En El Independiente querían hacer un reportaje enumerando los 14 errores que ha cometido Podemos durante el procés y que, al parecer, ha hecho que la imagen de este partido se resienta… Y les ha quedado un catálogo de piezas de propaganda contra el independentismo sobre las que solo puedes estar a favor. Y si estás en contra, como en el caso de Podemos, palo: no dudar, no acercarse al nacionalismo, no estar en contra del referéndum, aplaudir a los presos…
Todos contra Trump, ¿y qué?
La mayoría de la prensa estadounidense no deja de vapulear a Donald Trump. La portada del Newsweek de esta semana es lapidaria: caricaturas del presidente y sus colaboradores sobre el famosos “Air Force One”, el titular: “Serpientes en el avión”, y un subtítulo lapidario: “La jet-set de la Casa Blanca de Trump puede ser la más corrupta en la historia de EE.UU.”. Vale, me sumo. ¿Y qué? Al presidente le eligió la ciudadanía y su populismo sigue siendo valorado por parte de ella.
Pudo hacer trampa, ¿y qué?
Queda mucho trabajo para aclarar cómo funcionó la trama que, esto parece claro, salió de la Europa más oriental y fue dirigida a EE.UU. durante la campaña contra la candidata Hillary Clinton. ¿Fue un modelo de negocio rápido para un grupo de avispados hackers? ¿Fue una injerencia de Putin al que el enfrentamiento contra un populista la beneficia? ¿Hubo conocimiento, connivencia e incluso colaboración o contratación por parte del equipo de campaña de Trump?
El “nuevo” Facebook
Para los que vivimos de aconsejar sobre cómo disponer marcas en Internet la noticia que adelantan en El Confidencial no es buena: al parecer, Facebook está probando una nueva disposición en varios países (ellos han explorado lo que sucede en Gautemala) que discrimina entre el contenido de los usuarios y el de las marcas, precisamente. Esto es alterable, al parecer, si la marca paga para ser vista en el “muro” bueno, el de los usuarios. ¿Es ese el Facebook que viene?
Buen viaje
Carlos Pando, uno de los guionistas de “El Ministerio del Tiempo” dejaba claro en Twitter que, en efecto, habían decidido despedir la serie a lo grande: “Distopía, género, serie B, viajes al futuro… Al final se va con todo, o no se va”. Para los aficionados a la ciencia ficción la despedida de esta serie es una lástima, y para todos, porque nos quedamos sin este género que, sorpresivamente, emitía la televisión pública española. Un género menos, una tele más pobre.