Es necesario hablar claro: los emoticonos usados diariamente son una herramienta inútil para comunicar. Solo algún elemento como un punto rojo o un “tic” verde de vez en cuando, que haga ese tuit llamativo por diferente, pueden resultar útiles, pero llenar los mensajes en Facebook o Twitter de dibujitos resta más que suma. También (o especialmente) en Moncloa, y aunque lo haga Carolina González, la community manager fichada por Pedro Sánchez de la Policía Nacional para hacer su comunicación on-line más… ¿Fresca? ¿Joven? En serio, ¿a quién quieren engañar?
Para un público imaginario
Moncloa (y no solo Moncloa) arriesga con la decisión de incorporar a González y sus métodos. Arriesga una partida económica tal vez innecesaria (una comunicación más conservadora suele ser más barata) y, sobre todo, arriesga su marca. ¿Para qué? El público que se encuentra en Twitter posiblemente sea el más sobrevalorado de la actualidad. Y sé de lo que hablo porque formo parte de él. Por no hablar de que millones de esos potenciales clientes son directamente irreales: la propia red social ha eliminado 70 millones de cuentas falsas solo en dos meses, según Público.
Y demasiado acrítico
Además de ser un target sobrevalorado, el público de Twitter está bastante dirigido por unos líderes que, en su mayoría, no han logrado triunfar antes o fuera de esta red social. Líderes que ni siquiera dan la cara, que mienten, que manipulan, que hacen lo que sea necesario para seguir liderando y que sus intereses salgan bien parados. Una muestra de la cantidad de gente que hay en Twitter dispuesta a ser manipulada son los miles que han reclamado que “protestona”, una tuitstar de izquierdas, pueda seguir usando una imagen de Mafalda. Y a eso han dedicado sus horas por su líder anónima. O anónimo.
Los negocios de Rosell
Lo sé: puede que ni siquiera sea noticia que un empresario del mundo del deporte se beneficie de su posición privilegiada al frente de un club deportivo de máximo nivel (también en lo económico). Pero me niego a dejarlo pasar: es necesario denunciar la gravedad de la acusación de la Guardia Civil a Sandro Rosell, cuya empresa (que seguía controlando por medio de testaferros) se benefició del generosísimo contrato entre el Barcelona que presidía y Qatar, utilizando para su beneficio directo recursos del club y del país petrolero, según la misma acusación que desgrana El Confidencial.
Cualquier equipo en el que no juegue Neymar
Dice Neymar que después de la eliminación de Brasil en el Mundial no tiene fuerzas para seguir jugando al fútbol. Obviamente, exagera y miente, como cuando rueda por el campo ante cualquier roce y provoca vergüenza ajena a quienes disfrutamos con el fútbol. Ante un deportista como él solo vale, por lo tanto, la contundencia del VAR, la de algún defensa que, ante el previsible teatro, le dé una patada de verdad, y la de los comentaristas de la actualidad como El Mundo Today: “Científicos descubren que el aleteo de una mariposa en Taiwán puede tirar al suelo a Neymar en Moscú”.