Llevábamos días viendo avisos de comportamientos extraños hasta que Mariluz Congosto ha publicado un esclarecedor hilo en Twitter: una serie de perfiles de nueva creación (todos de chichas jóvenes) han abalado llamativamente la acción del Gobierno y criticado a la oposición. Pero tanto el origen como la evolución de la campaña hacen pensar a esta investigadora que se trata de elementos capciosos, “de falsa bandera”, como dice Congosto, que podrían hacerse pasar por próximos al PSOE para luego virar y arrastrar seguidores. O eso, o es una campaña tan burda del PSOE que puede volvérsele en contra.
Nos dotamos de protección contra los bulos, ¿o no?
Es significativo lo que han hecho notar en Vozpópuli, que parece que ha emprendido, como la mayoría de medios, una carrera por el amarillismo que no lleva a la profesión a ninguna meta pero sí a cualquier precipicio. En este digital destacan que el grupo parlamentario de Podemos ha registrado una iniciativa para detener los bulos en Internet… Basada en una ley que el mismo grupo hace solo un mes intentó reformar y limitar en nombre de la libertad de expresión. La pregunta que hoy se decanta es: ¿nos dotamos de protección contra los bulos con todo lo que eso conlleva? Entonces, habrá que ser remangarse.
¿Y contra el virus?
Estoy de acuerdo con Marta García Aller en que resulta hipócrita clamar por la privacidad en tiempos del coronavirus cuando ya hemos renunciado por nuestra salud a la libertad de movimientos. De hecho, en el mismo digital, El Confidencial, explican cómo Google usa nuestras búsquedas y la posición de nuestro móvil para conocer cómo nos movemos y de qué nos preocupamos. ¿Si lo hace Google parece un juego o una filigrana digital y si lo propone un gobierno, una amenaza? Tenemos que pasar la adolescencia tecnológica y hacernos adultos, admitiendo lo que ya hemos aceptado en las condiciones de uso.
Llamemos a las cosas por su nombre
El Periodismo, como oficio, está, estamos haciéndolo mal durante esta crisis: nos habían brindado la posibilidad de hacer frente a la desinformación… Y nos estamos dejando llevar para sacar el titular que todos quieran compartir en sus grupos de WhatsApp con la familia. Y la Política tampoco está a la altura, salvo honrosas excepciones, con anuncios que solo generan más alarma o tratan de vestir lo normal como extraordinario: Díaz Ayuso ha anunciado que los médicos de la Comunidad de Madrid cobrarán este jueves y viernes santos como festivos. Vamos, como lo que son.
Sí, están fuera de juego
Esta crisis está sirviendo para dejar claro qué es prescindible: por mal que lo hagamos, no somos prescindibles ni los periodistas ni los políticos. Sí es prescindible la extrema derecha, el reiki y los influencers que no aportaban valor añadido y vivían solo de la pose. Juan Soto Ivars habla del “ocaso” del sector. No iría tan lejos, pero sí es evidente que algunos se están retratando: Miranda Makaroff habla en sus stories de cómo con la mente podemos convencer a nuestras propias células para que se mantengan sanas. Cuando mostraron que lo superfluo era su modelo de negocio ya nos dejaban pistas.