Javi Padilla, que lleva unos cuantos años en esto, se ha molestado en encontrar, descargar y analizar el archivo que Facebook nos ofrece con toda la información que tiene de nosotros, y se ha llevado alguna sorpresa desagradable: un historial muy completo, todas sus relaciones familiares y hasta la agenda de su propio teléfono. Esos son, entre otros, los datos que Facebook admite tener de él, que serán similares a los que tiene de cualquiera de nosotros. Pero, ¿y lo que no nos cuenta Facebook?
Lo que Instagram censura
En la denuncia de Álvaro Martínez, el usuario que ha generado una ola crítica contra Instagram porque la plataforma ha censurado la foto de un beso entre Álvaro y su novio, hay una cuestión importante: la eliminación de la foto viene dada por una serie de denuncias previas. Instagram (y Facebook, que es su propietaria) tiene la responsabilidad de revisar esas denuncias antes de que un robot censure lo que no es censurable, pero la acción humana ha tenido mucho que ver, y eso es lo terrible.
Lo que queremos (o eso creen)
En plena crisis de prestigio y con todos dispuestos a sacar punta a cada noticia sobre Facebook, Instagram o WhatsApp (esas censuras ridículas ya las hacían antes los robots pero sin tanto impacto), Facebook se mueve y sigue buscando que su gran red social siga siendo usada (para la recolecta de datos, evidentemente): no solo veremos más actualizaciones de nuestros amigos que de las marcas, ahora también veremos más las más noticias cercanas. Lo de la globalización tiene un límite, al parecer.
Podemos pincha
Sí, más del 90% de los que han votado han validado la continuidad con IU y la de la marca “Unidos Podemos”. Pero, ¿cuántos han votado? Según El Plural, “apenas ha participado el 16,15% de las bases. En total, han votado poco más de 76.511 de los 473.600 inscritos que hay en Podemos”. Y son datos que da la propia organización. Oigan, si eso no es pinchar, ¿qué lo es? Porque lo que se preguntaba era importante y el modo en el que se ha ganado suena a música búlgara.
Y el alquiler sigue subiendo
Yo sigo insistiendo: la pasada crisis inmobiliaria no ha sido tal. Por lo menos, no ha servido para una redistribución de las propiedades gracias al abaratamiento de los pisos. El descenso del poder adquisitivo y la falta de crédito ha generado que solo quienes tenían el dinero podían invertir (se batió el récord de compra-ventas sin hipotecas). ¿El resultado? Sigue creciendo el precio del alquiler, las previsiones son al alza y, al mismo tiempo, el de la vivienda en propiedad se recupera. ¿Quién se beneficia?