No se toman la vivienda en serio

Ni Bildu ni Podemos, que rivalizan en X por anotarse el tanto de que Errenteria sea el primer municipio que se declara “zona tensionada” en Euskadi, se toman en serio la problemática de la vivienda. La energía, que a nadie le quepa ninguna duda, la ponen en la venta. Igual que cuando aprobaron una ley que de momento solo ha agravado el problema: su interés eran las elecciones, no mejorar la vida de la gente. Decirlo y recordarlo es una obligación profesional y moral. Porque esto no es consecuencia de un huracán: “La crisis de la vivienda acecha al Gobierno por todos los frentes, con los precios en máximos” (El Independiente).

No es justicia

La justicia si llega tarde no es justicia. Y la justicia, si llega tan tarde que prescriben hasta los asesinatos, es injusticia: “La Audiencia Nacional declara prescritas las causas contra la exjefa de ETA ‘Anboto’ por el asesinato de Miguel Ángel Blanco” (Huffington Post). Soledad Iparraguirre se ha librado del juicio, y parece que también lo harán Miguel Albisu Iriarte (‘Mikel Antza’), e Ignacio de Gracia Arregui (‘Iñaki de Rentería’). Es la justicia española la que falla a las víctimas, como lo ha hecho España en el reconocimiento y el pago de indemnizaciones anteriormente. Creo que exponer esta revictimización, de una vez, también es necesario.

¿Toleramos a los nazis por encima de nuestras posibilidades?

Yo lo tengo claro: sí, somos más blandos con el fascismo de lo que podemos permitirnos. Especialmente en Euskadi. Me duele reconocerlo pero no me cuesta porque creo que hasta que no llamemos “fascistas” con claridad a quienes justificaban a ETA por asesinar a quien pensaba diferente, y “colaboracionista” a quien hoy enjabona por el puestito, Euskadi no acabará por pasar página de verdad. Pero me centro: “El país nunca ha asumido su pasado nazi”, dice sobre Austria el politólogo Renaud Large, y lo recogen en Público. En Alemania la extrema derecha está mejor que nunca; en España, el franquismo; y en casa, los de siempre.

También lo son

Tampoco veo ninguna diferencia entre lo que históricamente hemos conocido como fascismo y lo que está haciendo el gobierno ultra de Israel. Y no soy yo de los que pongan esta etiqueta con facilidad. De hecho, creo que ese rojerío gritón, vasco y español, que llamaba “fascista” a cualquiera, ha sido muy útil para la legitimización social de los fascistas de verdad, esos que ahora riegan de misiles Oriente Próximo como si no costara, pero sí que cuesta: “Irán utilizó en su ataque misiles el doble de rápidos que en abril y ha costado a Israel millones de dólares en defensa aérea” (El Diario). Si la apretura económica sirve para parar el conflicto, bienvenida.

Como si no costara

El Barça gasta millones como si los tuviera: “Reconoce unas pérdidas de 91 millones” (EPE). 91 millones sobre un agujero que ya era extraordinario y que Laporta se comprometió a tapar. Con esta base siguen fichando como si no costara porque se lo permiten, porque La Liga da por buena la milonga de las palancas cada verano, y porque sacarán el dinero de bancos y de préstamos que piden sin que importe demasiado cómo, ni quién, ni cuándo serán pagados (si les importase, no seguirían acumulándolos). Y al fichar con pólvora del rey, evidentemente, adulteran la competición y se llevan a jugadores que, con dinero real, no pueden pagar.

Lo que hubo fue voluntad electoral

Me sorprende, porque siento que están intentando colármela, que intenten hablar ahora de “falta de voluntad política” para explicar el fracaso de la aplicación de la ley española de Vivienda. Lo que sucede es que es una ley mala que se aprobó por una cuestión de voluntad, sí, pero electoral: PSOE, Sumar, Bildu y ERC (que luego la denunció por invasión competencial, porque la cara dura de algunos es pasmosa) quisieron marcarse un tanto antes de las elecciones municipales y forales, y lo consiguieron. Luego vino el desastre, a todas luces, y ahora llega la excusa: falta voluntad política. Lo que sobran son sus lecciones.

En el fondo, somos igual de pobres

Quien tiene dos viviendas, por herencia o porque ha podido comprar la segunda con cierta alegría, en el fondo, es igual de pobre que sus inquilinos e inquilinas. El problema no somos las y los pares, el problema son las y los primus: “El 1% de los multimillonarios acumula más riqueza que el 95% de la población mundial” (Infobae). Los tenemos identificados, ¿no? Pues actuemos contra ellos tan pronto como nos sea posible, redistribuyamos su avaricia (porque no es ambición) y, sobre todo, asegurémonos de que nuestra civilización tiene futuro: porque podemos estar seguros de que las y los ultrarricos son la mayor amenaza.

¿Podemos permitírnoslo?

Si electrificamos de golpe la mitad del parque móvil de nuestras ciudades lo más probable es que colapsemos: no hay electricidad para tanto coche y, al mismo tiempo, el consumo habitual. Entonces, ¿cómo lo han hecho en China? Con las pruebas que acumulamos de los pocos remilgos que tiene la dictadura ya podemos imaginarnos algo. Pero lo cierto es que el mercado del petróleo se estrecha. A mí lo que me preocupa es: ¿qué le sustituirá? ¿Qué otra fuente o tecnología (presumiblemente, china) se convertirá en el termómetro económico y bursátil del mundo y que, por supuesto, enriquecerá extraordinariamente a ricos avariciosos?

Vox acierta

Con la mitad de China ya electrificada y la demanda de petróleo en caída, es posible que la gasolina no sea tan cara. Entre eso, las dudas que genera el futuro completamente eléctrico y lo mal que va el mercado europeo (tanto en la producción como en la compra), creo que Vox acierta cuando “pide oficialmente a Bruselas que no prohíba los coches gasolina y diésel” (El Debate). No estamos preparados para el cambio en Europa sin depender de China (hay que empezar a hablar claramente), y Bruselas tendrá que repensárselo, con lo que Vox podrá decir que ha doblegado a la Unión y sus pretensiones, y ha dado certidumbre a la ciudadanía.

Pero es solo una casualidad

Por supuesto, no puedo dejar el reconocimiento a algo que hace bien Vox sin contexto: hablamos de un partido capaz de decir esto: “La inmigración ilegal no se gestiona, se combate” (Vozpópuli) y en el que han decidido que van a dejar sin presupuesto a las comunidades autónomas en las que tienen un acuerdo con el PP porque los pactos son para romperlos haciendo ruido. Ahora son las y los de Núñez Feijóo, empezando por él, claro quienes tienen que mover ficha: ¿van a seguir al lado de Vox? ¿Van a contar con los ultras para su bloque de derechas en el Congreso? Veremos qué demuestran.

La Ley de Vivienda cumplió su función (electoralista)

Es evidente a estas alturas que la Ley de Vivienda cumplió su función: dio un gran argumento de campaña a PSOE, Sumar, Bildu y ERC, que anunció un recurso de invasión de competencia después de las elecciones. Un argumento que, pese a que el resultado de la ley ha sido un desastre, siguen usando como si su iniciativa electoralista no fuera la causante de que el precio del alquiler “ha crecido un 50%, de 845 a 1.268 euros mensuales” (El Blog Salmón). La Ley genera esto: “La escasez de oferta y los numerosos requisitos exigidos a los propietarios para evitar impagos, está expulsando del mercado al segmento poblacional más vulnerable”.

Sigue resistiendo

Sánchez ya ha terminado con su manual de resistencia y va ya por el vals del obrero de Ska-P: podemos imaginarle cantando en Moncloa “¡resistencia, desobediencia!”, antes de adelantar el congreso del PSOE un año para “proyectarse como detentador absoluto e indiscutible de los valores y símbolos del PSOE”, como explica César Calderón en The Objective. El consultor cree que Sánchez vencerá con el traje de guardián de los valores socialistas, y que eso le permitirá colocar una ejecutiva federal de afines que vayan socavando a los barones socialistas que hoy son críticos, especialmente, con la financiación singular de Catalunya.

¿Qué puede salir mal?

“Trump designará a Elon Musk para liderar un comité que audite las medidas de su Gobierno”, leo con asombro en El Confidencial. El expresidente y candidato anunciaba que la idea había surgido del dueño de X y que este le había dado “su apoyo total y completo”. Lo que buscan ambos es que el dinero de los contribuyentes se gaste “correctamente”, por supuesto, desde su visión privilegiada y ultraliberal de la vida. Después de este anuncio yo tengo aún más claro que votaría a Kamala Harris si fuese estadounidense. Pero como no lo soy, lo que me toca es tener claro qué ideas favorece Musk desde X.

Quim Monzó se jubila

Me he enterado por medio de Bernat Dedéu en El Nacional de que Quim Monzó ha anunciado que dejará de escribir sus columnas en La Vanguardia “porque está cansado y aburrido tocar los mismos temas”. Antes ya había anunciado que también dejaba de escribir novelas. Dedéu avisa: “El tedio monzoniano no es un paripé y, justamente por eso, hay que tomarlo como una advertencia”, “entiendo perfectamente que Quim cuelgue las botas justo ahora, cuando Barcelona vive uno de sus periodos de decadencia más evidentes y Catalunya se enfrenta a un nuevo intento de pacificación autonomista”.

La locura de las ligas Fantasy

Llevo años jugando alguna liga “Fantasy”: lo he hecho ya en casi todos los formatos y plataformas, buscando, cada temporada, una un poco más tranquila que la anterior, y pensaba que era una cosa del viejo que el domingo por la noche necesita la emoción de averiguar si acertó comprando a Iñaki Williams en vez de a Nico. Para mi sorpresa, este tipo de juegos está de moda entre la chavalada, como explican en EPE: el propio Marcos Llorente reconoció en una entrevista que jugaba. Lo malo es que esa generación traslada todo a las redes sociales, y su furia por un mal partido la dirigen a los futbolistas sin control.

Que nos traten como las personas adultas que somos

A la legislatura que arranca hoy y, especialmente, a sus protagonistas, en gobierno y en oposición, yo les pido, lo primero, que nos traten como las personas adultas que somos. Que no intenten engañarnos, que no nos enreden, que no sean trileras y trileros los de los atriles y los botones de votación. Que no haya más leyes como la de Vivienda española, electoralista, que solo sirvió para un buen resultado del PSOE y Bildu, y que no ha arreglado nada: “La Ley de Vivienda expulsará a los particulares del mercado del alquiler y solo quedarán los grandes fondos. Son los únicos que pueden aguantar la presión del Gobierno” (El Blog Salmón).

Coherencia, por favor

A las y los miembros del gobierno y a sus entornos les pido coherencia. Sé que en el caso de Andueza, que ejerce de líder de la pata española del gobierno y, como tal, de azote al PNV al mismo tiempo, no puedo pedírselo. Pero confío en que las y los demás no harán como Ione Belarra, que asegura que “no vamos a tener una democracia plena hasta que no seamos una República” (Diario Red), con lo que estoy de acuerdo, pero olvida que el partido de la que es coordinadora general estuvo en el gobierno de España y, como tal, participó en el sostenimiento de la Casa Real de múltiples maneras.

Y realismo

He pedido que el nuevo gobierno y el nuevo parlamento traten a la ciudadanía como mayor de edad que es, y que sean coherentes. No sé si he pedido mucho ya, pero voy con otro ruego: que sean realistas. Esto de Íñigo Errejón no lo es: “Vamos a reducir la jornada laboral sin reducción de salario. Con acuerdo social o sin él”. Y no lo es porque Errejón piensa que el empresario es un señor gordo con chistera que enciende puros con billetes de 100 dólares. Y eso, por lo menos en Euskadi, no es así. Tenemos que cuidar a quien genera empleos dignos y riqueza vía impuestos. El “pormishuevismo” es reprochable ejerza quien lo ejerza.

Que sean humanos

Al nuevo lehendakari, a las y los nuevos consejeros, a las y los representantes de la oposición, también les pido que sean humanos, que no se alejen de la ciudadanía que les ha otorgado su confianza, que no sean bestias, en definitiva, como el presidente del parlamento balear, Gabriel Le Senne, incapaz de mantenerse templado ante la imagen de represaliados por el golpe de estado franquista y el régimen posterior en las islas. Un ser inhumano, Le Senne, que es agresivo con su propia compañera en la mesa del Parlamento y que revictimiza a Aurora Picornell, fusilada por el fascismo y cuya imagen fue arrancada por este cafre.

Que sepan de dónde venimos

Ayer, sin ir más lejos, se cumplieron 87 años de la toma franquista de Bilbao: la resistencia de los gudaris en el cinturón de hierro permitió que muchas personas ganaran tiempo y salvaran su vida abandonando su ciudad. Debemos tener memoria, preservar ese recuerdo, saber, como Indiana Jones, que el enemigo es el nazi, el fascista. Y reconocerlo, por supuesto: mucho después de la toma de Bilbao surgieron los fascistas vascos, esos que según uno que ha hablado hoy en el Parlamento, no ejercieron un terrorismo atroz e imperdonable en nuestro país. Venimos de ahí y yo no lo olvido. Ya les gustaría a las y los fascistas que lo hiciese.

Tenemos que mirar de frente

No podemos mirar de lado a lo que ha pasado en la UPV/EHU: aunque Ainhoa Ozaeta tenga todos sus derechos y aunque asumamos su reintegración en la vida social como una labor colectiva, como la de cualquier otra persona condenada, debemos mirar de frente a la realidad palpable y dolorosa de que personajes como Joseba Permach, ese que justificaba los atentados de ETA en la peor época de la banda, encuentre acomodo en una institución como la universidad pública vasca (en la que forman a nuestra juventud), y que teja con dinero de todas y todos una red de favores a personas que tienen en común comprender esas justificaciones.

Desinformación vasca

Gorka Mostajo denuncia en X, con acierto, la existencia de un canal (de mierda) en Telegram en la que lanzan bulos y desinformación, y señalan, esta vez, a él. Son esas marcas (de mierda) que desde el anonimato hacen el caldo gordo a Vox y al PP, a Alvise Pérez. Exactamente lo mismo existe, a los ojos de quien quiera verlo, en el otro extremo: la izquierda abertzale cuenta con los mismos chivatos y manipuladores de siempre, ahora en redes sociales. Volviendo a lo que ha tocado a Mostajo, en esa cuenta (de mierda) buscaban cuadrar el círculo: aprovechar un asesinato para generar rechazo a la inmigración y al euskera. Solo se han retratado.

Esto es electoralismo

Hace un año, de cara a las elecciones municipales, y en la CAV también forales, el gobierno español aprobaba con Bildu y ERC (que después renegó de haberlo hecho) una ley de vivienda para la campaña. Les funcionó. Pero no a la ciudadanía: “Los precios del alquiler siguen disparados y está habiendo una fuga de inmuebles hacia los contratos de temporada y por habitaciones, que dan menos derechos al inquilino”, resumen Fernando H. Valls en X, antes de enlazar a una pieza en La Vanguardia con un análisis más extenso. En resumen: sin fomento de la oferta no hay contención real en los precios. Pero las elecciones les fueron bien.

Algo más que una guerra

Me cuesta llamar “genocidio” a lo que el ejército y el gobierno israelíes están haciendo en la franja de Gaza porque me parece el más grave de los términos. Pero es evidente que no podemos hablar de “guerra” cuando una fuerza poderosa aplasta militarmente a la población civil y a una resistencia cafre, y que calificar como “atrocidad” a esto se queda corto: “Al menos 35 muertos por bombardeos israelíes sobre campamento de desplazados en Rafah” (France 24). Si quien manda en Israel no se esconde ni se avergüenza de lo que hace, no entiendo que el mundo deba de ser cuidadoso con la política exterior hacia el gobierno de ese país.

El mismo dolor

Una cosa si agradezco a la comunidad internacional: nos han ahorrado la hipocresía que ha exhibido con Rusia Por lo menos, no hemos oído hablar de bloqueos que nunca se dieron: hemos seguido comprando recursos naturales al Kremlin con los que este ha financiado su invasión sobre Ucrania, y al mismo tiempo le hemos dado a Ucrania material militar con el que defenderse de ataques que hemos financiado. Una jugada redonda para quienes fabrican las armas. Y pésima para las víctimas del centro comercial de Jarkiv que fue bombardeado el pasado sábado. Sí, esto sucede, y siempre habrá quien lo justifique. Como siempre.