Escribo estas líneas sin conocer el resultado de las elecciones, pero no me hace falta saberlo para afirmar que Twitter no acertó. En ‘Hipertextual’ han escrito una pieza muy acertada sobre las diferencias entre lo que podemos leer en nuestros “timelines” y la realidad. Twitter no es representativo de nada, y las opiniones que se vierten refuerzan una mayoría particular, la de Twitter, o todas las de Twitter, mejor dicho, sin que ni una sola de ellas tenga que coincidir con la realidad vasca o española.
Campaña hasta el final… y con lo identitario
Durante la campaña que, afortunadamente, ya ha acabado (hasta un “fan” de estos procesos como puedo ser yo llega a cansarse de la dinámica), hemos señalado el acierto, por lo menos en su primera parte, de un vídeo de Vox. El resto de las acciones del partido de Santiago Abascal daban entre risa y pena, incluido una de las últimas: presentar justo antes del final de la campaña 60.000 firmas para pedir que se suspenda la final de la Copa si pitamos el himno español.
Sin límites
Hayan votado o no al PP, celebren conmigo este arranque de semana con el alto nivel de jetismo ilustrado de algunos. Lo de Moratinos, viviendo de las relaciones exteriores cuando le toca ser ministro y cuando le toca ser asesor influyente en el sector privado, es de “cum laude” en esta materia de tener la cara de adamantium (quienes hayan visto las películas de Lobezno sabrán de lo que hablo): “Moratinos usó la embajada en Qatar para sus negocios privados con una constructora”, leemos en ‘El Confidencial’ entre la sorpresa y el asco.
Somos autónomos
Realmente, no hay un hecho noticioso suficiente para desencadenar la reflexión en ‘El Blog Salmón’ sobre la situación de los autónomos. Solo el típico hastío que, cada cierto tiempo, llega a su nivel máximo: “Ser autónomo hoy en día se ha convertido en una profesión de infarto en la que la persona física (no jurídica) se juega muchísimo en función de la salud económica de su negocio. Una auténtica vergüenza que en nuestro país se penalicen las ganas de trabajar con trámites, burocracia e impuestos, muchos impuestos”.
De fotógrafos y burbujas
Iba a hablarles sobre el post en ‘Xataka’ en el que hacen una estupenda reflexión sobre cómo el sector de los fotógrafos de boda sí ha sabido adaptarse a las novedades tecnológicas y de los gustos de los clientes, cuando me he encontrado en ‘Marketing Directo’ con otro de signo contrario en el nobilísimo arte de capturar los momentos con instantáneas. En este segundo blog hablan de Danielle Bernstein, la “instagramer” que cobra hasta 15.000 dólares a una marca por sacarse una foto luciéndola. Pura burbuja de Internet y de la foto digital.