Un hombre de 84 años con limitaciones en la movilidad, acosado por la prensa y que lleva dos años fuera de su casa, resulta incontrolable para Zarzuela y, lo que es peor, Moncloa. Es tan asombroso como desconcertante y cierto: “‘Está fuera de control’, describen con cierta perplejidad fuentes del Gobierno” (InfoLibre). ¿En serio? ¿Cómo puede ser posible? Y lo más importante: ¿a quién quieren engañar? La impunidad ha sido la verdadera corona de Juan Carlos I, y nada hace pensar que no siga siendo la de Felipe VI. Y solo desde esa impunidad cosida a una figura empeñada en autodestruirse es explicable el descontrol.
Y Vox, también
Esa manera de tomarse la vida sin vergüenza, tan propia de Juan Carlos I, ese motivo que ha dado su regreso para desatar también las lenguas más ultraconservadoras, que se han metido en el agujero más oscuro que han encontrado, ese arranque de nostalgia de quienes escondían en el juancarlismo su franquismo, por supuesto, todo eso sirve para alentar a una ultraderecha que no necesita que le empoderen más: “Vox desafía al PP tras descartar un gobierno en coalición con Vox en Andalucía: ‘No aprenden’” (El Plural). Son Moreno y Núñez Feijóo quienes se la juegan, no Olona y Abascal. Pero las consecuencias serán para todas y todos.
Hombre, precisamente Verstrynge…
Quién y Lilith Verstrynge ha puesto en duda la meritocracia en “La Fiesta de la Primavera” que ha celebrado Podemos: “Todo este mito de la meritocracia lo que hace es convertir los problemas colectivos en culpas individuales. Es tu culpa y solamente tu culpa. Si te va mal es porque no te esfuerzas, pero no te cuentan en realidad que lo que importa no es tu esfuerzo sino, muy probablemente y en la mayoría de los casos es tu código postal, tu entorno y tu capital cultural”, recogen en Diario Crítico. Puedo estar de acuerdo con ella, pero que precisamente lo diga la hija de Jorge Verstrynge me resulta hasta molesto.
¿Y si la periodista hubiese sido Aizpurua?
No discuto la decisión de Mertxe Aizpurua, que no ha respondido desde el atril a Josué Cárdenas y a Javier Negre, periodistas de una televisión y una web que no informan, solo intoxican. Yo mismo esquivo sus intentos de manipularnos cada día. Pero sí me pregunto qué le habría parecido a la Aizpurua periodista que una diputada rechazara contestar a sus preguntas por considerar a la redactora o el medio para el que trabajaba demasiado próximos a una expresión de fascismo. Lo que tampoco discuto es que el insulto de Negre a Aizpurua (“hija de puta”) solo retrata a quien lo profiere y de la peor manera.
“El fútbol molesto”
Como parte de la hinchada de uno de esos equipos que resultan molestos (porque la filosofía del Athletic puede desmontar en parte el negocio que hay en torno al fútbol), me ha encantado el tuit de Rodillo Blue, al que he descubierto esta temporada que el Amorebieta ha estado en Segunda: “¡Volveremos! ¡Cómo máximo representante del fútbol molesto!”. La experiencia del David que combatió a Goliat casi hasta el último partido de la temporada ha sido intensa, y la hemos disfrutado en todo Euskadi quienes buscábamos en la tabla de resultados cada fin de semana si la proeza seguía siendo posible. Eskerrik asko, urdinak!