Ayer no estuve en San Mamés y aunque me dio pena, lo vi en Euskal Telebista y toda la emoción que se vivió en el campo a mí me la transmitieron a través de la pantalla.

Stop al genocidio (Foto: Oskar González)
No fue un partido de fútbol, fue más allá. La frase de que los partidos de la Euskal Selekzioa no son solo un partido, sino que son una fiesta, es algo que se repite años tras años, pero creo que en éste, en concreto, se ha superado. Da igual el resultado, de igual quién haya ganado o perdido. Esto ha sido otra cosa. Se ha utilizado el fútbol, un deporte de masas, no para exaltar el deporte, sino para algo mucho más importante, para reivindicar la paz. El poder demostrar la solidaridad con un pueblo que no es que esté sufriendo, sino que se les ha destrozado la vida, es algo muy grande. El Athletic como Club ya mostró esa solidaridad, en los prolegómenos de un partido de esta temporada y todo el campo, acompañó y aplaudió con toda su alma, cuando saltaron al césped los representantes de esa nación. Y nunca mejor dicho, con toda el alma, intentando apoyar a un pueblo que ha sido y sigue siendo maltratado. Parece que lo de genocidio incluso se queda corto. El problema sigue existiendo y seguirá existiendo, pero ayer de nuevo, se tuvo la oportunidad de que en un partido se diga de forma simbólica, pero muy alto: Basta ya. Cuando pitó el árbitro el final, el ver a los jugadores y cuerpo técnico de los palestinos, agradeciendo el apoyo recibido, respondiendo con aplausos, mientras daban la vuelta al campo…. Verles emocionados. Escuchar a Yaser Hamed, la cara conocida para nosotros de esta selección, porque siendo palestino, nació en Leioa, se formó en la cantera del Athletic, y encima habla euskara. Escucharle, verle sonreír, agradeciendo, diciendo que ha sido uno de los momentos más emocionantes de su vida, poder jugar en La Catedral, su sueño, encima defendiendo sus colores, y con el apoyo de todo el mundo a su pueblo. Me alegro por él, me alegro por ellos, y me alegro porque Euskadi haya vuelto a demostrar su solidaridad. Chapeau a la Federación Vasca de fútbol, por la organización de este partido, 51.396 personas en La Catedral, convirtiéndose en el partido jugado en casa por la selección que más público ha tenido. Enhorabuena al presidente recién elegido de dicha Federación, Iker Goñi, por su trabajo y el de todo su equipo, por haber hecho esto realidad. Y mi Zorionak más entusiasta por su apuesta decidida por intentar conseguir la oficialidad de la Euskal Selekzioa, de la selección de Euskadi. Este partido es un paso más, pero un paso dado desde el convencimiento, con el que demuestran que no van a parar hasta conseguir dicha oficialidad. Lo tienen difícil no, dificilísimo, pero si no se hace nada es imposible conseguirlo. Por tanto, gracias por seguir dando pasos para lograrlo.
Este partido, ha sido el de la doble finalidad, aunque prevaleciendo ante todo el acompañamiento de un pueblo, el vasco, a otro que sufre, el palestino, apoyado por medio de una solidaridad manifiesta. No solo en el campo, sino fuera también, todos estos días, desde que aterrizaron en Sondika, hasta ayer por las calles, con dos manifestaciones, previas al partido, multitudinarias ambas.
Por tanto, seguiremos gritando muy fuerte:
Palestina askatu!
eta…
Euskal selekzioari BAI!
P.D.: Es lo de menos, pero la Euskadi de Jagoba Arrasate, ganó 3 a 0, a Palestina, con goles de Elgezabal, Guruzeta y Urko Izeta (me alegro infinito por él)

Urko celebrando el tercero (Foto: Oskar González)





