Mucho anuncio pero poca ejecución de los programas. Este podría ser el resumen del año del gobierno español, el primero de coalición y el más progre de la historia y el universo según aseguran los que reparten los carnés. Al fracaso en la gestión del Ingreso Mínimo Vital, que ya ha dejado de ser noticia, hay que sumar este otro: “Unas 300.000 personas siguen sin cobrar el ERTE y 500.000 tienen problemas con las liquidaciones”, lo que “vuelve a mostrar el caos en el que está sumido el SEPE” (Público). Pero la progresía dicta que no toca hablar de esto, sino de la subida del SMI… Que tampoco sucederá.
De los autónomos mejor ni hablamos…
Los que no tienen empleo ni derecho ya a paro tienen problemas para recibir el Ingreso Mínimo Vital, los asalariados lo tienen para cobrar los ERTE, y las y los trabajadores por cuenta propia están (o estamos) en esta situación: “España es uno de los países de Europa que menos han ayudado a los autónomos durante la pandemia” (Pymes y Autónomos). ¿Podemos ya hablar de los fracasos del supergobierno superespañol de superizquierdas? Porque, de momento, los únicos que están saliendo con algo ganado son, oh, sorpresa, funcionariado y el propio gobierno, que durante la pandemia se ha autoaprobado una subida del 1%.
Pues anda que de pactar con la extrema derecha…
No le falta razón a Javier Maroto cuando critica que el gobierno español no está solo: ese desastre en la gestión económica que afecta directamente a quienes más sufren lo arropan muchos otros partidos, algunos de ellos independentistas. Pero lo hacen porque la alternativa pasa por la que ha organizado el partido del propio Maroto: el trifachito de PP, Vox y Ciudadanos, que a los atávicos problemas de gestión en España sumaría además una carga ideológica difícil de digerir por cualquiera con dos dedos de frente. El propio excalcalde de Gasteiz reconocía solo hace unas semanas que Vox es la ultraderecha.
“Melchor, Gaspar y Cayetano”
Uno de los mejores ejemplos de cómo funciona el trifachito es Madrid, donde los tres partidos se han mimetizado y pese a que han colocado perfiles con notoriedad en las portavocías, realmente, los discursos y acciones se solapan: la publicidad del ayuntamiento sobre la cabalgata (suponemos que estática, pero ya sabemos que allí hacen lo que les da la gana primero y echan la culpa a los demás después) aparecen tres reyes magos… Pero ninguno es negro. Por eso el célebre tuitero Señorita Puri (200.000 seguidores) cambiaba el nombre a Baltasar: ahora son “Melchor, Gaspar y Cayetano”.
Un regalo para Reyes… Y nosotros mismos
“Interior Space”, al que han dedicado un post en Microsiervos, puede ser un buen regalo de los Reyes Magos, pero sobre todo es una oportunidad para que volvamos a recordar que el ser humano es capaz de logros increíbles. En sus 192 páginas, el libro recoge fotos y textos del lado más humano de la estación espacial (del sector estadounidense, por cuestión de permisos) y nos puede servir para reconciliarnos con nosotros mismos como especie humana después de las paladas de confianza que estamos perdiendo en nuestro futuro con tango gilipollas que se salta las recomendaciones u obligaciones.