No puede ser una casualidad que un 6 de diciembre conozcamos que Juan Carlos I y su abogado han decidido presentar una declaración ante Hacienda para intentar regular el uso de tarjetas opacas (un eufemismo para hablar de la tenencia de cuentas con millones en el extranjero, ajenas a su asignación y control fiscal) y, de paso, eludir la cárcel como ya hicieron los Botín. Un español que sienta su país, y más un monárquico, debería de indignarse y cabrearse un montón con el hecho y la fecha, porque el nacionalismo de verdad se demuestra con la declaración de Hacienda, y no con golpes en el pecho.
Un buen día
Todos sabemos que Isabel Díaz Ayuso va por libre y que Pablo Casado siempre acaba preso de sus declaraciones y decisiones, pero el titular de Público precisamente en el día que conocimos esa declaración de Juan Carlos I para regularizar unas ganancias millonarias que ocultó tanto como usó, es para enmarcarlo: “Ayuso dice que ‘es un buen día para reivindicar la figura’ de Juan Carlos I y Casado se queda ‘con su legado’”. Para quienes vemos en ese rey y en esa constitución un impedimento para nuestro desarrollo nacional y personal, en efecto, es el mejor día. Para hablar de su “legado” todos los son.
Constitucionalistas como ellos
A los que el 6 de diciembre también les parece un día estupendo para reivindicarse como españoles y nada menos que en Catalunya es a los simpatizantes neonazis de Vox. Qué sorpresa, ¿eh? Pues en Barcelona estaban estos mozalbetes, escuchando cómo Santiago Abascal hablaba del golpismo de otros, a modo de guardia pretoriana con su parafernalia de esvásticas, cabezas rapadas y brazos en alto. Y la información, aunque aparezca en El Plural, no es un intento de manipulación de ningún medio rojeras o nacionalista periférico: en las redes sociales se han mostrado orgullosos de dónde estaban.
Sí, hay buenas noticias
Los cenizos y los del cuanto peor, mejor, pueden ir desfilando en el camino hacia el guano porque yo, personalmente, cada vez los soporto peor. Y como respuesta a su tozudez negativa pongo mi tozudez en airear las buenas noticias que encuentre: “La vacuna dará la estocada de muerte al coronavirus, pero quedan meses muy duros”, decía Salvador Illa y recogía Vozpópuli. No niego ese “pero” ni la certeza de que hasta que llegue la inmunidad que nos proporcione la vacuna vamos a pasarlo mal como sociedad y personalmente, pero tampoco voy a negar la puerta que abren esa vacuna, la ciencia y la inversión.
“Inaudito”
Aritz Aduriz se lo tomó con humor en Twitter, pero a mí me pareció una gilipollez como San Mamés de grande que en el Diario As calificasen como “inaudito” y remarcasen que “hasta el entrevistador se sorprendió” de que Ter Stegen hablase del delantero del Athletic como el rival más difícil de su carrera. Y eso que “el portero alemán ha jugado frente a todos los grandes delanteros de Europa”. Claro, porque el Athletic es un equipo de la periferia futbolística, y el guardián del arco del Barcelona solo puede nombrar a Cristiano Ronaldo. El fútbol necesita más a Ter Stegen que a quienes se sorprenden de sus respuestas.