La guerra que va a ganar Bildu

La guerra de los enchufes en política la ha empezado y la va a ganar Bildu, porque es la marca que más personas tiene cuya carrera consiste en ser familiar de alguna o algún preso, y la marca que más personas tiene cuyos méritos son los de siempre en la izquierda abertzale: haber sido chivato, acosador o ambas cosas. El nombramiento en Lekeitio (donde llueve sobre mojado tras la anterior etapa de Bildu al frente del ayuntamiento) de quien increpó y se enfrentó al lehendakari Urkullu es solo el último ejemplo. Otros serán más sonoros, pero son menos: Euskadi es un país muy pequeño y en la Euskadi política nos conocemos bien.

La degeneración

La cuenta en X del Partido Popular retuiteó, en modo metralleta, todos los mensajes de sus representantes en los que denunciaban las formas (nada recomendables) de Óscar Puente en la misma red social. Miguel Tellado, portavoz en el Congreso, por ejemplo, habló de “degeneración” por el modo en el que el ministro español de trasportes se dirigía a Vito Quiles, y muchas y muchos denunciaban acoso a periodistas. Pero no hay mayor degeneración que la del PP, que le compra los marcos ideológicos a la extrema derecha, que alimenta a sus medios y voceros, y que justifica sus argumentos de mierda. Esa y no otra es la degeneración.

Y las formas

Por supuesto, Óscar Puente se equivoca cuando llama en X “saco de mierda” de Vito Quiles. Pero las formas injustificables no son tan graves como el fondo del PP, de dar cierto margen de verosimilitud a los intoxicadores de extrema derecha. Y Puente se equivoca para quien, como yo, cree que en política es insulto es inadmisible e injustificable, incluso si va dirigido a un ultra. Para el PSOE y su jefe Sánchez, por supuesto, Puente acertará: si algo necesita el PSOE es inflamar a la extrema derecha y que el PP siga cayendo en el error de legitimarla como muleta en la que apoyarse. Entre unos y otros harán crecer a los ultras y que la ciudadanía pierda.

Los bulos

Lo que es Alvise Pérez y lo que hace queda muy claro con el anuncio de que “renuncia a los escoltas el coche oficial el sueldo y los 3M de pensión europea privada. Es un caso inédito ya que ningún eurodiputado jamás haya hecho esto”. En efecto: nadie lo ha hecho porque, como recuerda Mr. Insustancial en X: “Por ser eurodiputado no te dan coche oficial, ni te asignan escolta. A las pensiones no se puede renunciar y tampoco puede sortear su sueldo porque incurriría en un delito de inducción al voto”. Y apostillaba, con cierta saña: “No es que sea un caso inédito porque que Alvise mienta no lo es”.

No lo vale

El vídeo que ha difundido la Casa Real española de Felipe de Borbón trabajando (al menos, lo que él entiende por trabajo) por el décimo aniversario de su llegada a la jefatura del estado, si algo muestra, es una enorme distancia entre la institución y la ciudadanía. Y si algo deja ver es que una familia real nos sale demasiado cara. No lo vale. Esta jefatura del estado hereditaria es demasiado onerosa. Y tal y como están definidas sus atribuciones, de hecho, la jefatura de estado en España parece hasta prescindible. Así que es normal que cada vez más gente se pregunte para qué y cuánto, y que las respuestas nos lleven a una conclusión: no sale a cuenta.

«Palabras de amor»

En Euskadi podemos y debemos discutir de muchas cosas: modelo de país, ruta para alcanzar la independencia en el contexto mundial actual, qué responsabilidad toca a cada una y uno de nuestro pasado más terrible… Pero lo que no me parece discutible es que necesitamos denunciar el discurso edulcorado de la izquierda abertzale. Nadie que haya ejecutado o colaborado en un asesinato a quien pensaba diferente puede ser blanqueado. Cuidaremos sus derechos y su reinserción, pero el “amor” del que habla Garazi Perea, concejala de Bildu en Bilbao, en el mensaje de Iñaki Goikoetxea que celebraba Otegi, resulta ajeno y extemporáneo.

“Fascismo”

Javier Bauluz respondía con claridad a esta pregunta que se encontraba en Twitter: “La gente que se alegra del terremoto en Marruecos, ¿qué mierda tiene en la cabeza?”. El premiado fotoperiodista no lo dudó: “Fascismo”. A las cosas hay que llamarlas por su nombre, en Marruecos, en España y en Bilbao. Lo que vemos en Twitter cada día de personas que se tienen por románticas y que añoran tiempos que consideran mejores, en los que los y las fascistas campeaban como el Cid pero con la pistola al cinto o debajo de la cazadora, tiene un nombre claro y se lo ha dado Bauluz. Y el fascismo es el enemigo.

“Asesinada”

No valen las palabras de amor, no vale el anonimato en Twitter, no valen los eufemismos cuando se trata de señalar el fascismo. Otro fotoperiodista, Manu Bravo, respondía a Ione Belarra, que “apoyaba” a “los familiares” (me sorprende esta falta de atención al lenguaje inclusivo) de Emma Igual, la cooperante víctima de un ataque ruso en Ucrania. Ione Belarra tuiteaba que “ha muerto” y Bravo respondía: “Que no le dio una puta embolia. Asesinada por aquellos con los que no tenéis huevos a mojaros”. El ganador del premio Pulitzer explotaba así ante quienes son incapaces de llamar “asesino” a quien lo es.

“La República”

La misma Ione Belarra con otras declaraciones ha inspirado este tuit que, lo reconozco, me ha ilusionado: “Primero los indultos. Luego la rebaja de la malversación y la derogación de la sedición. Ahora la amnistía y el referéndum de autodeterminación. Pronto será la República”. Lo escribe Miguel Tellado, diputado del PP en el Congreso, y me parece un planazo. ¿Dónde hay que firmar? Evidentemente, el también vicesecretario de organización de los populares lo redacta como si se tratase de una alarma, pero creo que en esa falta de sensibilidad se encierra la incapacidad del PP para asaltar su propio cielo.

“El malismo”

El PP es incapaz de ver lo alejado de la realidad que suena parte de su discurso porque lleva tanto tiempo sumergido en el cuadro que le marca Vox que ha perdido el sentido común y el propio, como sugería Unamuno (muy del gusto de ese PP que celebra la existencia de cada vasco no nacionalista). Alejandro Izaguirre, sin embargo, lo tiene muy claro: “El malismo es la ideología actual de la derecha. Es el ‘caca, pedo, culo, pis’ de los niños pequeños rebeldes llevado a la edad adulta. Talar árboles por joder, quitar carriles bici, y ahora el concejal de salud de Valladolid repartiendo ceniceros”.