Hay quien considera a David Marjaliza el “cerebro” de “la Púnica”, y otros, simplemente, un conseguidor, pero está claro es que conoce la trama muy bien, y da nombres y cifras delante del juez con soltura: desde los 6.000 € por vivienda en un sobre que se llevaba Granados, la mano derecha de Esperanza Aguirre, al tercio de la mordida por cada adjudicación que arramblaba uno de los hombres fuertes de Cristina Cifuentes, Jaime González Taboada.
La vida privada de Maroto
Javier Maroto se está defendiendo con todo: da lecciones de ética en rueda de prensa, señala juicios pendientes aunque el quebranto de lo imputado sea la mitad de lo que figura en la sentencia de su condena, y responde airado que la escapada a Estocolmo, con su “culpable” aún caliente, forma parte de su vida privada.¿Y qué? Entiendo que El Español lo publicara porque, sencillamente, es llamativo que se fuera de fiesta en tan señalada fecha y hasta Estocolmo.
Todos se necesitan
Hemos visto la noticia destacada, sobre todo, en los digitales de corte más conservador, como Libertad Digital: 5.000 firmantes piden que Arlando Otegi no acuda al parlament catalán. Que yo sepa, Otegi es una persona que ha cumplido su condena, y por lo tanto puede ir ahora donde le dé la real gana. Y hace bien. Su visita al Parlament hubiera pasado desapercibida de no haber sido por el modo en el que han protestado los más cavernícolas. A uno y a otros lo que les pone contentos de verdad es la notoriedad.
El contexto es lo importante
La imagen de Franco y Himler proyectadas sobre una fachada durante unas fiestas podrían formar parte de una representación antibélica, por ejemplo, pero quien captó la imagen que estamos viendo profusamente, el fotógrafo Miguel Ángel Trigo Sánchez, pone también el desagradable contexto: “El peor momento fue cuando se ensalzó de manera descarada el fascismo del dictador Francisco Franco, al que acompañaba una imagen de Himmler. Además de estas proyecciones, se sumaron acordes del NO-DO y gritos de ‘¡bravo!’ de varios dirigentes del PP presentes en el acto” (El Confidencial).
Y el querellado es Alberto San Juan…
No creo que la famosa obra de títeres del “Alka-ETA” programada por el Ayuntamiento de Madrid, que hizo llorar a niños, y acabó con sus autores detenidos, me vaya a gustar. Básicamente porque usar muñecos para violaciones y chistes sobre terrorismo, de partida, no me hace gracia. Pero sí creo que Alberto San Juan acertó representándola para denunciar el absurdo de las detenciones. Denuncia que podrá seguir haciendo porque Dignidad y Justicia se ha querellado contra él ahora.