La semana pasada me preguntaba cómo transcurría la Asamblea ordinaria del Athletic.
Lo que no esperaba es que fuese así de chapucera, y ridícula. No me sirve de mucho que al día siguiente el presidente Aitor Elizegi saliese en rueda de prensa pidiendo disculpas (se agradece que lo hiciera pero…). No se puede hacer el ridículo de semejante manera. Pongo en antecedentes por si todavía hay alguien que no sabe lo que ocurrió. En las reuniones previas a la Asamblea la directiva y el presidente comentaron que debido al artículo 33 de los Estatutos del Club se veían obligados a abrir las urnas nada más constituida la Asamblea. Quitándole, al igual que las directivas anteriores, a la Asamblea todo su valor como órgano máximo de decisión, pero tras deliberar, debatir, escuchando a unos y a otros. Ya en el Euskalduna, un compromisario, Mikel Uria, explicó cuál era el artículo 33, poniendo un ejemplo claro de cómo era la mayoría simple y lo que podía ocurrir. El secretario Fernando San José afirmó y dijo que efectivamente tenía razón. Que para ser aprobados los puntos que se votasen se debía conseguir la mayoría simple, pero al ser de los asistentes, que debía ser la mitad más uno de los que habían entrado en el palacio.
En la votación de los presupuestos ocurrió que solo se obtuvieron a favor 284 votos, y en contra 276, pero que al ser los asistentes 600, el secretario dijo que los presupuestos no eran aceptados, porque los síes no eran la mitad más uno.
Posteriormente, se pasó al tema de la reforma de estatutos, se votó a los candidatos a conformar dicha Comisión y se volvió a la sala para saber los resultados. Pero, aquí comenzó el circo. El secretario dijo que se había consultado a los servicios jurídicos del club (que esa semana debían estar de vacaciones) y que habían dicho que los presupuestos estaban aprobados.
Se montó un pequeño lío. Algún silbido, algún grito, alguno que se fue,… y en mi caso perplejidad. Perplejidad absoluta. ¿Dónde estaban los servicios jurídicos hasta ese momento? ¿San José no es abogado? Increíble pero cierto. Conclusión: aunque parezca de chiste en una misma asamblea utilizaron una interpretación del artículo 33 para evitar que las urnas se abriesen cuando se tienen que abrir, es decir, después de todas las intervenciones de los compromisarios; pero, a la vez, utilizaron la interpretación contraria, para aprobar los presupuestos. De no creer. Un compromisario, con muy bueno criterio, en una participación posterior, comentó que la situación le recordaba a Groucho Marx, que decía: «Estos son mis principios, si no le gustan, TENGO OTROS» Lamentable. Eso sí, espero que en una próxima asamblea las urnas no se abran al principio, ya que si fuese así sería el colmo de la desvergüenza. Tampoco me extrañaría. Y si es necesario… ya se inventarán otra interpretación de cualquier artículo.
Otro número circense fue cuando presentaron para que se aprobase el Comité de Apelación… y aparecieron en pantalla los nombres de 5 socios que no sabíamos quiénes eran, ni por qué les habían elegido a ellos,… ni nada. Que votásemos. Unos que no, otros que a mano alzada, otros que se aprobaba sin más,… para cabreo mayor del personal. Al final se votó a mano alzada… y comprobamos que el secretario sabe contar hasta el 80 por lo menos ( lo hizo en alto), hasta que apareció alguien por detrás y le dijo que había noventa y algo. No se preguntó por abstenciones… total… qué mas daba si era un paripé. En fin, cosas así son las que dan mucha pena y dañan la imagen del Club. Un Club que se supone serio y dirigido por gente válida. Pero… ¿por quién estamos dirigidos? No lo sé. La sensación de que están continuamente improvisando no me la quita nadie. Y es horrible.
Pero, sí que les quiero dar un voto de confianza, aunque me cueste mucho, pero… por supuesto, quiero que lo hagan bien. Algo ya ha sido positivo… han abierto el proceso de cambio de estatutos, han tomado como suyas dos propuestas de distintos grupos de socios, están abiertos al diálogo (todavía no tengo muy claro si escuchan), y dan algo de voz al socio. Bueno… la capacidad de trabajo que tiene el presidente me tiene alucinada pero… A ver… le pido más cosas, pero… algo es algo. Eso sí, criticar si me parece, lo voy a seguir haciendo, por mucho que les haga rabiar o incomode a algunos periodistas, que desde que está Elizegi sólo abrazan el pensamiento único. Piden el estar todos unidos y a favor del Athletic, curiosamente ahora… cuando el año pasado sacudían a todo lo que se movía. Curioso. Bueno… mejor que curioso lamentable. Es increíble lo que para algunos medios puede hacer una política de comunicación que gusta a los periodistas. Ha sido como el milagro de los panes y los peces, no… incluso más… como la resurección de Lázaro. Milagro. Todo lo que antes era horrible en el Club ahora es maravilloso. Elizegi es Dios reencarnado en presidente. ¿Y todo por unas exclusivas? ¿porque les da información? Me dirán que no es así. No. Igual no. Pero… es lo que parece. Y no sólo a mí.
Un ejemplo: varios periodistas dicen que no recuerdan otra cosa igual que ver a toda la directiva saliente en el Euskalduna… ¿No? ¿No os acordáis de vuestro amigo García Macua haciendo lo mismo tras perder las elecciones? Muchos compromisarios sí se acuerdan,… Bueno, será memoria selectiva.
Y lo último sobre la prensa, se ha puesto de moda despellejar a algún compromisario, porque sale a criticar a su presidente, o a algo hecho en el club. ¿Es obligatorio pensar lo mismo? ¿Es delito discrepar? Para algunos periodistas sí. Y, uno en concreto utiliza su medio incluso para amenazar… ¡en antena! Como en las películas del oeste. Madre mía, ¡qué poder tiene la prensa y qué daño hace a veces!
Para acabar, no me olvido del partido del Wanda, que miedo me da, pero también confío en el equipo, que lo puede hacer muy bien. ¡A por los colchoneros! Y
¡Aúpa Athletic!