En Twitter, hacer referencia a “la desnortada progresía” suele ser la forma de que los progresistas, precisamente, se ríen de sí mismos. Sin embargo, a veces la referencia no es irónica: el socialismo está dando palos de ciego y agrandando figuras pasadas como la de Josep Borrell (elegido por la militancia, apartado por el aparato y recolocado en el consejo de administración de Abengoa), quien además clama que los hijos de los de su generación están hoy en Podemos, por lo que tampoco les conviene atacar directamente a los de Pablo Iglesias.
El imbécil de turno
Una parte de esa “desnortada progresía”, además, habla sin parar de una necesaria regeneración democrática mientras lo que práctica es el acoso y el insulto a quien piensa diferente. Comparto en esta columna la denuncia de Andrea Levy, que tuvo que aguantar ayer al imbécil de turno que le tuiteaba: “No eres más que una cara bonita. De no ser así, ni Dios (que no existe) te seguía”. El machismo y el gilipollismo (sobre todo esto último) que rebosa la frase retrata al Santiago González (si es su verdadero nombre) que la escribe.
Los disparos que salvan vidas
Sí, los hay: hay disparos que son positivos, que ayudan a concienciar, que incluso salvan vidas. Disparos como los de Jeroen Oerlemans hasta el pasado domingo. El fotógrafo ha sido asesinado en Libia por un francotirador, desgraciadamente, a solo un par de días de regreso a Holanda, a casa, con su mujer y sus tres hijos. Nos quedaremos sin sus magníficas fotos, como la que muestra Miguel Ángel Rodríguez en Twitter, con un chico rescatando libros después de un bombardeo. Qué asco de guerras.
Iván Cuellar, contra un tipo de periodismo
El rapapolvo de Iván “Pichu” Cuellar a un periodista tendría que ser de obligada visión para todos los compañeros de la prensa. El portero del Sporting se equivoca insultándole, y reconoce que no lee la prensa y que tampoco le gusta el periodismo que se hace hoy (entonces, ¿cómo lo conoce?), pero su denuncia es acertada: hay un tipo de periodismo que no puede llamarse así. El que ofrece imágenes sin descripción: la mirada de Cuéllar a la afición del Depor no era de desafío, como había trasladado el periodista abroncado, sino de preocupación porque a un aficionado le había dado un ataque epiléptico (que socorrió el médico del Sporting, por cierto).
La paella con chorizo
Me parece estupendo que en Twitter hagan chistes con la receta de paella de Jamie Oliver, a la que añade chorizo (los ingleses identifican la cocina española con el chorizo, que les alucina, irremediablemente), lo que no entiendo es que algunos se tomen la afrenta en serio. Y más cuando en todos los países y en todas las cocinas (de casas y restaurantes) cometemos crímenes gastronómicos. Vale: vamos a llamarlo “licencias” o “modas”, como la nata en la carbonara o la “ensalada” en el gintónic.