¿Dónde ponemos el listón?

Por lo que veo, soy de los pocos que cree que Maxim Huerta no tiene que dimitir después de haber defraudado a Hacienda, haber sido condenado por la Justicia y haber pagado lo que le impusieron. Doy por hecho que el nuevo ministro de Cultura está “reinsertado” y que ha aprendido que no se debe defraudar cuando toca pagar los impuestos de los que sale, por ejemplo, su nuevo sueldo y todas las subvenciones que su ministerio va a otorgar. Si esta sentencia cumplida le inhabilita para la política, ¿dónde ponemos el listón? ¿Y en la Euskadi de “los presos vascos”?

El delito fue ser “el listo”

Lo que me cabrea de la noticia es la explicación que daba ayer el ministro en Onda Cero: que era habitual que los periodistas crearan una sociedad cuando empezaban a colaborar con medios. Eso, simplemente, no es cierto: lo normal es que te des de alta como autónomo. Solo “los listos” (que facturaban mucho, además, como el propio Maxim Huerta, y metían todos los gastos) ponían en marcha una SL unipersonal. En El Confidencial hace solo unos días publicaban un reportaje con los presentadores que habían tenido que regularizar sus pagos a Hacienda por haberse pasado… De listos.

El PP pide su dimisión

Evidentemente, yo siempre he sido de “los tontos” que solo ha sido autónomo y que, por supuesto, no ha facturado las cifras que manejaba Huerta ni ha incluido los gastos de la casa de la playa… que no tengo. Igual por eso no alcanzo a entender que Maxim Huerta tenga que dimitir como le pide, por ejemplo, Fernando Martínez-Maíllo. Como lo leen: el PP exige a un ministro de Sánchez que dimita por haber sido condenado por un fraude previo a la vida política. La desvergüenza de algunos solo es comparable a su torpeza: uno del PP hablando de fraude principalmente perjudica al PP.

Tampoco entiendo lo de Lopetegui

Creo que ando un poco espeso, porque tampoco entiendo que tenga que ser para tanto el lío que se ha montado con el anuncio de que Julen Lopetegui entrenará al Real Madrid después del Mundial de fútbol. Creo, de hecho, que la bola mediática y tuitera puede ser más desestabilizadora que la propia decisión en la que queda mal él, que no solo tenía un contrato: también tenía un compromiso con la Federación. Y ni se me ocurre dudar que Lopetegui no quiera ganar el mundial, y eso, que a mí, lo que haga la selección española me importa muy poco. O tal vez por eso.

Una buena noticia

Creo que en esto no caben las dudas: es una buena noticia que Pep Guardiola haya puesto de su bolsillo los 150.000 euros necesario para la reparación del buque de rescate de Proactiva Open Arms, que va a seguir salvando vidas en el Mediterráneo. Insisto, como ya escribí cuando anunciaron que las personas que navegaban en el Aquarius en una situación crítica serían acogidas en Euskadi y España, que esta tiene que ser la norma. No podemos mirar para otro lado. No podemos pensar que su problema no es el nuestro. No podemos dejar de ser humanos.

Otro preso vasco

Iñaki Urdangarín parece que entrará definitivamente en la cárcel. Solo falta que solicite el traslado a una prisión suiza para estar cerca de su familia, o el indulto, o un recurso a Europa, y que le caiga alguna medida de gracia para que el serial tragicómico sea ya completo. De momento, la cosa va bien: un delincuente entrará en prisión, como corresponde. Y los pesados del “y Urdangarín en su casa” estarán callados durante un tiempo. Pero España deja poco espacio para la esperanza: veremos qué y cómo cumple esos cinco años de condena y, sobre todo, veremos a Juan Carlos en la calle.

Camps, ese buen tío

No sé si Francisco Camps es un buen tío, como asegura Arcadi Espada en su libro sobre el expresidente valenciano, ni lo voy a saber: con la cantidad de novelas que tengo en cola no voy a perder el tiempo con tonterías. Lo que sí sé es lo que dice el juez que ha emitido otra sentencia condenatoria contra la financiación ilegal del PP, José Manuel Vázquez: “No puede omitir este juzgador que varios de los acusados han apuntado la existencia de otras responsabilidades en concreto los Sres. Fco. Camps y Víctor Campos, pero es jurídicamente imposible emitir pronunciamiento alguno”.

Un país mejor

Pasamos de la actualidad de los juzgados a la política y social para asegurar que estamos haciendo un país mejor: el ofrecimiento de Urkullu de acoger a parte de las más de 600 personas atrapadas en un barco a la deriva en el Mediterráneo después de que Pedro Sánchez se mostrara dispuesto a que el mismo atracara en España, es una gran noticia. No podemos seguir mirando para otro lado: tenemos que hacer de la solidaridad la norma, de la humanidad lo habitual, y este tipo de gestos nos ayudan a familiarizarnos con lo que somos: acogedores y colaboradores.

Con personas no tan buenas

En Euskadi no todos abren los brazos cuando es necesario: Yolanda Couceiro, hostelera, periodista, expresidenta de “España y Libertad” y con más de 30.000 seguidores hoy en Twitter, está en su derecho de protestar en esta red social ante la decisión de no dejar morir a más de 600 personas en el mar. Y lo hace: “629 INMIGRANTES A VIVIR DEL CUENTO. Ya sabes para que pagas impuestos. A DISFRUTAR DE LO VOTADO GAÑANES!!!!!!!” (sic) es solo uno de los mensajes que ha lanzado para pedir poner primero a los españoles. Sí, esta gente tiene éxito en Twitter.

Es necesario desmontar los bulos

Posiblemente a Couceiro no le interese el texto de Pepo Jiménez en Vozpópuli en el que desmonta los mitos en los que, precisamente, se apoya la extrema derecha: no hay efecto llamada (los refugiados e emigrantes van a intentar seguir huyendo de su muerte y miseria); no reciben “paguitas” por tocar suelo vasco o español, y si lo hacen como otro ciudadano son de la misma cuantía; un inmigrante integrado, que trabaja y cotiza, aporta más que recibe (como cualquiera); y el argumento: “Pues acógelo en tu casa” retrata y desacredita a quien lo esgrime.