Una vez más, el fútbol sirve para explicarnos: las imágenes de los estadios llenos en Inglaterra y las afrentas personales en las que algunos convierten las restricciones en los de la CAV parecen enfrentadas. Pero no lo son: son dos imágenes distintas de dos realidades distintas. La del Reino Unido es que allí crecen los contagios y los hospitalizados. La de Euskadi, España y otros países europeos con restricciones (la vuelta a las aulas en Francia será con mascarilla obligatoria) es que se contienen pese al “a mí me da lo mismo” de unos cuantos. Sencillamente, no es cierto que fuera abran más ni que donde se haga se contagien igual.
Las trampas las hacen los tramposos
Una imagen de un estadio de fútbol en Inglaterra y un par de líneas en las que su autor asegura que los contagios en el Reino Unido están controlados y que otros países están cancelando restricciones, no hace falta más para el solitario: ni datos ni pruebas. Vale con que el tuit de turno diga lo que algunos quieren oír para que se tome como verdad absoluta y se viralice aunque gráficos y cifras que se encuentran en un minuto en Google expresen lo contrario. Las restricciones evitan el contagio y evitar el contagio minimiza las consecuencias terribles de este coronavirus. Afirmar lo contrario es mentir o no enterarse de nada.
Yo no entraría… Aún
¿Hay estadios llenos en Inglaterra? Sí. ¿Hay medidas aperturistas como la que leemos en Beatburguer: “El Senado de Berlín (el órgano ejecutivo que gobierna la ciudad) aprueba que se abran los clubs este fin de semana bajo una única premisa: todas las personas que estén en su interior deberán estar vacunadas (no se requieren ni mascarillas ni habrá un aforo restringido)”? También. ¿Las restricciones evitan contagios y complicaciones respiratorias? Quien no lo crea que no genere más problemas. En cualquier caso, ¿estamos preparados para meternos en un pub sin mascarilla como en Berlín? Yo, desde luego, no lo estoy.
Otro tema solo para listos
Otro tema en el que algunos se tienen a sí mismos como los listos que conocen la verdad es el de las energías verdes: en plena escalada de los precios de la luz las instalaciones para generar energías sostenibles no parecen alternativas reales. Puede ser que quienes cobran no quieren que lo parezcan para seguir hinchando la factura, es cierto, pero no es menos cierto lo que denuncia Iñaki Olabe en Twitter: ¿qué proponen quienes dicen que no quieren parques eólicos o solares, no quieren explorar el gas alavés y no quieren mantener la energía nuclear? No, no vale con poner banderas, hacer pintadas y ponerse camisetas en el Parlamento.
Un debate honesto
Hay dos temas en los que urge un debate honesto: el de la sostenibilidad de las pensiones y el de la sostenibilidad de nuestro modelo energético. Nadie quiere contar la verdad y quienes tienen responsabilidad en la gestión en España esperan que cascabel al gato se lo ponga el que venga después, pero la ciudadanía no puede seguir dilapidando su propio dinero en modelos sin futuro. Esta escalada de precios global impulsada por el ascenso del gas y rematada en España con un modelo tarifario perverso, tiene que dejarnos enseñanzas, porque quien va de ecologista no lo es y quien es señalado como neoliberal apuesta por el intervencionismo.