Albert Rivera ha inventado una nueva categoría de mitin, el mitin para nadie. En Ugao, ayer, había más gente sobre el escenario, todos los de Ciudadanos de fuera del municipio e incluidos los gorilas, que escuchando el mitin si no contamos a los muchísimos periodistas que cubrieron la última provocación de Rivera y los suyos, que tienen todo el derecho a hacer un mitin donde quieran. Pero lo de ayer no fue un mitin. La política de la foto en Instagram, el tuit y el vídeo en Facebook sustituye preocupantemente a la de las ideas porque algunos la hacen suya sin vergüenza y sin que les importe la democracia que debemos preservar.
Un nazi es otra cosa
Un nazi es otra cosa, es alguien que cree que matar por millones al que es diferente solo por serlo estuvo bien, es alguien que cree que hay seres humanos de primera y de segunda, y que practica cada día esa diferencia con violencia estructural y directa, es alguien que está fuera de su tiempo y fuera de cualquier espacio, que sobra. Odiar a un nazi, por lo tanto, no es como odiar a un semejante, e incitar esa repugnancia a quien defiende la ideología que más daño ha hecho a la humanidad no debería de ser delito, como sugiere la fiscalía del Estado y recoge La Vanguardia, sino una obligación. Así que la fiscalía puede irse a la mierda.
Un silencio es divino
Txema Ramírez de la Piscina escribió en su libro sobre asesores de comunicación que “un ‘eeeh’ es humano pero un silencio es divino”. En general, creo que callarte cuando no sabes qué decir no está suficientemente valorado. Así no perderíamos el tiempo escuchando gilipolleces. Pero lo de perseverar en el cagarro que acabas de soltar (y ninguno estamos libres de decir una tontería) ya es otra categoría: Isa Serra ha lanzado un tuit con su propia intervención en la que quiere revertir la desigualdad en la Sanidad Pública que nos segrega, según ella, hasta por ser hombres y mujeres.
Poco a poco
Lo de los influencers lleva tiempo pareciéndose más a una moda que a un cambio real. Una moda que, en esta época de intensidad virtual, en realidad solo lleva unos pocos años funcionando pero ya da síntomas de agotamiento. Ícaro Moyano ha compartido en Twitter un estudio sobre marketing en moda que incluye “dos conclusiones valiosas: la fuerza de los influencers se desploma y la importancia de las marcas con valores y misión se dispara”. A veces cuesta pero el sentido común suele acabar por imponerse. Por si acaso, lo que nunca, nunca falla es preservar tu marca contra las modas y quienes viven de ellas.
“Futbolistas descubren lo que es ir a trabajar”
Si Petite Brunette lo ha dicho mucho mejor de lo que yo sería capaz la cito y termino antes. Esta tuitera se refería a las declaraciones de Gareth Bale en las que se quejaba de que en le imponen horarios y le dicen dónde tiene que estar y qué tiene que hacer (supongo que cosas tan locas como jugar, entrenar, descansar o posar para un spot). Por ese sufrimiento parece que cobra unos 15 millones de euros anuales (algunos patrocinios y primas de su selección, aparte). Terrible. Horroroso. Inhumano. Para que se hagan una idea, en la entrevista posa jugando al golf una mañana cualquiera. Algunos se ganan la antipatía con esfuerzo.