En un país como España, en el que el partido del gobierno ha tenido que pagar una fianza por su responsabilidad en los casos de corrupción, que un diputado europeo y autonómico de otra formación haya tenido un año a un trabajador social sin contrato ni facturas es, objetivamente, un hecho menor. El problema es que Pablo Echenique, como muchos recordaban ayer en Twitter, mientras cometía este fraude daba lecciones de ética e integridad, y que se defendía con que lo hizo “para ayudar”.
España es un pipicán sobre una fosa común
La noticia de que el Ayuntamiento de Málaga ha instalado un “pipicán” sobre una fosa común de víctimas de la Guerra Civil Española ha llegado hasta The Guardian, y no para bien, obviamente. La Marca España se ve así golpeada, una vez más, por el propio PP, que gobierna en la ciudad gracias a Ciudadanos, y que había llegado a un acuerdo que no ha cumplido para “dignificar” la memoria de las más de mil personas que habían sido enterradas en ese espacio, y cuyos cuerpos ya han sido exhumados.
Los abusos de Jodorowsky
Tampoco Alejandro Jodorowsky, dramaturgo, cineasta, escritor y fundador de lo que él mismo llama “psicomagia”, puede hacer apología de la violación ni el incesto en Twitter. Tarde se dio cuenta el chileno de que esta red social no deja espacio a la explicación, y de que este tipo de mensajes exigen un contexto exhaustivo y preciso. Ahora empieza el debate entre quienes defienden la lucidez de Jodorowsky (y la suya propia) y quienes vemos en sus tuits mensajes, simplemente, inaceptables.
El arte del discurso
El plagio de Melania Trump, esposa del candidato republicano a la Casa Blanca, a Michelle Obama, actual primera dama, ha generado, primero y en Internet, muchos comentarios sarcásticos; después y en el partido de Trump, airadas críticas; y para terminar y en algunos blogs, valiosas reflexiones sobre el valor de los discursos y quienes viven de escribirlos, una profesión valorada, por cierto, en América. No corren ni correrán buenos tiempos, sin embargo, para Meredith McIver, a quien han asignado la culpa de lo sucedido.
No juego… Ni lo critico
No podía retomar la columna y obviar el fenómeno tecnológico del momento: Pokemon Go. Personalmente, me parece bien que los usuarios enloquezcan si les da la gana, y usen terminales carísimos y gasten sus datos en cazar dibujos, y me parece estupendo que el creador y la empresa que lo ha desarrollado ganen un montón de dinero, ya que han sabido qué hacer con la realidad aumentada, algo que el resto no logramos. Eso sí, como leemos en Xataka, Nintendo no rentabilizará tanto el juego como se preveía porque el conglomerado de empresas, esta vez, el afecta negativamente.