Con noticias como la que nos sorprendía después del sorteo del “gordo” de Navidad, uno empieza a dudar de su fe en que el PSOE se va a rearmar. Algo está muy mal en una “casa” cuando ni un gran premio es un motivo de celebración. La crónica en El Confidencial del “lío” es para no perdérsela: solo los trabajadores de un departamento compartirán los décimos ganadores, y personal del resto creen que deberían compartirlo porque no queda claro el origen de las papeletas.
Cuando te pone en evidencia ACNUR
Percival Manglano es un concejal del PP en Madrid bastante conocido en Twitter por sus habituales salidas de tono y equivocaciones. Pero uno de sus últimos deslices hasta el momento ha llegado tan lejos que la cuenta en castellano de ACNUR ha afeado sus palabras hasta con cuatro mensajes distintos. Básicamente, Manglano utilizaba al primer sospechoso del atentado en Berlín, un pakistaní, para señalar a todos los refugiados. Hay que tener más ética.
¡Aún estamos a tiempo!
Todavía tenemos unas horas para convertir el Belén de casa en una reproducción histórica más fiel que la representación dictada por la tradición. En Magnet han hecho un buen repaso a los errores más comunes: no había blancos en Belén, el rey negro no podía venir de Oriente, nada de castillos, pero tampoco cerdos ni pavos, por supuesto, es improbable que nevara… Y algunas más sutiles: las armaduras de los romanos y las vestimentas de los reyes magos no eran como las que vemos hoy.
Pruebas en YouTube por Navidad
Gracias al blog de Pantallas Amigas podemos poner (y ponernos) este recordatorio en la columna: YouTube tiene una plataforma diferenciada para niños y niñas que permite un mayor control de los contenidos por parte de las amas y los aitas. Sí, todos nos sabemos la teoría: un menor no tiene que andar con una tablet. Pero la práctica es otra: nos ven manejarlas y las manejan con una soltura sorprendente. Así que esta Navidad podemos trabajar con ellos por su seguridad y la nuestra.
La “dronefotografía” ya está aquí
Reconozco que cuando me enteré de que ya podía ver las fotos elegidas como las mejores de la “dronefotografía”, puse cara rara. ¿Qué demonios es eso, por qué tenemos que poner una etiqueta a todo, y por qué un nombre tan feo? Pero les aseguro que todo se pasa cuando uno ve las imágenes. Estos robots voladores y las cámaras que incorporan, de gran calidad, son herramientas preciosas en manos de quien sepa ver y capturar la belleza de las vistas de pájaro.