La anulación de la candidatura de Toni Cantó por empadronarse fuera de plazo en Madrid ha generado muchos chistes en Twitter, especialmente. Entre todos, me quedo con uno en el que se ve a Maroto voceando desde su escaño en el Senado y la frase: “Toni Cantó, novato”, como si el exalcalde de Gasteiz increpase al ex de UPYD y Ciudadanos. Es cierto que Maroto actuó con más premeditación pero no lo es menos que, realmente, da igual que Cantó vaya o no en listas. Ya está sirviendo para desgastar a Ciudadanos y puede que, como apuntábamos en esta misma columna, las carreras de Maroto y Cantó se crucen como senadores autonómicos.
¿E Iglesias?
Me parece bien que Pablo Iglesias haya pedido la indemnización que le corresponde como exdiputado en el Congreso. Los derechos hay que ejercerlos, y más cuando protegen a los vulnerables. Lo que no me parece tan bien es que Iglesias mienta en la televisión pública, como asegura Nacho Calle, subdirector de Maldita.es, sobre la noticia en sí: “Esto es mentir a sabiendas porque se les dijo que en Maldita siempre hemos preguntado e informado cuando un ministro ha dejado el Gobierno. Lo contamos con los exministros Illa o Huerta. ¿La diferencia? Que ellos no pidieron la indemnización e Iglesias sí”.
Esto sí es cierto
El sociólogo Sergio García redondeaba el titular de EFE (“Solo el 0,18 % de los vacunados con AstraZeneca en España ha tenido efectos adversos”) con este tuit: “El 99,82% de los vacunados con AstraZeneca en España se encuentran de puta madre”. Esta afirmación es la que tenemos que repetir en Twitter, en los periódicos, en los grupos de WhatsApp con familia y amigos, en el trabajo y donde nos sea posible. Las vacunas son seguras, este es el único mensaje que cabe, ganemos o no algunos clics en nuestra web o algunos retuits, porque si no lo fuesen no se habrían aprobado. Insistamos. Por todas y todos.
El sistema
Hace solo unos días les mostrábamos en la columna la imagen de los operarios del remolcador que liberaba el Ever Given y aliviaba el mercado mundial. Aquella foto solo era la de una cuadrilla de trabajadores, porque fueron muchos los que ayudaron a mover aquel gigante. Uno de ellos, este: “El conductor de la excavadora del canal de Suez dice que durmió 3 horas al día y que nadie le ha pagado aún las horas extras por intentar desencallar el Ever Given” (Business Insider). Su nombre es Abdullah Abdul-Gawad y todos vimos su excavadora haciendo un trabajo titánico que parece que nadie ha compensado.
Por el coronavirus
A estas alturas de la pandemia que algo cierre por culpa del Coronavirus casi no es noticia. Lo es que algo abra vía medida judicial o si la política interviene (o puede intervenir) en la clausura. Así que el futuro de la Eurocopa en Bilbao podría estar en el aire por el coronavirus, como tantas otras cosas, y ser noticia deportiva y económica (quien niegue el impacto de un evento tan grande o ha sido engañado o forma parte del engaño), pero si añadimos el componente político, haya o no motivos más allá de lo que diga el PP, que representa al 6% del electorado, que, lo encontramos en la portada de varios digitales. Así va esto.