No, no es descontrol

No creo que se trate de una falta de control por parte de Yolanda Díaz, como sugieren en El Periódico: “La Moncloa teme que el adelanto en Catalunya haga peligrar la legislatura y acusa a Díaz: ‘No controla ni a los suyos’”. De lo que estoy cada vez más seguro es de que les hemos sobreestimado: en ese espacio “a la izquierda del PSOE” han aparecido políticos hábiles en su declaraciones pero muy, muy torpes en sus decisiones. Cuando la marca local de Sumar en Catalunya decidió tumbar los presupuestos en el Parlament no lo hizo por rebeldía o necesidad de marcar perfil, lo hizo calculando muy mal. Ahí está el pecado.

El caos o el caos

A estas alturas ya hemos visto que lo que mejor se le da a Puigdemont y los suyos es descolocar a propios y a extraños, a propias y a extrañas. Su regreso a Catalunya para ser, previsiblemente, cabeza de lista de su partido, provocará una foto en la que más de una y uno saldrá movido. Pero el caos, no sabía yo eso, es contagioso: la decisión de Aragonès, de adelantar las elecciones y vincular su futuro político con el de Sánchez, solo extiende y agrava una crisis institucional y política evidente en España y Catalunya. Ambos espacios son hoy los ejemplos de lo que supone la italianización de la política.

Ni de política, ni de comunicación política

Si quedaba alguien con la venda en los ojos ante la política catalana, los recientes movimientos de Puigdemont y el último de ERC han tenido que servir de sacudidas para que caigan los últimos tapaojos. Ni en la izquierda española son sagaces políticos, ni en la política catalán reina precisamente el seny, ni la comunicación y el marketing son esas materias que bordan en el país mediterráneo: la foto de una televisión con la imagen de Aragonès para anunciar el adelanto electoral en la cuenta oficial del Parlament es un triste ejemplo de cómo van las cosas. ¿Cuántas personas vieron el tuit y decidieron lanzarlo y mantenerlo?

Mientras tanto, en España…

Mientras Catalunya nos sorprendía con torpezas políticas y comunicativas, España seguía ahí, como el dinosaurio de Augusto Monterroso. El ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, respondía a la presidenta de la Comunidad de Madrid en X, en estos términos: “Execrable es lo del testaferro con derecho a roce, Isabel. Dimite”. La coma vocativa la he puesto yo porque no soporto leer algo tan terriblemente mal escrito, pero es lo de menos. Lo de más (y es muy importante), evidentemente, es la apelación a la vida íntima de una representante de la ciudadanía (por poco que nos guste) en esos términos y en un debate público.

Un Aberri Eguna sin Ikurrinas

No voy a dejar que termine la semana sin mencionar la llamada al Aberri Eguna de EH Bildu… con solo dos Ikurrinas, en las esquinas de la foto, mientras un montón de banderas de Nafarroa servían de fondo para la convocatoria. Ya conocemos la intención histórica de la izquierda abertzale de querer borrar la Ikurrina del mapa: lo intentaron con el Arrano Beltza y no les funcionó, y ahora lo intentan con las cadenas o el carbunclo. Pero será difícil encontrar un error simbólico mayor: si la Ikurrrina representa solo a la CAV, según Bildu, y por eso ponen la navarra, ¿qué bandera representa a Lapurdi y Zuberoa en su llamada al día de la Nación?

Correcto

En mi carta a Olentzero para este año hay videojuegos. Soy de esa generación que creció jugando en casa, sigo haciéndolo y ahora quiero jugar con mi hija y mi hijo. No me dan miedo ni creo que sean culpables de ninguna masacre a balazos. Al contrario: pienso que son buenos para la lógica o los reflejos. Pero conozco sus riesgos: los nuevos modelos de negocio pueden ser muy perniciosos, y los 520 millones que Epic Games tiene que pagar en multas, además de reembolsar lo gastado por menores a los que puso en riesgo en su famoso Fortnite, tienen que ser un recordatorio de la atención que debemos prestar a los videojuegos que regalamos.

Un idioma solo para decir “bona vesprada”

Esta noticia en Levante no puede ser más expresiva: “Mompó es criticado por el público por hablar en valenciano en el mitin de Feijóo. El presidente provincial del PP de Valencia es recriminado por un asistente al acto por usar su lengua materna entre aplausos del auditorio”. Resulta expresiva por lo mucho que dice de quien hace la crítica, aplaude y, en general, vota al PP en Valencia como en Euskadi. “Esto del bilingüismo cordial tenemos que trabajarlo un poco todavía”, respondió Vicent Mompó. “Bilingüismo cordial” es, por cierto, un término de Núñez Feijóo que, al parecer, considera que la riqueza de un idioma es poder saludar en él.

Lo que hemos aguantado

También es muy significativo este párrafo en Público: “Jaime Mayor Oreja, Rosa Díez e Ignacio Arsuaga tendrán una cita después de Navidades. Se encontrarán en la Plaza de Colón, un lugar convertido escenario mítico para el ultraconservadurismo. Si las promesas se cumplen, allí también harán acto de presencia varios representantes del PP, Vox y Ciudadanos. A todos les une un mismo objetivo: calentar el invierno con proclamas contra el Gobierno y acusaciones de ‘golpismo’”. Significa que, por culpa de ETA, en Euskadi hemos aguantado a ultras como Mayor Oreja o Rosa Díez, entre otros, dándonos lecciones de moral y ética a los abertzales.

Y lo que nos queda

No es una casualidad que, cada año que pasa, cada vez más habitantes del planeta Tierra estén bajo dictaduras o regímenes no democráticos. No es una casualidad que precisamente emires, jeques o sátrapas como Putin, directamente, retengan las principales fuentes de recursos del Mundo. Y no es una casualidad, sino una consecuencia de nuestro modelo de consumo, que estemos en sus manos. Completamente. Tanto es así que no dudan en amenazarnos: el ruso, con una bomba nuclear, Qatar, “con el gas ante la investigación por corrupción de la UE” (El Periódico). Lo ha comunicado “un diplomático de la misión qatarí ante la Unión Europea”.

Otro gol de Messi

Casi ha pasado una semana desde que Leo Messi levantara la Copa del Mundo tras la final en Doha y la estrella argentina sigue generando noticias: su foto, a hombros de Agüero, durante la celebración aún sobre el césped, se ha convertido en la imagen con más “me gusta” de Instagram (con más de 69 millones de corazoncitos, a la hora que escribo estas líneas). Lo curioso es que ha desbancado, por fin, al ridículo huevo que se convirtió en la foto con más “likes” de la historia de la plataforma por una suerte de juego absurdo. Antes de esa, la de Obama en la reelección había sido, además de una gran foto, la más gustada.

Pero se va de puente

Titulan en República que “la Constitución ni se cumple ni se cambia”, pero se va de puente, como podemos comprobar todas y todos, simplemente, saliendo a la calle. Volviendo al texto en el digital, lo más curioso es que ese desacato constitucional lo están llevando a cabo los partidos que durante décadas se han presentado como “constitucionalistas”: el PP pasa de renovar el CGPJ, y sobre el cambio “los partidos parecen haber tirado la toalla y hasta desde el mismo PSOE se constata que no hay una mayoría en la Cámara Baja para los más mínimos retoques” a un texto que se venera pero no se consagra.

Solo tiene que ver con la demanda

Desde las primeras columnas que escribí para el “Bogando por la red”, hace casi trece años, llevo avisando de que la energética es la mayor estafa permitida a la que hemos asistido en Euskadi y, por extensión, en España. Ahora que los precios se han vuelto completamente locos es necesario que las y los consumidores nos mantengamos especialmente cuerdos: las subidas de la luz solo tienen que ver con la demanda. A más frío, más caro. A más calor, más caro. A más templado, más barato. Ni Rusia, ni el impuesto al sol, ni las políticas de fomento a las renovables, ni el tope al gas. Lo que hay que topar es la picaresca energética española. Y vasca.

Aún hay más

Pero no son solo las energéticas: “Las empresas disparan sus beneficios hasta un 25% con una subida de precios que zarandea las economías familiares”, (Público). Ya me gustaría que en los corrillos de hoy en el Congreso, en plena fiesta por su texto constitucional, las y los diputados que celebran el 6 de diciembre con emoción, hablasen de todo esto. De lo que se ríen de nosotras y nosotros (y de ellos) las energéticas y las empresas (no todas, pero sí demasiadas y muy importantes) que en nombre de la inflación amplían márgenes de beneficio mientras la ciudadanía no deja de hacer cuentas y llamadas para intentar rebajar facturas.

Lo moral, tampoco

No pido imposibles: supongo que las y los diputados que asistan hoy a los actos constitucionales, cuando no estén enfocando las cámaras y no tengan que ponerse muy serios y afectados, hablarán de fútbol. Lo harán del Mundial, lo harán de Cristiano Ronaldo y lo que van a pagarle los saudíes por otro lavado de cara, pero dudo mucho de que hablen de cómo la fiscalía de Madrid ha archivado los insultos racistas de aficionados del Atlético a Vinicius, del Real Madrid. “Eres un mono” fue lo que le dijeron los ultras y lo que los hooligans no consideran punible porque era en un contexto “de máxima rivalidad” (El Periódico).

El pasado, olvidado

Si el presente no es alentador en la España constitucional y el futuro no es prometedor (porque la Constitución ni se cumple ni se cambia), el pasado tampoco es muy atractivo. No lo es porque no se atreven a mirarlo, y cuando lo hacen se ponen una venda: las palabras de Moratinos sobre Obiang han resultado dolorosas. El dictador ha ganado con un 97% de los votos las elecciones en Guinea Ecuatorial y sigue siendo el gobernante que más tiempo al frente de un país. Y al exministro español solo se le ocurrió alabar una cita electoral “libre, democrática y favorable para los deseos de toda la ciudadanía” (El Diario).

Se juegan la vida

En el Mundial de fútbol, como en las rondas eliminatorias de cualquier competición deportiva, recurrimos a la expresión “se juega la vida” para referirnos al equipo que puede quedarse fuera. Pero en el caso de los jugadores de la selección iraní, lo de jugarse la vida, la suya y la de sus personas más próximas, es literal: “Irán amenaza con “violencia y tortura” a las familias de sus jugadores en el Mundial de Qatar” (El Plural). ¿Cuánto tiempo más y por qué vamos a aguantar esto? ¿Por no intervenir en un estado soberano aunque se trate de una dictadura represiva brutal? Sigo sin entenderlo en este mundo globalizado que hemos construido.

Fascistas de más cerca

Twitter falla. Falla porque hace creer a sus usuarias y usuarios que tuitear esto es libertad de expresión: “Un país, una bandera, si seguís sin entenderlo volvemos a dar y repartir estopa y estáis callados otros 30 años”. Lo escriben en una cuenta anónima llena de banderas españolas como respuesta a Josean Beloqui, que expresaba, en uso de su libertad y sin amenazas, esto otro: “Los mismos que están echando las muelas por lo de la bandera española en Mallorca serían los que exigirían retirar una senyera, ikurriña, bandera navarra, de Galicia, etc., de las escuelas quejándose de que se está adoctrinando al personal. Los mismos”.

Y de más lejos

Esto que publican en El Periódico sobre Twitter es terrible: “La plataforma propiedad de Elon Musk anuncia que desde la semana pasada ya no moderará los contenidos para frenar bulos sobre el coronavirus, sus posibles remedios o el uso de vacunas”. Es decir: todas y todos sabemos que ese aviso no funciona con quien no tiene dos dedos de frente, pero es peligroso que la red social en la que más corren los bulos, más ahora, que nadie lo modera, emita el mensaje de que da igual lo que digas. Ese aviso coarta al emisor del bulo, o coartaba, claro, porque la liberación es una llamada a la locura.

Una civilización que se va por el desagüe

Supongo que los textos de historia contarán, dentro de cien años, que en 2020, con la última gran pandemia mundial, empezó el declive de una civilización a la que solo le quedaban dos opciones: acabar con los ricos del mundo o desaparecer. Confío en que alguien lea esos textos dentro de cien años porque elegimos bien y permanecimos. Porque es evidente que nos vamos por el sumidero: en China hay una fábrica de iPhones que se ha convertido casi en una cárcel: las y los operarios no pueden salir por la política de “cero covid” de la dictadura y la empresa estadounidense sigue reclamando los terminales para la campaña de Navidad.

Hay más fútbol que el del Mundial

Vuelvo al Mundial, que está siendo bueno sobre el césped y está siendo mejor fuera de él: FIFA y emirato de Qatar no dejan de ser señalados por sus excesos. Todo en orden. Pero hay más fútbol que el que estamos viendo: “LaLiga cierra noviembre con un 76% de asistencia media y Segunda se dispara hasta el 57,2%”, leemos en Palco 23. El dato bueno, en mi opinión, es el del segundo escalón, y ahora que tenemos equipos vascos importantes, más. Porque el fútbol no es solo el de las selecciones, ni Barça y Real Madrid, tampoco Athletic y Real Sociedad. El fútbol también es el de los campos más humildes y el de las ciudades sin equipos de Primera.

Noche de fantasmas

Elon Musk es un fantasma. El fantasma con más dinero del mundo, es cierto, y con todo ese dinero, no podía ser de otra manera, es un tipo muy pagado de sí mismo que cree que su paso por este mundo lo cambiará todo. ¡Ay, el día que se dé cuenta de que sus millones no le librarán de que el resto irán a por el bollo cuando él esté en el hoyo, como en todos los casos de la humanidad! Mientras tanto, juega a trascender cuando dice que ha comprado Twitter “por el futuro de la civilización” (EPE). El futuro de la civilización si por algo pasa, y estoy completamente seguro, es por acabar con los ultrarricos como él. Sin eso no habrá futuro.

¡Vaya susto!

Si yo fuera Elon Musk o Mark Zuckerberg, sin duda, me centraría en lo que se me da bien, cada vez trabajaría menos y dejaría a los demás que innovasen. Pero me temo que precisamente porque esa es mi actitud ante la vida no soy ni el de Twitter ni el de Meta. Lo que no creo es que le merezca la pena al segundo, con todo el dinero que tiene y lo que ha logrado, llevarse disgustos: “Facebook se hunde en bolsa y ya pierde cerca de 700.000 millones en solo un año” (ADSL Zone). Todos lo vemos: mucha gente entra solo de vez en cuando a la red social que un día fue la más recurrente, y eso ya no vale para repartir beneficios millonarios.

Pues el terror todavía va a más

Lo peor para Facebook, en cualquier caso, no es su presente de estrella que se apaga, sino su futuro: Hugo Sáez ha creado un hilo en Twitter con unos cuantos gráficos y noticias que vaticinan un futuro muy negativo para Facebook, pero también para Instagram (también en Meta, la gran matriz de Zuckerberg), y muy positivo para TikTok, cuyo crecimiento no tiene antecedentes. No obstante, yo lo matizaría un poco: aunque se dirija a jóvenes, TikTok ha llegado a un mercado maduro. Facebook e Insta fueron avanzando a medida que comprábamos smartphones y adquiríamos tarifas con datos, por eso no hay precedentes.

Un disgusto menos

TikTok, a igual que Twitch u Onlyfans, han impactado en una población muy acostumbrada a entretenerse con el móvil. Su éxito, pese a esta evidencia, es indiscutible, y especialmente en el cado de las dos últimas, muy significativo, porque su modelo de negocio es el de la suscripción (eso que perseguimos los medios de comunicación digitales, por ejemplo). El de OnlyFans, además, es un caso especialmente interesante porque sin quererlo se ha convertido en una herramienta con un público muy claro: el que busca sexo on-line. Pese a las reticencias iniciales, “garantiza contenidos para adultos durante 5 años más” (Trecebits).

Peligro de muerte

Llevo tiempo advirtiendo en las redes sociales, como el típico viejo solo que se lamenta en voz alta en la calle, de que la moda del café de especialidad en casa nos va a traer un disgusto: la cantidad de gente que se habrá quemado intentando montar su cafetera italiana cuando el agua ya hervía no sale en TikTok. En la red social, y cada vez más, en Instagram, lo que vemos son bomberadas como la que leemos en El Periódico: una influencer anima a usar esas cafeteras con leche en vez de con agua, e incluso a atascar con pepitas de chocolate el mecanismo, que va a presión, y que en varias casas de sus seguidores ya ha estallado.