¡Qué suerte tenemos por ser del Athletic! Con esta frase ya podía incluso acabar el comentario. Gracias por las alegrías que nos das. Y por las que nos quedan y nos vas a dar.
Cuatro son las finales que vamos a jugar en un año. ¡CUATRO FINALES! Y con esta filosofía… No se puede estar más orgullosa. ¡Y una ya está ganada! y nada menos que al Barcelona, en la final, y al Real Madrid, en la semifinal. La Supercopa no nos la quita nadie, es nuestra. Y a ver lo que queda… Mucha ilusión, mucha alegría. Bizi ametsa, vive el sueño, ¡Y tanto que lo estamos viviendo!
Ya he dicho muchas veces que si tengo que utilizar una sola palabra para definir a este Club, sin duda, la que utilizaría sería FAMILIA. Y os voy a poner otro ejemplo más, para explicar esta afirmación, y perdonadme que me pase al plano personal. Ayer, nada más acabar el partido sonó el teléfono de casa, que no suena nunca, salvo por publicidad de distintas telefonías, y ahí estaba, al otro lado de la línea, mi madre, con sus 91 años como 91 soles, toda contenta para preguntarme, que qué tal estaba… jejejeje. Pues muy bien ama, eso sí, llorando, ¡Como iba a estar! Y con esa llamada, más. Mi ama diciéndome que qué bien, que qué partidazo y que qué ilusión. No hay más que decir. Solo FAMILIA. LA FAMILIA ATHLETIC.
La alegría es inmensa, pero no puedo olvidarme de los distintos comités: Comité de Competición, Comité de Apelación, tribunales, el TAB, Federación, Liga,… y de su intento de amargarnos la vida con la injustificable sanción a Íñigo Martínez. Ha sido una vergüenza, un atropello, una agresión al Club en toda su dimensión. Cuatro partidos, justo lo suficiente y necesario para que no jugase la semifinal de Copa. Por un apartarle la mano a un jugador que le estaba provocando poniéndole un dedo en la cara. Mal Íñigo por caer pero… ¡Alucinante! Persecución. Y ya… si lo comparamos con otras sanciones recientes, la injusticia es manifiesta. Por no decir… el no darle la cautelar… un escándalo. Pero… supongo que esto hace que nos alegremos mucho más por la victoria de los rojiblancos, porque parece que el Athletic molesta. Y me da mucha rabia, pero me hacen pensar eso, porque… qué otra explicación tiene que el árbitro ayer del partido, Del Cerro Grande, cuando estaba aplicando a la perfección la ley de la ventaja, en varias jugadas anteriores, casualidad, el gol de Berenguer del primer tiempo, no lo da, porque había pitado penalti, un segundo antes… cortando una ocasión manifiesta de gol, favoreciendo así al infractor. El cabreo que me agarré fue de órdago. Y si no llega a meter Raúl García el penalti… es que no quiero ni pensarlo. Así que les digo a todos, a los que mucha ilusión no les hace…: ¡El Athletic está en la final!
Otra vez remontando. Tras varias oportunidades nuestras claras, llegó la jugadita tonta en nuestra área, y ellos se adelantaron… Desesperante. Pero de nuevo la fe de este equipo que mueve montañas hizo que siguieran a lo suyo, es decir, a lo nuestro, hasta empatar.
El segundo tiempo fue mucho más trabado, con infinidad de faltas tanto del Athletic como del Levante y alguna ocasión más, pero solo a favor de un equipo, que era el que llevaba el peso del partido. Ellos parecía que sólo esperaban otro error nuestro. Menos mal que no llegó.
En la prórroga, en el segundo tiempo, llegó el delirio, con el gol de Álex, aunque con un poco de fortuna, porque su tiro lo desvió Vukcevic. Así, Berenguer, máximo goleador del equipo, nos mete en una nueva final de Copa. Gran partido el suyo, como enorme el trabajo de Yeray, el de Muniain, el de Raúl, el de Óscar,… Grandes ellos y sus compañeros. Enormes todos porque nos llevan a dos nuevas finales. Por no hablar de Marcelino. El cual ayer no paró de dar las gracias a sus jugadores. Lo que le honra. Se ve que hay feeling entre ellos y eso les está dando un punto extra a todos.
Y, para los que crean que esto es normal, no. Esto no es normal. Es una machada. Dos finales de Supercopa y dos finales de Copa en un mismo año. Dentro de algo más de un mes, la Real y el Barcelona se encontrarán con los leones que les intentarán amargar la vida, para ofrecernos a todos un festín que ni en los mejores sueños esperábamos. GRANDE ATHLETIC.
Disfrutadlo todos, porque aunque no lo podamos celebrar juntos, todo esto no nos lo quita nadie. Y… ¡Qué alegría!
¡Aúpa Athletic¡