante, y que para pagárselo recurra a empresarios y contacte con autoridades para sostenerlo. Todo ello desde un escaño de diputado en el Congreso, desde el que se relacionaba con gente que pedía “tener sexo con un ‘churumbel’”, en referencia a un travesti, o que iba “tan borracho que al enviar por WhatsApp la cuenta a la que debían pagarle las comisiones, le faltaban números y no las pudo cobrar” (la SER).

Mamarrachos SL

Por muy chusco que sea lo que está pasando en el PSOE, que lo es, no podemos olvidarnos de las presunciones de inocencia, la mesura y la moderación. Todo lo que ha olvidado Alvise Pérez, ese agitador de la extrema derecha al que alimentó Ciudadanos: “En 24 horas ya tiene la lista completa de los 16 puteros drogadictos socialistas. Va a sacar uno cada día en su canal de Telegram. El resto de periodistas pueden pasarse por Moncloa para recoger su nuevo par de rodilleras, y una bolsa de cacahuetes de regalo”, tuitea otro mamarracho ultra, dando por hecho lo que la prensa, por responsabilidad y sensatez, no puede.

¿De la infanta Cristina?

Cuentan en Vozpópuli que “Iñaki Urdangarín recibirá 25.000 euros al mes de la infanta Cristina”. Cuentan también que la hermana de Felipe VI gana “unos 33.300 euros al mes” como directora de proyectos de cooperación en la Fundación Aga Khan (¿qué méritos ha presentado? ¿Qué hace para estar tan bien remunerada?). Cuentan también en el digital que, para pagar lo estipulado a Urdangarín “claro” que “tendría ayuda de su padre, el rey Juan Carlos I”. Y que, además de ese dineral, su exmarido pide dos millones de indemnización (lo que le habrían ofrecido por sus memorias), el chalet en Bidart y poder usar la casa en Baqueira.

Y ya sabemos cómo lo logrará

Cuando el Banco Santander “confía en que su negocio en España destacará en los próximos tres años” (El Independiente) ya sabemos a qué se refiere porque el modelo de negocio es de sobra conocido. También por sus accionistas. “Plan de automatización”, “eficiencia del negocio”, “bajar un 10% el coste por cliente”, “en España se centrarán en la rentabilidad”, “unidades de negocio globales”, “la presidenta se mostró optimista” y “el mercado valoró positivamente el plan” son frases sueltas que, en su conjunto, dibujan al banco pérfido en su más exacta y perfecta expresión.

Pagamos todas y todos

Creo que el de las y los letrados de la Administración de Justicia en España es un buen ejemplo para poder observar la lucha sindical actual: los sindicatos, con intenciones políticas evidentes, exprimen a un cuerpo funcionarial homogéneo cuyo paro tiene perjuicios directos sobre la ciudadanía, y hacen exigencias que pagamos entre todas y todos que, si salen adelante, serán en beneficio de un grupo y del propio sindicato. Una lucha que desde la media distancia se ve muy bien y que no difiere en casi nada a la colección de manifestaciones que a diario bloquean nuestras ciudades con cada vez menos efecto pero con un objetivo diáfano.