¿Hay que mantener la actividad económica? No lo sé, no soy de esos que tienen las cosas muy claras ante una pandemia y una crisis sanitaria mundial como nunca habíamos visto. Cualquiera puede buscar ejemplos que refuercen la opinión que defiende. Pero llamó mi atención este tuit de Guillermo Dorronsoro, al que, para variar, no le va nada político en la discusión: “El sistema de salud lo sostienen los impuestos de la actividad económica. Vivimos más, con mejor salud, porque podemos pagar un buen sistema de salud. Defendemos la actividad económica, porque sabemos que eso nos ayudará a salvar más vidas”.
No es momento de solemnidad
No es momento ni para la solemnidad ni para los maximalismos, para muchos es momento de reutilizar mascarillas. Así de duro. Así que Pablo Iglesias puede ahorrarse su cita a la Constitución Española: “Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general”. Los que sugieren que la riqueza es la de los empresarios, los que afirman que esta es una lucha de clases y los que piensan que cuando se cierra una empresa solo se empobrece el propietario, ¿en qué mundo viven? ¿Qué edad mental tienen? Hay que bajar al barro y pensar en las PYME.
Los que lo hacemos posible
Las ingentes cantidades de dinero público que serán necesarias para que no se hunda definitivamente una economía que salía de una larguísima crisis, ¿de dónde creen que salen los que hablan o tuitean como si tuvieran catorce años y lo reducen todo a una lucha de clases especialmente innecesaria en este momento? Del esfuerzo de todos. De todos. Dani Bordas lo clava en su tuit: “Mañana salgo a aplaudir a los que pagamos impuestos, que somos lo que de verdad hacemos posible todo esto”. Esta crisis tiene que servir para que señalemos y aislemos a los evasores. Y para que abramos los ojos a la realidad.
Un gobierno preocupante…
Cuando Sánchez empezó a retrasarse sistemáticamente después de anunciar comparecencias públicas empezaron las malas señales. El retraso en la publicación en el BOE de la norma que iba a afectar a millones de trabajadores por cuenta ajena en España y en Euskadi solo lo confirmó angustiosamente: este gobierno español (en el que confían los de Bildu más que en el vasco, ellos verán) preocupa porque da la sensación de que no se ponen de acuerdo los partidos de la coalición y porque uno no sabe si improvisa o duda hasta el infinito. Y sigo defendiendo que no es momento de crítica. Pero sí de observación.
Un caos de caso…
Ese BOE del domingo por la noche va a convertirse en una triste metáfora de cómo actuó el primer gobierno de España de coalición ante una crisis sin antecedentes: desdiciéndose, siendo desleal a su principal apoyo parlamentario, haciendo feliz a los del cuanto peor, mejor, y abriendo la puerta a un caos laboral de un día… Y un caos económico impredecible. Que en la redacción del propio BOE se haya colado esta errata: “caos” por “caso”, como Dani Álvarez mostraba en Twitter (a mí me lo pasó una buena compañera por WhatsApp) solo refuerza esa metáfora. La del tiempo que vivimos… Y el que viene.