Primera contradicción

Una de las cosas que más me gusta de X (antes, Twitter) es que suelo encontrar formulaciones muy precisas de pensamientos que yo barruntaba. Por ejemplo, Xabier Larrañaga se ha fijado en que en la presentación de su web que Pello Otxandiando hace en esa red social, asegura que quiere hablar con todo el mundo… Y lo hace con un tuit al que solo pueden responder quien siga o mencione el propio Otxandiano. Una práctica habitual en él y en Bildu, de un tiempo a esta parte. Así que, ¿podemos pensar que esa invitación a hablar es, básicamente, otro elemento de marketing? ¿Si lo pregunto en X, recibiré de nuevo a su legión de trolls?

Segunda contradicción

Otra usuaria u otro usuario de X, Hexis, ha visto una nueva contradicción, por decirlo de una manera amable, en la izquierda abertzale: “No son pocas las veces en las que hemos escuchado a EH Bildu criticar el turismo, apoyar las asociaciones o grupos de presión contra el turismo, demonizar el turismo y hablar sobre procesos de desturistización, etc., pero, ¿qué está pasando en el Fitur?”. Pues en Fitur lo que está pasando es que alcaldes y concejales de Turismo de municipios gobernados por Bildu se han dejado caer para promocionar sus municipios. ¿No hay turistifación en ellos? ¿En serio?

Tercera contradicción

Otra contradicción gorda de estos últimos días ha sido la que hemos cazado en Castilla y León: “‘Pido que acaben con su fanatismo climático’, dijo en chaqueta y sin abrigo, en Soria en pleno mes de enero”, tuitea Emmett Brown. El entrecomillado y la situación no es una exageración o una recreación: Juan García-Gallardo acudió a una fábrica de piensos e hizo unas declaraciones en el exterior para pedir el fin de ese supuesto “fanatismo climático” sin darse cuenta de que lo hacía en pleno invierno, en Soria, y sin abrigo sobre el traje. Una cosa es no ver las evidencias, mirar hacia otro lado en las contradicciones, y otra, hacer el tonto.

¿Quién aviva este fuego?

No es una estrofa de Manuel Alejandro, aunque podría serlo perfectamente. De hecho, no hablo de una canción de amor, ojalá lo fuera. Hablo de la irresponsabilidad de Núñez Feijóo, que llena las calles pero no sabe exactamente con quién ni cómo (o eso quiero pensar): “Mantean muñecos de Sánchez y Puigdemont en Ferraz al grito de ‘1, 2, 3, colgado de los pies’” (El Diario). Está muy bien eso de contar miles de personas y de encender los ánimos, pero casualmente cuando pasan cosas como la que acabamos de leer todos los responsables de esas movilizaciones desaparecen y acuden los de la segunda fila a justificar lo injustificable.

El éxodo del éxodo

Ni una temporada completa: los jugadores que ya están abandonando la liga saudí de fútbol o intentándolo no han aguantado ni una temporada completa en la cárcel de oro que supone ser el entretenimiento de un puñado de jeques. Campos vacíos, una calidad de vida mucho peor que en Europa y un nivel futbolístico poco competitivo, cuando menos, han hecho que Henderson huya y Benzema busque equipo en el mercado de invierno. Y eso que han firmado contratos estratosféricos que contienen, según las y los cronistas, retenciones importantes en el caso de no completar dos años en el país. A veces sí damos buenas noticias.

Qué escándalo

“El precio del aceite de oliva ronda ya los 15 euros por litro”, leo escandalizado en Bizkaia Gaur. La base de la cocina vasca se está convirtiendo en un producto de lujo y parece que no podemos evitarlo: “El coste en origen ha subido más de un 150%”, leemos también. Y una recomendación: que evitemos “hacer acopio, ya que tampoco ayudaría porque sería como una huida hacia delante, provocaría una mayor subida de precios porque haría mayor tensión en los mercados”. Pero seguimos sin entrar en el fondo: por qué, hasta cuándo y hasta cuánto, y qué cambio va a producir en nuestros usos y costumbres, y en nuestra salud.

Como siempre

Me sorprende la reacción de los socialistas navarros que leo en El Independiente: “El PSN estalla contra el PP: ‘Hace una utilización maliciosa y sucia de las víctimas de ETA’”. ¿Lo descubren ahora o les ha empezado a molestar ahora que no están a su lado? Porque durante años el PSE y el PSN apretaban filas con el PP, que ya hacía esa utilización, y hasta se contagiaba de ella. De Nicolás Redondo Terreros a Patxi López, vimos los nombres de las víctimas usados como excusa para su desprestigio hacia al nacionalismo. El mismo nacionalismo que después salvó de la inanición a los socialistas vascos.

“La izquierda” y “el centro”

El hecho de que en 2024 sigamos hablando de izquierda y derecha deja claro, para empezar, que la mayoría de políticas y políticos prefieren simplificar sus discursos para no hablar sobre una realidad compleja. Que en 2024 nos hablen de “las derechas” para evitar reconocer un pacto del PP con el fascismo, o que Edmundo Bal diga “que Izquierda Española está ‘entre el PSOE y Sumar’ y su nuevo partido ‘entre el PP y el PSOE’” (Canal Red), o que Bildu y PP, al alimón, se empeñen en repetir que el PNV es un partido de derechas, con las políticas sociales que promueve y activa, demuestra que esa simplificación es útil, principalmente, para mentir.

Lo que Madrid debe a España

Madrid actúa como una fuerza centrípeta que vacía España no ya de empresas (las grandes firmas fuera trasladan su sede social o parte de ella a la capital de España atraídas por una fiscalidad más favorable), también de talentos, y condena a la pobreza a regiones enteras. Así que será correcta cualquier medida que lleve a la capital del reino a retornar parte de lo robado con un círculo vicioso tan artificial como beneficioso para la comunidad y la ciudad. En la noticia de El Diario también mencionan en varias ocasiones que “2 de cada 3 salarios de más de 4.000 euros están en Madrid, Catalunya o Euskadi”.

Hablemos de Arabia Saudí

Hoy juega Osasuna su primer partido (esperemos) de la Supercopa en Arabia Saudí, el país al que se llevaron la competición Luis Rubiales y Gerard Piqué. No sé cuál de los dos me parece más recomendable, la verdad. Y el país del que se quieren ir algunos de los jugadores que acudieron atraídos por ofertas millonarias: Según Sport, Jordan Henderson (33 años, 40 millones al año) es el que más alto lo ha dicho, pero también querrían huir de la cárcel dorada (y la liga de mierda) Roberto Firmino (32 años, 20 millones) y hasta Karim Benzema (36 años, 200 millones al año, y no, no sobra ningún cero).