Ni nueva ni vieja, la aspiración del PP de imponer a Javier Maroto como portavoz en el Senado activando todos los recursos del trile de la colocación es mala política, aquí y en Sotosalbos, Segovia. Así que es normal el escarnio que el alavés está sufriendo en tiempos de Twitter y en tiempos de conversaciones piscineras, básicamente, porque él solito se lo ha buscado: “Tolerancia cero con quienes se empadronan de forma irregular solo para tener acceso a las ayudas sociales”, tuiteaba Maroto en 2011. Hoy, esas líneas alarmistas solo le sirven para autodefinirse. Comienza el verano.
Los “renovadores”
Otra novedad política que aporta este PP es el pacto con Ciudadanos por el que los de Rivera gobernaran municipios en los que fueron la última opción o colocarán en diputaciones provinciales a sus trabajadores. En concreto, en Alicante y según denuncian en El Plural, nueve asesores por dos diputados, más cargos que el propio PP, que la preside. Como acertadamente recuerdan en este digital, los naranjas venían a acabar con los “chiringuitos” y ahí les tienen, dando por bueno cada despacho. Me temo que pese a todo volverán a intentar colarnos lo del fin del enchufismo.
Y lo de verdad
Mientras en el parlamento de Nafarroa las y los representantes de la ciudadanía eligen a su presidenta con total legitimidad, fuera de la cámara se multiplican las manifestaciones y utilizaciones del dolor que generó ETA. Por supuesto, ni lo justificó ni lo justificaré, ni permitiré que nadie nos haga comulgar con ruedas de molino mientras manosea la idea de “normalidad”, pero tampoco tiene un pasé cómo algunos siguen utilizando la violencia como arma arrojadiza a quienes también la sufrieron. Asun Apesteguía denunciaba en Twitter esta injusticia.
La gran estafa
Mientras Maroto busca colocación y los de Ciudadanos tiran de hipocresía y pisan moqueta, la mayoría de los mortales tenemos que preocuparnos cuando llega el recibo de la luz, si es invierno, por la calefacción, si es verano, por lo que toque (que siempre toca algo en esta lotería): en España (y de esto no nos libra el hecho diferencial) las familias apenas han variado su gasto energético desde 2006 pero ahora pagan el doble por la misma luz, alrededor de 14.800 millones de euros al año. Una cifra que supone volumen, negocio y beneficios a unas empresas a las que se permite lo injustificable.
No nos juzguéis duramente
Considero que todavía estoy en primero de paternidad, así que doy por hecho que, como cualquier aprendiz, cometo muchísimos errores con mi hija y mi hijo, y me reconozco en las malas prácticas que un tuitero denuncia haber visto en las playas: amenazas, coacciones, cierta intimidación a unos niños que desobedecen por naturaleza. Pero me he aliviado leyendo, también en Twitter, la respuesta de Galder Reguera: no podemos tratar a nuestros pequeños como adultos ni intentar razonar con ellos, precisamente, porque son nuestras hijas e hijos. Casi me conformo con no ser el peor padre del mundo…