El «ultraje» de no aplaudir San Mamés a Cristiano Ronaldo

Estos días, después de haber tenido la «dicha» de jugar contra el Real Madrid, hemos tenido  el «gusto» de escuchar a la «caverna mediática madridista» poniendo a parir a San Mamés, por la terrible afrenta de no despedir con aplausos a Ronaldo cuando fue sustituido en el segundo tiempo.

Es así...

Vamos a ver, lo único que me faltaba es tener que aguantar que alguien de fuera diga a quién tiene que aplaudir San Mamés o a quién no. A nada que sean un poco listos se darán cuenta que cuando San Mamés aplaude a alguien es porque lo considera importante o porque reconoce una trayectoria. Así ha ocurrido muchas veces con rivales, a los que incluso no se les tenía mucho aprecio, y así seguirá ocurriendo. Por poner un ejemplo que yo tengo claro, los aplausos que de aquí se llevó el difunto Juanito, que incluso cayendo bastante mal y siendo del Madrid, se le ovacionó.

Yo desde mi inocencia pensaba que la gente podía entender que a Cristiano no se le aplauda. Pues no. Resulta que no sólo no se entiende, sino que encima te critican hasta la saciedad por ello. Y yo me pregunto: ¿Es que no se han dado cuenta de cómo es CR7 como deportista? Hace un año escribé otro comentario titulado «CR7 ejemplo de lo que no debe ser un jugador», y hoy me reafirmo en todo lo allí dicho. Este domingo estuvo todo el rato protestándole al árbitro. Después de pitar éste una falta a su favor soltó un balonazo que estuvo a punto de dar a Iturraspe (desconsideración que debería haber supuesto tarjeta). Una de las veces que le llamó Teixeira (¡vaya árbitro!), para explicarle algo (a los jugadores del Madrid lo árbitros les explican las cosas, a los nuestros simplemente les sacan tarjetas), no le hizo ni puñetero caso, hasta que al divo le dio la gana de darse la vuelta (otra desconsideración).

Cristiano es un jugadorazo de los mejores del mundo. Para mí el segundo mejor. Pero, no me olvido de su peineta del año pasado en San Mamés. Tampoco son fáciles de olvidar algunas de sus declaraciones. Cristiano es IMPRESENTABLE. ¿Y la «caverna» pretende que San Mamés aplauda a semejante personaje? Pues desde luego, ya pueden esperar sentados porque no creo que tenga ninguna intención de hacerlo, y bien orgullosa que estoy de ello.

En San Mamés se ha aplaudido a equipos rivales que han hecho exhibición de fútbol, se aplaudió a Juanito, a Xabi Hernández, a Ryan Gibbs,… a muchos y muchos a lo largo de los años. Y he repetido el nombre de Juanito, porque a ver si se van a pensar que no aplaudimos a Ronaldo porque es del Real Madrid. No señores, no aplaudimos a Ronaldo porque es un mal educado, un chulo, un prepotente y un provocador. Y quizá, cuando cambie, si es que es posible semejante milagro, quizá consiga salir ovacionado de algún campo de fútbol, incluso del nuevo San Mamés. Y no como sale ahora, porque salvo los aficionados del Madrid, nadie le puede ni ver.

Y para acabar, decir que lo realmente inexplicable es que esto tan sumamente sencillo de comprender no lo entienda la prensa de Madrid, y encima, se permitan sacudir al público de San Mamés como lo han hecho.

El público de San Mamés no es lo que era

Ya sé que esto es ponerme años, pero lo voy a hacer… Hace más de 40 años que voy a San Mamés y aunque me cueste reconocerlo, el público  ya no es lo que era. Lo digo con un punto de nostalgia y con mucho de tristeza. No sé ni cómo se ha producido el cambio ni el porqué, pero así lo veo.

¿Lo estamos perdiendo?

En mis muchos años de espectadora la primera vez que pasé realmente vergüenza en la «Catedral» fue la famosa pitada que se llevó Irureta en su último partido que entrenó a su equipo de toda la vida. Último partido porque dicha pitada le llevó a tomar la decisión de dimitir a pesar de estar situado de los primeros en la clasificación. Supongo que los que pitaron se quedarían súper a gusto. Yo no. Yo me quedé abochornada.

En cantidad de años esa era la única vez en la que sentí vergüenza de la actuación del público. El problema es que de ahí a estos tiempos, estas situaciones se han multiplicado, y cada vez son más las veces que me pasa. Y me llevo un berrinche porque suspiro por los tiempos pasados. Muchos de los malos ratos me han venido con las actuaciones lamentables de los ultras, que no sólo son los del equipo contrario, sino también los ultras de nuestro propio equipo. En una en concreto les recuerdo arrancando los asientos y arrojándolos al campo (los que llegaban), y la mayoría encima de las cabezas de otros aficionados también del Athletic que tenían «la dicha» de estar en esa grada… Dejando a los ultras  aparte, este año, me está pasando muchas veces, tantas casi como partidos está teniendo el Athletic en su casa, y por el tema de los silbidos y sobre todo de los insultos. Se está poniendo de moda silbar o insultar a nuestros propios jugadores y me parece lamentable.

El domingo pasado, otra vez, a LLorente al saltar al campo. Nos puede gustar o no su actuación con el tema de la renovación, sus declaraciones, sus lo que sea… pero sigue siendo nuestro jugador. El Athletic está pasando momentos malos por la inestabilidad y por haber tenido cerca el descenso. Y… a pesar de eso… salta tu jugador al campo, el que quieres que meta goles para salir lo antes posible del hoyo. Y… ¿no se te ocurre otra cosa que silbarle o insultarle? No lo entiendo y no lo comparto. Mi incomprensión es sobre todo porque esos silbidos e insultos no le favorecen en nada al Athletic. Al contrario le perjudican de manera clara. Entonces ¿por qué?

Y antes, muchos años antes, sí que alguna vez pasaba, había algún silbido contra alguno, pero no es como ahora que es continuo. Algunos mayores han dejado de ir por no escuchar tampoco otras muchas cosas que no les gustan. Una pena, una enorme pena despedir San Mamés así. Siempre nos gusta decir que somos un público distinto, pero cada vez nos parecemos más al del resto de los equipos, no hay casi nada que nos distinga y es duro reconocerlo, sobre todo para alguien tan de Bilbao y del Athletic como yo. ¿Os pasa lo mismo?

 

¡Nos vamos también a Bucarest!

Afición

       Ahora mismo es de madrugada, y debería estar en la cama, pero tras un día de tantos nervios y emociones se me hace imposible. Ayer decía que si al acabar el partido estaba llorando esperaba que fuese de alegría, y así ha sido. No podía dejar de llorar. De hecho hasta llegar a casa seguía llorando. Hay gente que dice que el que sea el llegar a la primera final europea vivida es único y que los jóvenes lo viven más intensamente porque otros ya hemos vivido otra, la anterior contra la Juventus. Sí efectivamente yo la viví, estuve en San Mamés, pero esto no hace que mi alegría ahora sea menor, porque a esto no se acostumbra nadie. Todos los triunfos son nuevos, da igual que sea llegar a la primera, a la segunda o a la octava final.

La alegría del vestuario

       Este equipo se lo merece, este entrenador también (¡Bielsa, Karajo!), ni qué decir que también se lo merecen los preparadores físicos, los botilleros, los aficionados, los simpatizantes, los socios, los no socios, los abonados, los socios barria, los forofos, los sufridores de los forofos, todos.

       Es una auténtica gozada poder vivir esto, la fiesta desde la primera hora de la mañana, los nervios y la emoción del inicio del partido con el himno que lo rugen 37.000 gargantas en la Catedral y muchos más miles en todos los rincones. Las mariposas en el estómago y las primeras lágrimas con el gol de Susaeta, ¡se puede!. El mazazo portugués y la respuesta inmediata de los leones rojiblancos (con un enorme Ibai, que otra vez nos mete en el partido). Más nervios y la locura con el gol de Fernando, el Gran LLorente que hoy «sólo»  ha dado dos asistencias y ha metido el definitivo gol, el que nos ha clasificado. Y al final del partido…  la apoteosis. Alegría compartida con todos. Salvo la tristeza de los portugueses, que son recompensados por el público de la de nuevo «Catedral» con gritos de Sporting, Sporting, de todo San Mamés, para reconocer a la hinchada rival su comportamiento, el recuerdo que han tenido para con Iñigo Cabacas (gogoan zaitugu), y que esto es fútbol y que hay que vivirlo disfrutándolo con fiestas, con rivalidad pero con deportividad.

        Otra emoción nueva para contar a nuestros nietos, que se quedará en emoción pequeña comparada con las nuevas alegrías que nos esperan el 9 y el 25 de mayo.

        ¡Athletic, BETI ZUREKIN!

Hoy es el gran día…

         Se me está haciendo la semana larguísima. Gracias a Dios ha llegado la hora y hoy es el gran día. Hace 35 años que no nos veíamos en otra. La posibilidad de pasar a la segunda final europea está aquí y vamos a ir a por ella. Si en aquellos años fue el Racing White el rival, esta vez serán los portugueses del Sporting. Miedo a mí sí me dan, pero tal y como hemos visto a los jugadores durante todo el año, que les da igual jugar con el Albacete que con el Manchester United, sé que éste va a ser su partido y van a poner toda la carne en el asador. No creo que les pueda la presión porque ya la han vivido en Gelsenkirchen, en Manchester y en todos los grandes escenarios donde han jugado este año. Por supuesto en San Mamés, en Anduva y donde ha tocado. Viví aquella semifinal en la Catedral siendo cría, aunque no me acuerdo del agobio que debimos de pasar y tampoco de la alegría que supuso pasar a nuestra primera final europea (recuerdo más el partido contra la Juve). Ahora ya más crecidita estoy viviendo todo de manera que sé que no lo voy a olvidar, como no voy a olvidar ninguno de los pasos que se han dado en este Torneo, sobre todo las eliminatorias ante los  ingleses y ante los alemanes, poniendo el acento en el partido de Old Trafford, que presencié en directo.

Con ellos, salvo Ibai por De Marcos

         Así mismo, hoy vamos a tener una noche de gala y sólo nos falta que el resultado esté en consonancia, para poner broche de plata a esta temporada (el oro para la final).  Sé que los jugadores no nos van a defraudar. Como los aficionados tampoco les vamos a defraudar a ellos.

         La sonora torta que se han dado el Barça y el Madrid estos dos pasados días, ayer mismo los blancos, hace que se piense que nos puede pasar lo mismo a nosotros, y que sería durísimo. Por ello, durante el partido estaré nerviosa, lo sé. Y si llegamos a los penaltis … no contéis conmigo y no me toméis en cuenta que no los vea…

         Sólo espero que si cuando el árbitro pita el final del partido estoy llorando, que por favor, sea de alegría.

¡A rematar la faena de Manchester!

      Está claro, como bien dijo Marcelo Bielsa, que sólo está hecha una parte del trabajo, que el sueño de Manchester, convertido en realidad, hay que rematarlo bien rematado este jueves en San Mamés.

       La calidad del Manchester nadie la pone en duda, y eso nos hace tener respeto ante la llegada de los reds a la Catedral. Los hombres que tiene por delante son para darte el suficiente miedo como para tomarte el partido tan en serio como el jugado en tierras británicas. Si allí se rozó la excelencia futbolística por parte de nuestros chicos, habrá que intentar que ocurra algo similar. Hombre, alguno me dirá que por pedir mejor pedir que ocurra lo mismo que en el partido de ida. Sí, claro que sí, que lo prefiero, pero… es tan difícil. Muchos son los que han dicho que quizá este ha sido el mejor partido de la historia del Athletic, no por significado, sino por la calidad del juego, y sobre todo, por la continuidad en esa calidad. Yo estoy de acuerdo con ellos. Por edad no he visto a los Maguregui, Merodio, Artetxe, Carmelo, Etura, Mauri, Uribe y demás… pero como ahora por falta de imágenes no les voy a poder ver (una pena enorme), yo también me quedo con que éste ha sido el partido de más calidad que he podido disfrutar. 

      Ver a Iturraspe doctorarse con un segundo tiempo de matrícula de honor. A un Ander Herrera comiéndose el centro del campo rival. Un De Marcos omnipresente. Un Javitxu imperial. Muniain “Bolt” llegando a un rechace (en el tercer gol) que parecía imposible para cualquier jugador. Iraola repartiendo clase. LLorente comiéndose a los centrales. Y todos, todos, uno por uno, o en grupo (que eso es lo que son, sobre todo UN GRUPO), dejándose el alma y más, por llevarse el partido.

Nuestro grupoGran grupo

        La Catedral ya sé que el jueves va a ser una fiesta y que va a empujar a los jugadores hasta el último minuto. Así como también sé que los jugadores se van a v0lver a dejar hasta la última gota de sudor, para vengar a aquellos del 57 que no lo pudieron conseguir. Y hablando de estos últimos me encantaría que los que de ellos siguen animando a su equipo desde la tierra (los otros no tengo duda que lo hacen desde allá donde estén), viesen el partido en el palco, para que así se les pueda brindar el homenaje que se merecen (De nuevo gracias al Club porque sé que la invitación está cursada.Rectificar es de sabios).

los héroes del 57

¡A POR ELLOS!