«Ce public est magique!»

No se me ocurren mejores fotos, mejor frase ni mejor tuit que el que publicaron en la cuenta del Tour durante la gran salida desde Euskadi. Con humildad: han tenido que flipar. Seguro que en Francia también hay mucha afición y zonas en las que el ciclismo se valora y respeta como en nuestro pequeño país, pero creo que la exhibición que hemos hecho de lo que podemos ser es extraordinaria, sobre todo, porque hace tiempo que no nos pasaba algo así, porque la pandemia nos ha afectado más de lo debido, porque nos estamos volviendo egoístas y caprichosos, pero si este fin de semana nos hemos gustado es porque nos hemos dado.

Celebrémoslo

“La historia de ciclismo que se ha escrito hoy en Bizkaia es simplemente maravillosa”. Lo publica Growtxo, un tuitero muy conocido en círculos gastronómicos vascos (y más allá). Y tiene razón: en Bizkaia y en Euskadi; de ciclismo y de la sociedad que somos y que nunca hemos dejado de ser. Necesitábamos este meneo, este chute de alegría y de optimismo, después de meses de algaradas, de quejas constantes, de bocinas, de pancartas, de pegatinas para joder, de suciedad, de tráfico paralizado, de amenazas injustificables y de señalamientos injustos. Somos mucho mejores de lo que nos quieren hacer creer, y lo hemos visto.

Apagón interesado

Por su parte, el crítico de cine Josu Eguren tuiteaba con la mira puesta en los medios españoles: “Un poco de vergüenza ajena la poca cobertura que se ha hecho de la salida del Tour en Euskadi en medios nacionales. Será por la marea de ikurriñas, pero que uno de los eventos deportivos más tochos del mundo no haya abierto todos los informativos les retrata”. Ni el carácter extraordinario del evento, ni cómo la afición se ha volcado, ni la relevancia que ha tenido todo lo anterior en el propio pelotón, han sido elementos suficientemente noticiables para quienes resumen todo en Real Madrid o Barça, Sánchez o Feijóo.

Sí hubo Tour

La Ertzaintza, como parte relevante de la sociedad vasca que es, estuvo a la altura: nada que objetar a la institución que vela por nuestra seguridad, de la que nos hemos dotado. Pese a las amenazas (expresas en el caso del movimiento asindical), sí ha habido Tour aunque la negociación no haya culminado aún en el convenio. Y creo que lo que hemos visto debe de servir de lección para todas las partes: la profesionalidad y la rebaja de la tensión suman. Además, hemos podido visualizar lo que muchas y muchos ertzainas reivindican: que no todas ni todos los agentes son iguales. Si hemos encontrado el camino, sigámoslo.

Y la comunicación, también

No quiero cerrar esta columna monográfica sobre el Tour sin mencionar el trabajo del equipo que ha cubierto la comunicación de la “Gran Départ”. Me ha encantado seguirles en redes sociales, he disfrutado con toda la campaña de calentamiento, supongo que habrán sufrido esquivando el fuego cruzado de la campaña y la precampaña (esta) que les ha tocado sortear, y me parece que han hecho un trabajo magnífico durante estos tres días extraordinarios. Por supuesto, estoy siendo corporativista, pero porque creo que comunicar bien funciona siempre, que en este caso se ha cumplido y que cuando sucede hay que reconocerlo.

El jefe de Estado

Esta columna se va a dividir en dos bloques. El primero va de lo realmente importante: de cómo un jefe de Estado recibe una comisión de 100 millones de euros y ordena “crear una estructura” (Público) para ocultarlos a Hacienda, en Suiza. El dinero, además, proviene de una dictadura, la de Arabai Saudí, y es por las gestiones que hizo ese representante de los españoles para las licitaciones y obras del AVE a La Meca. Esos 100 millones, según la dictadura, fueron “un mero regalo” ante el que Juan Carlos I, que así se llama el jefe de Estado, exclamó: “¡Oh Dios mío! Han sido muy generosos” (El Plural).

Y su amiga especial

La generosidad, al parecer, es contagiosa: de esos 100 millones que Juan Carlos I, en el ejercicio de su jefatura de Estado, recibió como un regalo, dio 65 a una amiga suya, Corinna zu Sayn-Wittgenstein. Desconocemos el motivo que propició ese regalo al Rey (¿un ahorro de más de cien millones en la factura de las empresas que recibieron el encargo?) y desconocemos el motivo que propició ese regalo a Corinna (si escribo entre estos paréntesis lo que me pregunto puede que la fiscalía actúe de oficio), pero estas cosas, entre esa gente, se ve que suceden. Son cosas de jeques, reyes y sus amigas.

El pueblo opina

Todo esto que les cuento sacudiría los cimientos de un estado con un poco de vergüenza y amor propio, en España, por lo menos, da para un puñado de tuits como estos: “A ver, encuesta. Si te sobran 65 millones que no te vas a gastar en tus cosas de yates y tal: opción 1. Los evado del fisco ingresándoselos a una testaferro en Mónaco o Suiza o así. Opción 2. Se los regalo a una pilingui que me pone”. Y otro: “Por cierto, la que lo tiene que estar flipando muchísimo con los 65 millones de euros que le regaló el Émerito a Corinna, en gratitud por los servicios prestados, es Bárbara Rey…”.

El otro robo

El Athletic de Bilbao sufrió el domingo otro robo. Con todas las letras. Porque lo que dice Dani García en Twitter es indiscutible: “¡No se puede decir que uno es intencionado y otro no! (…) ¡Si uno se pita el otro también! ¡El VAR se está cargando el fútbol!”. También la afición se quejaba, ¡cómo no!, y algunos hilaron fino: “El problema más gordo del VAR es que antes pensabas que se equivocaban, ahora con estos medios tu cabeza se va a que te están robando a la puta cara”. En Bilbao, esta semana, no podemos pensar otra cosa. Por lo menos, los nuestros levantan la voz, y si el capitán mete un empujón, para mí, mejor.

Gana Madrid

La de “así gana el Madrid” fue la afirmación más correcta del domingo de la campaña, y bien hicieron los compañeros de deportes al titular con este axioma la crónica post-partido. Iñaki Garcinuño lo tuiteó con mucha gracia: “En economía y en el fútbol, en caso de duda se lo lleva Madrid”. Y Growtxo ponía negro sobre blanco lo que muchos pensamos: “Lo que no entiendo es cómo pueden disfrutar los aficionados de estos títulos adulterados”. Pero hoy empieza otra jornada, así que no hay mucho tiempo para pensar ni para penar. Y, sí, los del Athletic también tenemos derecho a quejarnos y pegar puñetazos en la mesa.