Los de Bildu siempre podrán decir (y apuesto a que lo dirán) que informaron antes al Gobierno Vasco que a los medios de su propuesta para los presupuestos de la CAV. Pero hay cortesías que son desafíos y por eso hay que desenmascararlas, como hizo Pedro Azpiazu en Twitter y Facebook. Las propuestas de Bildu, además, solo responden a la lógica televisiva: ni a la social ni a la política. Y cualquiera que tenga un mínimo de experiencia parlamentaria lo sabe igual que en Bildu lo saben. Entre el beneficio de los vascos y el “suyo político”, como diría Rajoy, en la izquierda abertzale lo tienen claro.
El PP no quiere excluir a Vox
Ya pueden ensayar la pose de dignos todo lo que quieran que ninguno del PP podrá defender con la cabeza alta que ellos no facilitan el acceso de la extrema al poder. El último episodio de este serial de cesiones va sobre la mesa del Congreso y cómo el PP ya ha dejado claro al PSOE que no permitirá llevar a término su plan con Podemos para excluir a Vox. Los gobiernos de Andalucía, Murcia y Madrid no se sostienen gratis, claro. Y que nadie me venga con que el juego democrático le da a Vox ese puesto porque Vox de juego y de democrático tiene poco. Y lo del PP de justificable tampoco tiene nada.
No fue por unos tirantes
Si algo le sobra a Vox es manos echadas. Es sorprendente cómo mientras en otros países la extrema derecha va siendo arrinconada en España es ayudada por el principal partido de la oposición y muchísimos medios que, como en el caso de los tirantes de España de Víctor Laínez, le compran el tema y el enfoque. Queda probado en la sentencia que Rodrigo Lanza no le mató por eso pero sigue siendo la manera en la que muchos periodistas describen el caso y muchos miembros de Vox encuadran el motivo del asesinato, como hemos visto en Twitter. Blanco y en botella. Pero parece que hasta las evidencias dan igual.
Y no les hables de trabajar…
El argumento que ha dado la dirección de Vox en Murcia para anunciar su dimisión en bloque de que el partido ha crecido mucho y hay exceso de trabajo, al principio, genera la risa. Pero al final te das cuenta de que es de primero de democracia: a la política se va a trabajar. Y es un oficio muy ingrato, además está mal visto (gracias a los de Vox que surfearon la ola indignada de los de Podemos) y no es nada, pero nada fácil. Pero reconocer que tú no estás para currar, ya, es de matrícula de honor de cara dura: es que no han pensado ni la excusa. Les daría pereza. Como para organizar a la afiliación y a los representantes elegidos…
¿O mejor no les hablamos de dinero?
Mientras todos estábamos riéndonos en Twitter de la pereza de los de Vox en Murcia, Antonio Maestre nos recordaba su investigación en La Marea, del pasado abril, sobre cómo en Vox en Cartagena, precisamente, incumplió la ley de partidos al usar una cuenta personal para ingresar fondos a la que llamaron “la hucha”. Además, hubo un manejo inadecuado de los datos de los afiliados para seguir solicitando aportaciones y cuando le pidieron explicaciones y ver las cuentas, “Luis Armada no accedió a ninguna de estas peticiones con el conocimiento y apoyo de Pascual Salvador Hernández, coordinador de Vox en Murcia”, según el digital.