Tengo 43 años (hasta dentro de unos días), y desde que me tocó buscar mi primera casa he visto a las y los políticos, especialmente de la izquierda, fomentar el alquiler. Puede tener sus beneficios, no lo discuto, pero tampoco entro ni a discutir que el principal beneficiado de esta recomendación es quien tiene más dinero: “Más de la mitad de las viviendas que se compran en España se paga sin hipoteca” (El Independiente). No es que esto pase hoy: es que sigue pasando, y se ha convertido el elefante en la habitación de la política de vivienda de la izquierda (en Euskadi, significativamente, el alquiler social lo ha implementado el PNV).
Las preguntas
A veces solo es necesaria una pregunta para desmontar a un personaje y ver la persona que hay detrás. Que se lo digan a Pello Otxandiano. Esta semana ha pasado algo parecido en el Parlamento Europeo con el nuevo grupo de ultraderecha en el que está Alvise Pérez. Lo cuenta muy bien Nacho Alarcón en X: “Risas nerviosas en la rueda de prensa del nuevo grupo ‘Patriotas para Europa’ cuando un compañero pregunta al resto de vicepresidentes si opinan, como el vicepresidente del FPÖ austriaco. que Orbán ha hecho lo correcto al reunirse con Putin. Silencio muy incómodo. Todos mirándose”.
Más (y mejor) Europa
En el blog de la Asociación Multisectorial de la Jardinería Andaluza, AMJA (sí, a veces llego a sitios inesperados gracias a Menéame o X, por ejemplo), explican cómo “Europa empieza a despavimentar”. El “movimiento Depave” (“Despavimentar”) empezó en EE.UU. pero ya ha llegado a Europa como medida para no aumentar el calentamiento de nuestras ciudades y para facilitar que la tierra absorba el agua de las tormentas, que cada vez serán, también, más numerosas. Bélgica, Francia y Países Bajos (que incluso ha creado una competición entre ciudades para reconocer a la que retire más baldosas) lideran esta tendencia.
Esto va en serio
Ya sé que resultará extraño leer esto cuando en Euskadi estamos pasando un verano gris, pero el mundo se abrasa: “Las Vegas espera un quito día seguido con más de 46 grados mientras continúa la ola de calor” (Independent en Español). Por culpa del calentamiento global construir una ciudad en medio de un desierto cada año que pasa parece una idea peor, está claro. Pero lo que me sorprende es nuestro occidente-centrismo: solo hace unos días traía a la columna el reportaje de Reuters sobre los bomberos que hacían frente a las jornadas de más de 50 grados, cada vez más habituales en Delhi. Sirva lo de EE.UU. como recordatorio.
Alguien tenía que decirlo
Ha sido Jorge Guaitán el que mejor lo ha escrito en X y, yo, lo secundo: “Digo yo que en vez de seguir haciendo homenajes a los bares de toda la vida y a las casas de comidas de siempre, podíamos ir a los bares de toda la vida y a las casas de comidas de siempre, que están cayendo como moscas”. Algo parecido es lo primero que suelo pensar cuando leo en X, por ejemplo, quejas con muchas mayúsculas y exclamaciones porque cierran locales de esos de los de toda la vida en los que no suelo coincidir (en Bilbao, en mi caso) con quienes alzan esas críticas. Al comercio de siempre se le apoya día a día. Todo lo demás es hipocresía.