La carta de Alex Salmond a los catalanes tiene, en mi opinión, un doble valor. El primero, que demuestra que fuera el conflicto también se ve como una manifestación legítima. El segundo, que se ve como una manifestación pacífica de una sociedad cuya anterior generación vivía en el franquismo. La carta de Salmond pone en valor las vías pacíficas y la sensatez, y es de obligada lectura para quienes no condenaron la violencia y siguen excusando a ETA.
La crueldad del ser humano
En el ecuador de la segunda década siglo XXI todos tenemos spartphones, empezamos a tener smartTV, y los ordenadores pelean con las tablets por ser hacernos la vida y el trabajo más fácil y, sobre todo, hacernos sentir que molamos un poco más. Al mismo tiempo, Alí Mohammed al-Nimr, de 20 años, va a ser decapitado y crucificado, y su cuerpo exhibido hasta que se pudra, en Arabia Saudí, por haber robado uniformes y armas a una patrulla policial durante la primavera árabe. Él asegura que la acusación es falsa (‘La Información’).
Hay trabajo. No hay pagadores
Hagan las cuentas que nos proponen en ‘Diagonal’: en España se trabajaron el año pasado seis millones y medio de horas “extra” de las que casi cuatro millones no fueron pagadas. Es decir, fueron regaladas. A mí los números me salen: trabajo hay un montón. Cosas pendientes de hacer hay para exportar. Tareas que se quedan a medias hay miles. Lo que no hay es voluntad para pagar a alguien que aborde esos trabajos. Y ese es un mal que no consideramos tan grave como realmente es.
En Francia van acabando con las tonterías
Los malos resultados de las nuevas pedagogías están llevando a Francia a recuperar métodos como dictados, lectura en voz alta o cálculo (‘Infobae’). Me temo que la innovación pedagógica ha sido tomada como un fin en vez de como un medio, y la entrada de la tecnología en el aula, como en las empresas o en las casas, nos ha atontado un poco… O mucho. Ya sé que con estas reflexiones no hago amigos, pero sí hago lo que me toca como parte del sector tecnológico.
Es una burbuja
Sigo dejando amigos por el camino: podemos ponernos tan estupendos como queramos con el negocio de las Apps pero lo cierto es que, salvo Facebook, Google y Apple, nadie ha conseguido sacarles rendimiento. Evernote era una empresa llamada a lograrlo, con una valoración de más de mil millones de dólares… que ahora se tambalea. La moda ha pasado, se volatiliza el valor y por el camino queda mucho dinero y equipos de trabajo que solo encadenan fracasos.