No, no hay equidistancia

Como en todos los casos, quien mantiene una equidistancia se posiciona. Así que cuando en El Diario aseguran que “el partido de Ione Belarra y los nacionalistas vascos han protagonizado en las últimas semanas intensos cruces de reproches en el Congreso”, sin explicar quién insulta, quién provoca y quién busca ese enfrentamiento, y quién reacciona después de varios silencios, se posiciona. Y lo hace a favor de quien insulta, provoca y busca el enfrentamiento. Luego nos llevamos a la cabeza con los bulos y nos rasgamos las vestiduras clamando “periodigno”, pero en el día a día, algunos sueltan la hostia y esconden la mano.

Aquí, tampoco

También en el digital que dirige Pablo Iglesias, Diario Red, califican ahora al PNV como partido de derechas (nada que ver con cuando lo elogiaba como vicepresidente por sus políticas sociales). Y también hay equidistancia, pero de la asquerosa. En su pieza: “La fatiga de la guerra pasa factura a Zelensky”, explican que el presidente ucraniano no convoca elecciones por la ley marcial y porque decae su apoyo, no mencionan la invasión rusa (una sola vez hablan de “ataque”, como si no fueran continuados) pero sí que la población es cada vez más favorable a negociar con Putin y ceder territorios. Ahí queda eso.

El triunfo del bulo

Los bulos triunfan. Por eso los usan en Podemos. Por eso hay digitales que juegan a la equidistancia: porque la verdad no vale nada, porque la responsabilidad no genera atención, y eso algunos lo traducen en votos y en audiencia. En el Huffington Post aseguran que “2024 ha estado marcado, informativamente, por el bulo”, y me temo que ese titular lo veremos repetido el año que viene. Pero es ese “informativamente” entre comas el que me deja atónito. Si hablamos de información no hablamos de bulos, son antónimos (aunque la equidistancia, ya lo hemos visto, da mucho juego). El que no tenga eso claro, que deje libre el paso.

Da igual si informas

Pero no voy a cargar las tintas contra algunos medios y algunos partidos políticos: es la ciudadanía (incluidos periodistas, políticas y políticos) la que es permeable a los bulos porque quiere, porque dan la razón, porque permiten seguir habitando espacios mentales confortables (cuánto daño hizo aquello de “tienes que salir de tu zona de confort”). Y lo cierto es que cuando informamos lo mejor que podemos no importa: “Occidente recomienda no viajar bajo ninguna circunstancia, pero el turismo ha dado con un insólito destino: Afganistán” (Xataka), que “se presenta como un destino sorprendente y enigmático”. Somos idiotas.

La tele no es

Nos quejábamos de “la caja tonta”, pero teníamos más certidumbre y menos bulos cuando era la reina de los medios de comunicación. Desde que su consumo ha caído notablemente, todo ha ido a peor. No soy capaz de calcular la relación entre un hecho y otro, pero es evidente que existe. Aunque cada vez la vea menos gente, sigue habiendo batallas por la audiencia: ETB se mantiene pese a la bajada generalizada (esto no lo dicen en la pieza de El Plural, claro, pero hay que mencionarlo), y en España “Telecinco cae a mínimo histórico anual, Antena 3 se enroca líder y La 1 rentabiliza el efecto Broncano en 2024”.

¿Está bien?

Me lo pregunto porque no lo sé. De entrada, el titular en The Objective invita a pensar que es un exceso: “El PSOE lanza cinco campañas en redes para culpar a Mazón del desastre de Valencia”. Pero, ¿lo es? Según el digital, el PSOE se ha gastado 3.000 €, que es muy poco dinero para tantas campañas y toda España. Y si sigo preguntándome acabo pensando: ¿de verdad está mal dar a conocer que “Mazón tiene las competencias de Protección Civil”, que “recibió avisos de la Aemet desde 7 días antes”, y que quitó “importancia a la ‘alerta roja’”, mientras los bulos y los buleros cabalgan como si fueran los buenos de la película?

Leña del árbol caído

Ayer tenía que haber arrancado el juicio contra Íñigo Errejón por abuso sexual. Se ha pospuesto porque la abogada de la acusación, Elisa Mouliaá, está de baja. El domingo, La Sexta emitió una entrevista a Rita Maestre. Una entrevista programada para condicionar (en ‘Salvados’, ese programa que presume de tan alta moral) con titulares que redifunden otros medios: “Depredador, manipulador patológico y misógino” (El Independiente). Así le califica la que fue su compañera en política y pareja en la vida durante un rato. Es fácil hacer ahora leña del árbol caído, pero lo útil habría sido hablar antes en vez de participar en una “omertà”.

¿Quién gana?

Ha ganado Donald Trump, de calle, con una gran victoria. A partir de ahora tendremos que empezar a contar qué vamos a perder los demás. De saque, el hijo del futuro presidente ha dicho de Zelenski que “la paga que se le acaba en 38 días” (La Vanguardia). No tiene ninguna gracia porque hablamos de las vidas de las y los ucranianos (¿cómo van a entrar las tropas rusas sin resistencia? ¿Qué hicieron en Bucha?) y porque hablamos de los planes de Putin, de asimilación brutal. Algunos hablamos de esto en serio mientras Donald Trump Jr. lo hace como su padre. Donde están contentísimos es en el Kremlin.

Estamos perdidas y perdidos

Siempre he sido optimista y me he empeñado en creer que las cumbres sobre el clima, por ejemplo, servían para algo. Pero es evidente que no, que trasladar a un montón de gente a Baku, capital de un país que se ha hecho rico gracias a los combustibles fósiles, además de una contradicción y un gasto de recursos innecesario, no vale para nada. Me remito a cómo estamos: ¿mejor? ¿Han servido para algo las declaraciones o recomendaciones que los países se han hecho a sí mismos en las cumbres anteriores? Por si fuera poco, Trump vuelve al frente de uno de los países más contaminantes del mundo. Soy pesimista, lo reconozco.

Venga, va

Voy a ser bueno y no voy a quejarme de que el FC Barcelona haya podido armar un equipo gracias a sus “palancas”. Es más, voy a aplaudir el eufemismo que inventó Laporta para hacer “invents” contables y fichar o mantener a jugadores. Voy a reconocer, también, la buena labor de la dirección deportiva. Y me alegro sinceramente por mis amigas y amigos “culés” que están disfrutando de una temporada bonita. Pero, vaya, que el FC Barcelona, sus jugadores, el entrenador y la afición se queje de que a Lewandosky le hayan anulado un gol en Anoeta por fuera de juego, como si solo ellos pudieran jugar con los límites, da entre risa y coraje.

¿Quién va a generar la riqueza?

Cualquier país, empezando por el vasco, necesita fomentar la creación de riqueza y puestos de trabajo. Voy a decir algo escandaloso: con las cotizaciones del funcionariado no llega. Sin embargo, nos encontramos con un país (el español pero también el vasco) en esta situación que denuncia Miquel Roig: “España es una potencia exportadora en tres sectores: turismo, agricultura y ganadería, automóvil (de motor de combustión). Los tres sectores, los tres, están siendo constantemente cuestionados por su espacio político”.

Es su éxito, no nuestro fracaso

No me gusta Alvise Pérez, pero reconozco que ha sabido activar un voto que ya tenía opción (Vox) con una campaña bastante barata (que no gratis). Tampoco me gusta el periodismo autocomplaciente, pero Carlos Padilla dice cosas interesantes en su columna en The Objective: “El fracaso del periodismo es tachar de friki lo que no se entiende”. Y el cierre es sublime: “El domingo se debió escuchar entre muchos colegas de profesión, capos de este oficio, lo que no se ha oído en miles de hogares españoles, ‘¿pero quién es Alvise?’”.

La ignorancia es su alimento

El ascenso de Alvise no es obra de Vox, sino del PP, que ha comprado los temas, los enfoques y hasta los medios. Y algunas y algunos de los de Núñez Feijóo incluso han ido más allá (sí, es posible). Es mejor estar sentado para leer esto en El Diario: “Una senadora del PP se pregunta si la historia ‘nos contó algo mal’ al explicar que los nazis eran ‘de extrema derecha’. Esther del Brío lanza en sus redes sociales una consulta a ‘historiadores’ para esclarecer por qué un partido ‘nacional socialista’ pudo ser considerado de extrema derecha”.

Así estamos

Este titular en La Vanguardia es incluso más corto que un tuit pero define perfectamente, en un flashazo, lo que es Europa hoy: “Diputados de ultraderecha y de la izquierda radical boicotean a Zelenski en el Bundestag”. Ambos márgenes se comportan exactamente igual allí y aquí: y en Euskadi, como en España, sabemos perfectamente quién está en contra de ayudar a Ucrania a defenderse de la invasión rusa. Pero debemos aferrarnos a una idea: quienes estamos en el medio somos más y mucho más sensibles con el sufrimiento.

¿Para qué van a servir las webs?

Esther Lastra lanza una reflexión muy interesante en Marketing Directo: la inteligencia artificial que nos resumirá toda la información que haya en Internet sobre el tema que nos interese en un par de párrafos acabará con el posicionamiento de las webs y el marketing de contenido (escribir piezas interesantes para prescribir en tu sector). Pero bien pensado, la IA puede acabar con todas las webs: ¿para qué diseñarlas si nadie va a llegar a ellas? La propia Lastra da una clave: el negocio de Google con ese posicionamiento de webs.

La campaña de Bildu

Es interesante lo que apunta César Calderón en The Objective: cómo Bildu tiene dos discursos paralelos, uno en euskera, soberanista y más tradicional y, por lo tanto, duro. Y otro socialdemócrata al uso, en castellano. Personalmente, creo que en Bildu saben que en Euskadi todo el mundo es consciente de que se trata de la izquierda abertzale de siempre con piel de cordero, y también saben que a la mayoría no le importa. Más interesante me resulta esta otra línea de Calderón: “Las perentorias necesidades de Pedro Sánchez han podido acortar, y no exagero, varias décadas” su estrategia de blanqueamiento.

No doy crédito

Óscar Puente mantuvo el pasado fin de semana una discusión pública en X con el periodista Francisco Pascual, adjunto a la dirección de El Mundo. El intercambio de tuits alcanzó su cénit con este del ministro español de Transporte y Movilidad Sostenible: “Si no te pasases el día lamiéndole el dobladillo del pantalón a Ayuso cuando protagoniza sus patochadas tendrías alguna legitimidad para reprocharme a mi algo. Pero no la tienes querido. Circula, que te estás poniendo muy pesadito” (sic), con las faltas de ortografía, incluidas, por cierto. ¡Un ministro diciendo eso a un periodista! Yo no daba crédito. Allá quien se lo dé.

Mira, qué bueno

Me acerqué a la web de Pablo Iglesias para ver si el alma mater de Podemos y Canal Red había escrito algo sobre las elecciones gallegas. Lo ha hecho, como esperaba. Pero lo comentaré en la columna de mañana porque, de camino, me encontré con una pieza muy interesante y, a la vez, divertida, sobre Koldo García, “la misteriosa sombra de Ábalos durante años”. Aníbal Malvar exagera las capacidades de “Koldo”, glosando la biografía, acciones y decisiones que ha ido tomando, y llegando a la conclusión de que todo eso “no podría suceder, como ya insinué antes, ni en la remota e incivilizada España”, afirma con sorna gallega.

Muchas más de 31.000 vidas humanas

No me queda claro si la referencia temporal de Zelenski es vaga por despiste, intencionadamente, o simplemente no la han trasladado cronistas y traductores, así que no sé si cuando se refiere a “esta guerra” habla de la invasión rusa sobre toda la frontera ucraniana que empezó hace ahora dos años, o al conflicto bélico en el Dombás, que empezó mucho antes. En cualquier caso, los 31.000 soldados ucranianos fallecidos (sin contar los desaparecidos, ni los del bando ruso, igualmente humanos) es una cifra injustificable que debería de resultarnos, además, inasumible como colectivo, como civilización.

No solo es esto, pero también lo es

No creo que el descenso preocupante de la natalidad en Euskadi, como en Europa, sea un problema solo de ayudas a la natalidad y la conciliación. Es un problema mucho más profundo, de modelo de sociedad, de relaciones laborales y de tipo de ocio. Es un problema de individualismo, de modelos a seguir vía Internet, y de valores que hemos olvidado. Pero no es menos cierto que esto que apuntan en El Blog Salmón también importa: quienes somos amas y aitas pagamos más impuestos cuando tener hijas e hijos “debería de considerarse una actividad beneficiosa fiscalmente”, algo que ya sucedía en la antigua Roma, según el digital.

El empeño en fracasar

Lo siento, pero no entiendo el empeño en fracasar. Si algo ha salido mal: autocrítica, examen, propuestas de mejora y a seguir. Pero lo de revolcarse en el fango no lo he entendido nunca. Y es lo que está haciendo la izquierda española, claramente. Una izquierda española con una bis vasca importante: Podemos lo lidera una navarra que, sin embargo, irá quinta por Madrid. “Sumar ofrece a los morados encabezar Navarra. Un caramelo envenado porque ‘allí no quieren a Belarra’”, leemos en El Independiente. Las propuestas con malicia, igual que las negativas con desesperación, no son atractivas para las y los votantes. Es evidente.

De escudero, un sangre azul

Creo que sé muy poco de política: no entiendo que Sumar y Podemos se empeñen en hacer públicas sus discusiones, que solo les genera desgaste, y no entiendo que Yolanda Díaz haya escogido a un sangre azul como su número dos: Agustín Santos puede tener un currículum brillante y haber trabajado para el PSOE, pero también es un sangre azul de libro que siempre ha flotado en aguas pacíficas de ministerios, embajadas y puestazos. Un progre de alta cuna, en plata. ¿Qué mensaje proyecta? ¿En quién está pensando Díaz cuando hace la elección de la persona y de lo que significa? Quien mira más hacia arriba que hacia abajo suele tropezar.

Núñez Feijóo no va mal

Al PP le quedan dos piedras en el zapato. Una es la de todos los partidos: la fecha y la abstención. Y la otra es Vox. Pero Núñez Feijóo, pese a todo y contra todo pronóstico (por lo menos yo no vi llegar su éxito el 28-M), avanza y acierta en los mensajes (también pese a sus habituales errores): “Si el PP gana, el PSOE tendrá una oportunidad para reconstruir el partido que existía antes de Sánchez” (Nius). Esto es un gol, es insistir en su idea (la del PP, claro) de “el sanchismo” y de todas las connotaciones negativas que es capaz de meterle. Y es una idea que cala fácil porque el cortoplacismo de Sánchez nos ha sobrecogido a todas y todos.

Rusia, sí

Sigue habiéndolos. Cada vez más escondidos, cada vez menos, es cierto, pero seguimos encontrando a defensores de lo indefendible, a difusores de teorías de la conspiración, a personajillos que ven la película de “La cortina de humo” en cada informativo, a propagandistas a sueldo del Kremlin y a tontos útiles que defienden a Rusia y atacan a Ucrania desde sus redes sociales completamente gratis. Ahora tendremos que verles negando que el ataque a una presa y a la ciudad natal de Zelenski no tiene nada que ver con la contraofensiva ucraniana, y afirmando que la agredida es Rusia. Y por los nazis, por supuesto.

Vuelve la mula al trigo

Doy por hecho que, al final, Florentino Pérez fichará a Kylian Mbappé. Lo doy por hecho porque el presidente del Real Madrid es de esa casta a la que nadie le dice que no. Tardarán más o menos, pero todas las personas y todas las cosas claudican ante ellos, ante los dueños de los países. Lo que espero es que lo haga rapidito porque de los creadores de los clubes-estado tenemos ahora los jugadores-historia, y aburren: la historia de Mbappé, la de Messi no fichando por el Barcelona, aquella de Neymar, la de Griezmann que va y viene… Un Mbappé al que dieron plenos poderes en París para demostrar que solo es un buen jugador más.